6. Nuestra misión compartida para 2020: las ciudades y los estados tendrán que implementar políticas y reglamentos con el fin de descarbonizar completamente los edificios e infraestructura en 2050
Misión 2020 es un plan basado en 6 metas, que prioriza las acciones que debemos poner en marcha desde hoy mismo para hacer frente al cambio climático de forma efectiva. Más detalles en el post Tres años para salvaguardar nuestro clima
Traducción del capítulo nº 6 del documento Misión 2020
NECESARIO
Actualmente, los edificios son responsables de una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Los paisajes urbanos y su infraestructura asociada son claves para el cambio climático de 2020 . Se estima que en 2020 4.300 millones de personas residirán en ellas ya que cada semana 1,3 millones de personas se convierten en nuevos habitantes de las ciudades. Sin una acción concertada, la construcción de la infraestructura necesaria para la creciente y cada vez más urbana
población mundial generaría un total de 470 Gt de emisiones de CO2 en 2050 . Casi 10 veces las emisiones de CO2 en 2012.
Con el fin de alinearse con el objetivo de no sobrepasar los 1,5-2 ° C, el sector de la construcción tendrá que reducir las emisiones directas en un 70-80% en 2050. Esas reducciones tendrán que acompañarse de una eliminación completa de las emisiones indirectas, principalmente en forma de la compra de electricidad. Nuestra misión es clara: para 2020, las ciudades y los estados necesitarán un plan de acción claro y deberán comenzar a aplicar políticas y reglamentos para descarbonizar completamente los edificios y las Infraestructura en el año 2050, incluyendo:
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Invertir al menos 300.000 millones de $ anuales para apoyar la descarbonización de las infraestructuras, añadidos a los 6 billones $ necesarios habitualmente en gastos anuales de infraestructuras.
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La construcción de todos los nuevos edificios deberán cumplir con las normas de energía neta nulas o casi nulas
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Actualizar anualmente al menos el 3% de las infraestructuras existentes en el mundo para conseguir cero o casi cero emisiones.
DESEABLE
La descarbonización de los edificios e infraestructuras del mundo es deseable más allá de sus beneficios climáticos. Hacerlo beneficia a la salud humana, impulsa las economías de las ciudades y los estados, ayuda a abordar la desigualdad y la exclusión social y mejora la estética del entorno construido. Se ha demostrado que el aumento de la eficiencia energética de los edificios ayuda a reducir la mortalidad y la morbilidad, al tiempo que aumenta la productividad y la concentración entre los trabajadores y los habitantes. Las medidas de eficiencia también pueden reducir los residuos y la contaminación, a la vez que aumenta la vegetación, por ejemplo mediante el uso de techos y paredes verdes. La mejora y la realización de infraestructuras urbanas más sostenibilidad pueden reducir los precios de la energía, aumentar el ahorro, aumentar el empleo, reducir la deuda, mejorar
La seguridad y la fiabilidad energética, así como reducir los costes imprevistos para los propietarios, trabajadores y habitantes. Las ciudades más inteligentes con infraestructura de bajo carbono también cuentan con mejoras en bienestar social, seguridad, comodidad, inclusión social y estabilidad política, mejorando al mismo tiempo la resiliencia social y física a los desastres ambientales, como las inundaciones y la escasez de agua.
REALIZABLE
Por lo menos 300 mil millones de $ se invertirán anualmente para apoyar la descarbonización de las infraestructuras, además de los 6 billones de $ necesarios habitualmente en gastos anuales de infraestructuras
Se está demostrando que destinar la inversión necesaria para descarbonizar las infraestructuras es económicamente y tecnológicamente factible, aunque se necesitan esfuerzos coordinados para impulsar los cambios en la inversión directa. Las últimas investigaciones apuntan que se necesitarán 90 billones de dólares en inversiones en infraestructuras básicas en el periodo 2015-2030. Descarbonizar estas inversiones requeriría un extra neto de 4 billones de $. Menos del 5% del coste inicial, lo cual está más que compensado por los ahorros estimados en 5.1 billones de $ en el período 2015-2030.
Los nuevos edificios estarán construidos con estándares energéticos de cero o casi cero emisiones
La viabilidad de cumplir con los estándares de construcción de energía en los países desarrollados se demuestra con la Directiva sobre rendimiento energético de los edificios (EPBD) de la UE, que estipula que los nuevos edificios tienen que ser de energía cero para el 31 de diciembre de 2020 ( los edificios públicos a más tardar el 31 de diciembre de 2018). Docenas de proyectos de renovación de edificios y nuevas construcciones cero y casi cero ya se han realizado en muchos países europeos como Austria, Bulgaria, Croacia y Suecia. Necesitamos asegurar que ganancias similares se realicen en los países en desarrollo, donde se espera la mayor parte de la futura infraestructura y crecimiento urbano, donde las capacidades son a menudo limitadas, y al mismo tiempo donde hay una gran oportunidad de superar los estándares pobres y aplicar prácticas de construcción e infraestructura de alta eficiencia para nuevas estructuras.
Que al menos el 3% del stock de edificios existentes en el mundo, en promedio, se actualice a estructuras cero o casi-cero de emisiones anualmente
Lograr una tasa anual de reacondicionamiento de 3% en todo el mundo es un objetivo ambicioso. Esta aspiración se refleja en las políticas de la UE- Directiva sobre eficiencia energética (EED), Directiva sobre el rendimiento energético de los edificios (EPBD) y la reciente Paquete de Invierno (WP). El EED pide que al menos el 3% de los edificios pertenecientes al gobierno central sean readaptados cada año, mientras que la EPBD y WP exigen a los países la elaboración de planes nacionales para financiar mejoras en la eficiencia de los edificios. Estas políticas podrían ser adoptadas inmediatamente por los Estados Unidos, Japón y otros países desarrollados. Una serie de programas innovadores están demostrando que el cambio es factible también en países gron ingresos medios y en desarrollo. La política de “renovación de eficiencia energética de los edificios existentes” de China es tal vez el mejor ejemplo de un país en rápido desarrollo que avanza. En México, el Programa de Hipoteca Verde (Hipoteca Verde) proporciona “hipotecas verdes” y ya ha mejorado la eficiencia energética de millones de edificios. Este programa podría reproducirse en otros países en desarrollo. Mientras tanto, la nación caucásica de Georgia, trabajando con el Pacto de Alcaldes, se ha propuesto reducir las emisiones del sector de la construcción en un promedio de 18% para 2020 en 10 de las ciudades más grandes del país. Los fundamentos económicos ya respaldan políticas robustas de reacondicionamiento: las renovaciones ecológicas típicamente reducen los costos de operación del edificio un 10% anual. En Estados Unidos, se espera que estos proyectos se paguen por sí mismos en sólo 7 años, según el Consejo de Construcción Verde de los Estados Unidos. Sin embargo, los costes iniciales siguen actuando como una barrera, especialmente en los países en desarrollo, lo que significa que las medidas gubernamentales y las innovaciones financieras siguen siendo clave para acelerar la ejecución.
Traducción Neus Casajuana