Solo cuatro bancos centrales, los de Francia, Eslovenia, Alemania y Suiza imponen restricciones a los combustibles fósiles en sus carteras de inversiones, según el primer chequeo al desempeño de estas entidades
Los bancos centrales del G20 y el Eurosistema no están teniendo en cuenta el impacto climático de sus inversiones. Las políticas de inversiones sostenibles y responsable que practican son “inexistentes, opacas o no tienen en cuenta los impactos ambientales”. Es la conclusión de un informe (Bajo el Radar: la inversión insostenible de los bancos centrales) elaborado por la oenegé Reclaim Finance que se hace pública este miércoles.
La tesis central de este trabajo es que los bancos centrales no predican con el ejemplo.
Los bancos centrales son los encargados de velar por que la banca comercial tenga suficiente dinero para prestar a las empresas; y supervisar la estabilidad financiera y el buen funcionamiento de los mercados financieros. Pero además son inversores que gestionan carteras y poseen activos (lo que les permite financiarse a sí mismos y devolver fondos al Estado). “Descarbonizar estas carteras es un primer paso que permite a los bancos centrales actuar contra la crisis climática”, señala a La Vanguardia Paul Schreiber, autor principal del informe.
Sin embargo, la opacidad predomina en sus llamadas políticas de inversión socialmente responsable.
Solo uno de los 37 bancos analizados (Francia) considera seriamente el impacto climático en su política de inversión y dispone de planes creíbles con una cartera de inversiones congruente con el Acuerdo de París contra el cambio climático (destinado a evitar un calentamiento de más de 1,5 ºC por encima de la época preindustrial).
Globalmente, solo cuatro bancos centrales (los de Francia, Eslovenia, Alemania y Suiza) imponen restricciones a las inversiones en combustibles fósiles.
Ejemplo a seguir: ‘ecologización’ de las inversiones
Francia aparece como el ejemplo a seguir; mientras que en los bancos de los otros tres países citados estas restricciones son especialmente limitadas y defectuosas, “lo que permite a los bancos continuar financiando el desarrollo de combustibles fósiles y/o el sector del carbón”, dice el informe.
Por ello, el informe resalta que la Banca de Francia (sin ser el modelo perfecto) supone un sólido ejemplo que debería inspirar a los demás actores bancarios, sobre todo en cuanto a la necesidad de reducir la producción de combustibles fósiles y oponerse a nuevos proyectos.
De manera similar, el reciente compromiso de neutralidad de carbono del Banco de Finlandia se considera una señal positiva.
Para Paul Schreiber, de Reclaim Finance, la ecologización de estas carteras de inversiones es una imperiosa necesidad. “Sin embargo, la mayoría de los bancos centrales del G20 y del Eurosistema ni siquiera han comenzado a pensar en moverse en esa dirección, incluso cuando el sector financiero privado se encuentra bajo una enorme presión para hacer precisamente eso”.
Descarbonizar las carteras de inversiones
El informe indica que es necesario que los bancos centrales den un primer paso más allá en las políticas climáticas para descarbonizar sus carteras no monetarias.
Sólo una cuarta parte de los bancos centrales del G20, todos europeos, se han comprometido a invertir de manera responsable. Y en mismo Eurosistema, ocho bancos centrales no han adoptado este tipo de enfoque
Según establece la iniciativa “verde” de los bancos centrales (la Network For Greening the Financial System, o NGFS), la adopción de prácticas de inversión sostenible y responsable (ISR) “es importante y puede ayudar a difundir este enfoque” entre otros inversores.
Es algo más que aconsejable teniendo en cuenta que el banco central pide al sector financiero que tenga en cuenta los riesgos relacionados con el clima. En suma, se trata de evitar la contradicción flagrante que supone que los bancos centrales pidan “hacer lo que digo, pero no lo que hago”. Dicho de otra manera: hay que poner en práctica lo que se predica “para evitar la pérdida de credibilidad y convertirse en el blanco de la presión de la sociedad civil”.
Estrategias
El informe apunta que los bancos centrales encubren esta inacción con diversas estrategias, una táctica “astuta” que les sirve para “hacerse pasar por inversores responsables mientras continúan invirtiendo” en actividades contaminantes. ¿Y cuáles son esos trucos? “Mantener la opacidad; invertir en bonos verdes; esgrimir los principios de la inversión responsable; centrarse en el enfoque mejor en su clase; y conformarse con estándares internacionales poco exigentes”, dice el informe.
“Es chocante observar que de los catorce bancos centrales del Eurosistema con políticas de inversiones sostenibles y responsables, nueve son muy opacos, incluidos seis que no revelan ninguna información creíble para justificar sus declaraciones sobre el tema”, dice el informe, que critica al Banco Central Europeo (BCE) porque “incluso llegó a rechazar la solicitud de Reclaim Finance de información sobre su política” en esta materia.
No pueden seguir invirtiendo en empresas cuyas prácticas entran en conflicto con el Acuerdo de París y contribuyendo así al caos climático y la acumulación de riesgos financieros asociados
Consideran los autores del informe que se sigue ignorando “la crisis climática”, lo que se juzgan “inaceptable”. Su conclusión es que, en gran medida, ignoran los objetivos climáticos de sus propios países, así como las mejores prácticas que han surgido en el sector financiero privado y los avances en la ciencia del clima, “incluida la necesidad de eliminar el carbón y poner fin de inmediato a las inversiones en proyectos de producción de combustibles fósiles”.
“Los bancos centrales sirven de modelos para las instituciones financieras privadas y deben predicar con el ejemplo. No pueden seguir invirtiendo en empresas cuyas prácticas entran en conflicto con el Acuerdo de París y contribuyendo así al caos climático y la acumulación de riesgos financieros asociados”, se añade.
“No pueden ser tomados en serio mientras continúan invirtiendo en grandes contaminadores, como empresas que están perforando nuevos pozos de petróleo y gas, construyendo nuevas centrales eléctricas de carbón o infraestructuras de transporte necesaria para abrir nuevas reservas de combustibles fósiles o para mover petróleo y gas no convencionales”.
Recomendaciones
Estas son las recomendaciones que lanza el informe a los bancos centrales respecto a las políticas sobre inversiones responsables:
1) Un compromiso general de alinearse en una trayectoria de 1,5 °C y eliminar gradualmente los combustibles fósiles para 2050.
2) Una política que prohíba las inversiones en empresas que desarrollan nuevos proyectos de producción de combustibles fósiles.
3) Una política de salida del carbón alineada con el Acuerdo de París.
4) Una política de gas y petróleo no convencional
El informe señala que los bancos centrales de Austria, Bélgica, España, Portugal e Irlanda publican poca o ninguna información sobre sus políticas en inversiones sostenibles y responsables. “Se contentan con decir que aplican políticas de inversión sostenible responsable, sin describir los criterios, ni siquiera el objetivo, que establecen”, señala.
“El Banco de España es uno de los bancos centrales menos transparentes del Eurosistema en cuanto a su política de inversiones. El mero hecho de mencionar las palabras sostenibilidad y bonos verdes no convierte al Banco de España en un banco sostenible por arte de magia”, señala Paul Schreiber. “Es hora de que el banco central actúe con responsabilidad y se alinee con los objetivos climáticos a nivel nacional, empezando por la exclusión de las empresas que desarrollan nuevos proyectos de combustibles fósiles”, añade. Su argumento es que, al igual que sus homónimos de la zona euro, el Banco de España no puede pedir al sector financiero privado que integre la problemática del cambio climático “mientras él mismo sigue invirtiendo en grandes empresas contaminantes”, añade
Réplica del Banco de España
“Criterios de sostenibilidad y responsabilidad”
Consultado el Banco de España, este ha replicado las conclusiones del informe de Reclaim Finance: “El Banco de España está aplicando criterios de sostenibilidad y responsabilidad en la política de inversión de sus carteras propias desde 2019. Como parte de dicha estrategia, se ha buscado el incremento de la tenencia de bonos verdes, tanto a través de inversión directa en bonos verdes en distintas divisas, como a través de la participación en los dos fondos de inversión especializados en este tipo de activos, tanto en dólares como en euros, lanzados por Banco de Pagos Internacionales (BPI)”, señala esta entidad en su contestación escrita. “Además, como parte del Eurosistema, el Banco de España está adherido a la posición común del Eurosistema, que implica el compromiso con la aplicación de los principios de inversión sostenible y responsable relacionada con el cambio climático en las carteras denominadas en euros no relacionadas con la política monetaria, que ya aplica el Banco de España, así como la divulgación de los aspectos climáticos de estas carteras”, indica. “Para hacerlo de forma correcta y armonizada, se está trabajando en estos momentos para que dichas divulgaciones se publiquen coordinadamente en el plazo de dos años”, se expone. El Banco de España concede un papel muy importante a la incorporación de criterios de sostenibilidad en sus inversiones, como demuestra su participación en la Network for Greening the Financial System desde 2018, en especial su papel activo en los trabajos de la misma en lo relativo a la gestión de las carteras propias de los bancos centrales”, concluye.