Las Comunidades Energéticas Locales (CEL) son la principal forma de participación ciudadana directa en la transición energética.
Juan Sacri, cofundador y presidente de Sapiens Energía
Corresponsabilidad y alianzas son conceptos clave sobre los que se asientan los grandes compromisos y guías de acción internacionales que buscan construir un mundo más sostenible y justo para todos, entre las que prima la Agenda 2030. Y lo son en uno de los pilares clave para sostenerlo: la transición energética hacia un sistema más accesible para los usuarios, eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Las metas son ambiciosas y, si en algo coinciden expertos, científicos y gobiernos, es en que será imposible conseguirlas sin la implicación de todos los actores, empezando desde la base social, el ciudadano.
Una de las fórmulas para conseguirlo son las comunidades locales de energías renovables, un modelo innovador desde el punto de vista social, medioambiental y económico.
¿Qué es una comunidad energética y qué impactos positivos aporta?
Una comunidad energética es un nuevo modelo de generación, uso y gestión de la energía a nivel local, a través de la cooperación entre agentes -ciudadanía, administración y pymes-, que contribuye a crear un sistema energético descentralizado, justo, eficiente y colaborativo, al basarse en la participación activa de los propios usuarios. Pone la energía en manos de la gente.
Los miembros de las CEL se convierten, al mismo tiempo, en productores, gestores y usuarios de energía limpia y más económica, mediante instalaciones de autoconsumo colectivo que son propiedad de la comunidad energética.
El fin principal es generar beneficios sociales y medioambientales en el entorno donde se ubican, primando la sostenibilidad, si bien es importante destacar que los usuarios logran entre un 20% y un 30% de ahorro en su factura anual, gracias a la energía verde de proximidad y más económica.
Al centrarse en un ámbito local, las comunidades energéticas actúan como impulsoras de oportunidades de actividad económica y empleo en el territorio donde se ubican, al tiempo que permiten reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, entre otros puntos, contribuyendo, así, al objetivo de neutralidad perseguido por Europa en el marco del Acuerdo de París y la Agenda 2030 -ODS 7, Energía asequible y no contaminante, y ODS 13, Lucha contra el cambio climático
El marco de gobernanza de la comunidad está basado en la colaboración público-privada-ciudadana.
¿Quién puede promover una Comunidad Energética Local?
La directiva europea y los textos legales que están desarrollándola a nivel nacional contemplan que pueden ser parte de una comunidad energética de energías renovables Administraciones Públicas, pymes y ciudadanía. Y cualquiera de ellos puede actuar como impulsor de la iniciativa, aunque requiere de cierta profesionalización, ya que el sector energético está fuertemente regulado.
La comunidad energética de energías renovables es un concepto y caben diferentes figuras jurídicas. En el caso de Sapiens Energía, la forma es de cooperativa, pero hay otras que se constituyen como asociación o como una sociedad limitada.
Lo importante es que se cumplan los requisitos definidos por la normativa, en cuanto a configuración (entidad jurídica de participación abierta y voluntaria, por parte de Administraciones locales, pymes y ciudadanía); gestión (controlada efectivamente por los socios, democrática); régimen de propiedad de los activos (siempre, titularidad de la comunidad); objetivos perseguidos (busca beneficios sociales y medioambientales, frente a ganancias financieras, y la rentabilidad o beneficios obtenidos revertirán en la propia comunidad), y las limitaciones físicas de acceso al servicio en el caso del autoconsumo colectivo (se dará cobertura a usuarios que se encuentren en un radio de 500 metros desde la instalación), entre los principales.
Respecto a la limitación de alcance definida en este último punto, es importante tener en cuenta que un mismo municipio puede contar con varias instalaciones de generación con diferentes usuarios asociados bajo la cobertura de la misma entidad jurídica.
La mayor parte de los proyectos que están actualmente en desarrollo se están organizando en torno a instalaciones de energía solar ubicadas sobre cubiertas de titularidad pública -edificios municipales-, pero pueden construirse sobre tejados propiedad de una comunidad de vecinos, de una empresa o de un particular que quiera asumir un papel activo en este modelo transformador.
¿Cómo funciona y a qué puede destinarse la energía?
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (Idae), apunta, entre las principales actividades que pueden desarrollar las comunidades energéticas locales, la generación de energía procedente de fuentes renovables, la distribución, el suministro, el consumo, la agregación, el almacenamiento de energía, la prestación de servicios de eficiencia energética, la prestación de servicios de recarga para vehículos eléctricos o de otros servicios energéticos.
La energía producida con fuentes renovables -en este caso, placas solares- se vierte a la red eléctrica y es medida por un contador. Cada socio dispone de otro contador que mide la que consume. Una vez realizado el cruce de medidas de los contadores y los usuarios, reciben un descuento en su factura por la energía que han usado en el momento en el que la planta solar estaba produciendo. Fuera de las horas de actividad solar, el usuario recibe la electricidad de la red tradicional.
En este sentido, hay que destacar que se está avanzando en la investigación y desarrollo de baterías, que, en un futuro cercano, permitirán almacenar los excedentes producidos y no utilizados durante las horas de sol para poder utilizarlos el resto de la jornada, maximizando la autonomía del sistema tradicional al igual que el ahorro.
Las placas solares tienen una vida útil de al menos 25 años y permiten generar ahorros a aquellos usuarios que se suman a la comunidad energética desde el primer día. Además de garantizar energía más asequible, desde un punto de vista económico, para todos los usuarios, en el caso de Sapiens Energía se realizarán acciones específicas para dar cobertura a familias en situación de pobreza energética.
Desde el punto de vista operativo, Sapiens Energía aporta todas las soluciones y herramientas técnicas; procesos de formación, dinamización y participación ciudadana; comunicación y difusión, y coordinación y gestión de cada proyecto. El impacto positivo se produce, directamente, en el territorio.
Sapiens Energía, pionero en crear una red de comunidades energéticas locales en España
Sapiens Energía es una Comunidad de Energías Renovables (CER) que tiene como finalidad generar una red de comunidades energéticas locales, lo que constituye su principal factor diferencial respecto a otras iniciativas que se están desarrollando en este ámbito. Desde un punto de vista práctico, esto supone que trabajamos con el paraguas de Sapiens como entidad jurídica -bajo la forma de cooperativa- para promover diferentes comunidades energéticas a nivel local. Cada una de ellas, tiene sus propias entidades co-promotoras o colaboradoras y sus socios, y cuentan con estatutos específicos, para regular su funcionamiento y gestión.
La cooperativa es la persona jurídica titular y, junto a sus socios, la propietaria de las instalaciones de energía renovable, y el marco de gobernanza de cada comunidad está basado en la colaboración público-privada-ciudadana.
Sapiens Energía tiene en marcha, en diferentes fases de ejecución, seis proyectos promovidos directamente, dos en Albalat dels Sorells -uno impulsado con la cooperativa de movilidad sostenible AlternaCoop, que cuenta ya con una instalación fotovoltaica de autoconsumo operativa, la primera de la Comunitat Valenciana y una de las primeras de toda España, y otro con la cooperativa agrícola-, y uno en Llíria, Foios, Alzira y Fontanars dels Alforins. Además, participa en los promovidos por los Ayuntamientos de Valencia -en el barrio de Castellar-l’Oliveral- y Canet d’En Berenguer.
A ellos se sumarán, en los próximos meses, otros desarrollos, actualmente en tramitación. El modelo es aplicable tanto a nivel municipal, como en áreas residenciales y comunidades de vecinos y en zonas empresariales y, sin duda, los avances en su desarrollo normativo supondrán un gran salto en proyectos en los próximos meses.
Un modelo construido sobre la cooperación y las alianzas
La Comunidad Local de Energía Renovable (CER) es una de las figuras clave en el avance y la consolidación de este nuevo sistema y, como tal, ha sido reconocida en la Directiva Europea de Energías Renovables, así como en la legislación nacional -el Gobierno está trabajando, actualmente, en la transposición de la directiva y en un plan estratégico para impulsar las comunidades energéticas locales- y en las autonómicas -en el caso de la Comunitat Valenciana, con el ‘Plan Estratégico de Comunidades Energéticas 2030’, elaborado por la Generalitat-, que la convierte en pionera en España en la implantación de este modelo de autoconsumo energético centrado en las personas y las energías renovables.
Solo si todos y cada uno de los agentes, públicos, privados y ciudadanía, asumimos nuestro papel real y efectivo podremos lograr construir ese modelo más eficiente, sostenible y justo para todos. ¡Pongámonos en marcha!