Aprovechar la pandemia para imaginar un cambio

Aprovechar la pandemia para imaginar un cambio

PAU NOY SERRANO – 14/03/2020

Estamos viendo como el coronavirus tiene una enorme capacidad para replicarse y cómo su potencial de contagio es extraordinario. Pero no voy a hablar de él –doctores tiene la iglesia- sino que quiero aprovechar que su visita nos ha puesto de patas arriba para, en esta pausa consumista en la que vivimos, plantear la hipótesis que, una vez recuperados de este estresante episodio, debemos encontrar un nuevo camino que nos lleve a dar la vuelta, como a un calcetín, a nuestro modo de vida.

Habrá un antes y un después del coronavirus, porque la epidemia está poniendo de relieve la enorme vulnerabilidad de nuestro sistema civilizatorio que, digámoslo claro, se basa en el consumismo. El mantra desde 1980 es que cuanto más consumamos más fuerte será nuestra economía. No importa lo que consumamos ni cómo lo hagamos. El consumo da sentido al irracional sistema productivo. Ya me he ocupado en anteriores apuntes de describir con detalle las bases del actual modelo económico y la necesidad de cambiarlo cuanto antes. “Cambiar para seguir viviendo” es el nombre de este blog, porque nuestra forma de vida actual, basada en la lógica del crecimiento -el vigente en casi todos los países del mundo, desequilibra el clima, y no logra satisfacer la esperanza de un modelo social más justo, o sea, más igualitario.

Debemos aprovechar esta situación tan compleja a la que nos ha llevado la lucha contra el coronavirus para hacer un alto, ralentizar nuestra compulsiva acción diaria, y pensar e imaginar cómo sería una sociedad diferente, basada en los principios que este blog defiende.

Algunas tesis para el debate. A ver si con ayuda de los lectores organizamos un buen debate. Todos están invitados a tomar parte.

Primera tesis. Aceptar que debemos reducir emisiones y que no es necesario que venga el coronavirus para conseguirlo. Será la primera vez en muchos años en la que se da una reducción de las emisiones a escala mundial. Producimos menos, nos movemos menos, consumimos menos, por tanto, emitimos menos. Cada uno de nosotros debe aprovechar esta excepcional situación para pensar si todo lo que antes hacía era verdaderamente necesario y hasta qué punto era satisfactorio. Deberíamos analizar si nos hace verdaderamente felices el derroche de recursos que corresponde a un país desarrollado.

Segunda tesis. En estas próximas semanas vamos a comprobar personalmente que es posible –y deseable– poner coto y reducir el uso que hacemos de transportes contaminantes en nuestros desplazamientos, es decir, el coche y el avión y, fuera de nuestra esfera personal, el camión para el transporte de mercancías. No hace falta tanto transporte motorizado contaminante. Además seguramente muchos podemos movernos de una forma similar con sistemas de emisiones cero, como el ferrocarril, o de bajas emisiones como los vehículos a motor compartidos, empezando por el autobús o el carsharing. La mitad de la población española no hace uso del coche y no se mueren por no hacerlo. Es más, viven más y en mejores condiciones, como señalé en LINK2

Tercera tesis. Valorar los servicios públicos y exigir que sean mejores. Que sean públicos de verdad, que siempre estén bajo control público, que respondan al interés general, y no al chanchullo privado, y que además no estén secuestrados por intereses corporativistas, como sucede con demasiada frecuencia. No es pedir mucho. No hace falta que llegue el coronavirus para recordar cuan esencial es disponer de servicios públicos de calidad que respondan al interés general.

Cuarta tesis. Comprobar que el teletrabajo –ahora obligado por la cuarentena- no sólo es viable sino que poder trabajar desde casa puede ser fantástico. Muchos de nosotros nos pasamos la jornada la laboral en nuestras despachos escribiendo en un ordenador. A partir del lunes vamos a ver que esto se hace mucho mejor desde casa y cuando hay que debatir, ahí están las videoconferencias. De paso ahorramos emisiones y recursos fósiles, reducimos el ruido del transporte y la mortalidad de nuestros vecinos a causa de contaminación y accidentes.

Quinta tesis. Aprovechar estos días de reducción de nuestra actividad social para mirar hacia nosotros mismos, hacia dentro de nuestras casas, hacia nuestras familias. Descubrir la agradable sensación de compartir tareas o el cuidado de nuestros allegados. Disfrutar también más tiempo para leer y dejar de mirar televisión o series. El mundo seguirá rodando aunque a uno le parezca que se ha quedado descolgado. Pero probablemente descubriremos que vamos a mejorar como personas.

Sexta tesis. Aprovechar la pausa para pensar en algún proyecto comunitario de proximidad. Podemos imaginar un proyecto compartido con la gente de nuestro barrio, de nuestra ciudad, con amigos o con nuestros allegados. Reforzar nuestra vida comunitaria. Soñar con proyectos nuevos, por ejemplo de consumo, frente al modelo de consumismo masivo que puede representar Amazon, una firma que destruye la ciudad.

Séptima tesis. Empoderarnos como sujetos activos para preservar la vida. Esto es especialmente relevante en momentos críticos como el que vivimos. Nuestra conducta responsable en estos tiempos de restricción de movimientos y la ayuda que podamos prestar a los que se puedan quedar atrás son motivos que nos deben enorgullecer.

Octava tesis. Vamos a intentar disfrutar de este momento anticonsumista tan especial para documentarnos e imaginar cómo sería nuestra sociedad con un modelo económico basado en el reparto, por tanto, estacionario, en lugar del basado en el crecimiento. Aporto una modesta bibliografía. Ahora que vamos a tener bastante más tiempo que antes hay empleémoslo sumar fuerzas en favor del cambio.

Estos días leo en bastantes mensajes y chats la idea que hay que aprovechar esta crisis para reflexionar. Ahí queda la mía. Abramos el debate.

Saludos cordiales

http://blogs.lavanguardia.com/cambiar-para-seguir-viviendo/2020/03/14/aprovechar-la-pandemia-para-imaginar-un-cambio-14595/

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Un comentario

  1. Ben pensat Pau.
    Estem a les portes d’un veritable ineludible “canvi d’era a la nostra escala”
    i totes les situacions, també les adverses, són sens dubte una
    oportunitat de reflexionar per reforçar la voluntat de canvi.

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