La comodidad de encargar todo aquello que necesitemos a través de un par de clics y recibirlo en 30 minutos, 24 horas o pocos días tiene altos costes medioambientales
Jordi Mir
El Ayuntamiento de Barcelona anuncia la instauración de una nueva tasa que tendrá como objetivo desincentivar el reparto a domicilio de la enorme cantidad de productos que cada día se entregan en la ciudad, e incentivar el uso de puntos de recogida donde dirigirse a buscar los envíos. Esta tasa, si consiguiera su objetivo, supondría una mejora para la vida en la ciudad por diferentes motivos. Permitiría, por ejemplo, la reducción de la congestión circulatoria y de la contaminación atmosférica y acústica. Sabemos que la contaminación causa en el área metropolitana de Barcelona unas 3.000 muertes al año y graves enfermedades. Sabemos, también, que las emisiones que produce el transporte de distribución contribuyen gravemente al cambio climático y debemos reducirlas urgentemente.
El Ayuntamiento considera que las grandes empresas del comercio electrónico y distribución, como Amazon —de ahí el nombre de la nueva tasa—, hacen un uso excesivo del espacio público. La tasa se dirige especialmente hacia estas grandes empresas, ya que está previsto que si utilizan la subcontratación de pequeñas empresas o personas que reparten autónomamente será la gran empresa quien tendrá que pagar la tasa. Pagarán las empresas que facturen más de un millón de euros por entregas en la ciudad. Desde el Gobierno de Barcelona se identifican bien graves problemas de nuestra sociedad, la cuestión está en los instrumentos que puede tener la ciudad, u otras administraciones, para resolverlos.
Amazon, como otras de las grandes empresas de comercio y distribución, está impulsando un cambio en nuestras formas de vida. Conviene ser conscientes que estos cambios, presentados como algo positivo por la comodidad que pueden suponer, también llevan asociadas unas consecuencias profundamente peligrosas y perniciosas. La comodidad de encargar todo aquello que necesitemos a través de un par de clics y recibirlo en 30 minutos, 24 horas o pocos días, tiene altos costes medioambientales para nuestra salud y también para el modelo de sociedad sostenible que se dice promover desde lo local hasta Naciones Unidas.
La ‘tasa Amazon’ no es presentada únicamente como una política desincentivadora del transporte en la ciudad y del uso excesivo del espacio público. Se presenta también como una medida de apoyo al pequeño comercio y de proximidad que se une a otras ya aplicadas: bajos de protección oficial, el impulso de mercados municipales, proyectos de digitalización públicos… En el mundo del libre mercado la dimensión cuenta y mucho. Las grandes empresas del comercio electrónico generan múltiples impactos en nuestras sociedades y muchos no parecen deseables. ¿Podemos vivir sin comercio de proximidad? La precariedad laboral que acompaña el modelo de negocio de estas grandes empresas, ¿cómo nos afecta? Las preguntas son muchas y todas apuntan a la insostenibilidad medioambiental y social de este modelo de negocio. Antes ya llegaron la globalización económica, los grandes centros comerciales, la precarización, la desatención a los graves impactos ecológicos… Empresas como Amazon pueden ser el golpe final a la sostenibilidad de nuestras sociedades. La pregunta hoy no es si la ‘tasa Amazon’ es necesaria, sino si es suficiente.
Publicado en el diario El País https://elpais.com/espana/catalunya/2022-12-05/tasa-amazon-y-la-ciudad-sostenible.html