Por primera vez, un equipo internacional de científicos proporciona un esquema detallado de la resiliencia planetaria al trazar los nueve procesos límite que definen un espacio operativo seguro para la humanidad
Un equipo internacional de investigadores certifica que los principales indicadores de desequilibrio ambiental en la Tierra han empeorado mucho en los últimos 14 años
Josep María Camps Collet
Hace décadas que se sabe que el cambio climático es sólo uno de los desequilibrios del planeta Tierra que están poniendo en riesgo a la civilización humana tal y como la conocemos. En 2009, un grupo de científicos de todo el mundo crearon el Modelo de Postdam, que definió los 9 principales parámetros que marcan los límites -o márgenes de seguridad- en estos desequilibrios.
Ahora acaban de certificar que 6 de estos 9 límites ya se han superado ampliamente, y que, de los otros tres, la acidificación de los océanos, las partículas en la atmósfera y la capa de ozono, éste último es el único que no empeora.
3 límites superados en 2009, 6 en 2023
Inicialmente, el Modelo de Postdam identificó los tres primeros límites sobrepasados: el cambio climático, la integridad de la biosfera -o biodiversidad- y el ciclo del nitrógeno. En la primera revisión, en el 2015, se sumó los usos del suelo –con la deforestación como principal problema–, y ahora fue el turno del ciclo del agua y los productos químicos sintéticos.
Los autores han condensado los resultados de esta actualización del modelo en esta gráfica:
Como un test de la salud del planeta
Las conclusiones de esta investigación, realizada por una treintena de científicos de ocho países, se han publicado esta semana en la revista Science Advances , y quieren ser un toque de atención a la comunidad internacional.
El impulsor del Modelo de Potsdam, Johan Rockström, reclama ahora que se reconozca el problema y se actúe para revertir la afectación en el medio natural en todos los parámetros:
«Ya se ha reconocido en cuanto al clima, cuando el Acuerdo de París adoptó el límite de 1,5 grados para 2100 y también en cuanto a la biodiversidad, que en Montreal en 2022 se acordó frenar e invertir la pérdida de biodiversidad en la tierra y en los océanos.»
La autora principal de la investigación publicada ahora, la catedrática de la Universidad de Copenhague Katherine Richardson, ha utilizado una comparación sencilla para que se entienda la importancia de los resultados: es como tener la analítica más completa de la salud del planeta Tierra:
«Lo podemos ver como la tensión arterial de la Tierra: una tensión superior a 120/80 no garantiza un infarto, pero aumenta el riesgo de sufrirlo, por eso intentamos reducirla; igualmente, por nuestro bien y el de nuestros hijos, debemos reducir la presión sobre estos seis límites planetarios.»
Los ciclos del fósforo y el nitrógeno, uno de los límites más superados
Uno de los parámetros más superados y más en zona de riesgo es el de los ciclos biogeoquímicos del fósforo y el nitrógeno, elementos básicos para el ciclo vital de los seres vivos. Según explica la ecóloga Estela Romero, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, el CREAF, que no ha participado en esta investigación, este problema consiste en las enormes cantidades de fertilizantes que se han fabricado con nitrógeno extraído de la atmósfera. Estos fertilizantes artificiales se han utilizado durante las últimas décadas masivamente en la agricultura intensiva en todo el mundo y ahora son un problema ambiental de primer orden:
«Este nitrógeno reactivo efectivamente reacciona y se transforma en gases de efecto invernadero, como los óxidos de nitrógeno, en nitratos que nos contaminan los acuíferos y las aguas superficiales, y va a parar al mar. Todo ello es muy problemático para la salud de los humanos y los demás organismos vivos.»
“Lo mismo ocurre con el fósforo que se ha introducido ahora en el modelo y que, a diferencia del nitrógeno, se encuentra en el suelo en forma de fosfatos, y su uso agrícola también está desequilibrando mucho el ciclo de los seres vivos.”
Cientos de miles de productos químicos
Otro de los límites que se ha superado con creces es el de los productos químicos sintéticos introducidos en el medio ambiente, entre los que destacan los plásticos. Según Katherine Richardson, la cantidad de productos no naturales que lanzamos es astronómica, tanto en cantidad como en diversidad de productos sintéticos:
«Hay cientos de miles de productos químicos producidos por los humanos que se lanzan al medio, y los efectos que causan nos sorprenden constantemente.» Todavía existe mucha incertidumbre sobre los riesgos potenciales Los parámetros en los que se han superado más los límites son los productos químicos y la pérdida de diversidad genética, pero sin embargo los autores de la investigación no
los sitúan de forma clara en una zona de alto riesgo.
Según Romero, el motivo es el desconocimiento que todavía se tiene de las magnitudes reales tanto del alcance del problema como de cuál será la gravedad de los efectos que causan:
«Con el nitrógeno y el fósforo tenemos un buen conocimiento de la producción y las entradas y salidas que existen en el sistema. Tenemos un buen control de los factores implicados. En cambio, tanto con la biodiversidad como con los productos químicos hay una enorme cantidad de incertidumbre.» Esta incertidumbre le agrava el hecho de que los diferentes desequilibrios interactúan y provocan efectos aún más graves, por eso los autores de la investigación reclaman que se estudien todos los parámetros en su conjunto:
«Las perturbaciones en el medio ambiente se abordan como si fueran problemas separados: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la contaminación. Este enfoque, sin embargo, ignora las interacciones no lineales de estas perturbaciones y los efectos agregados resultantes sobre el estado global del sistema terrestre.»
Proponen un nuevo índice para evaluar la incidencia humana en el planeta El Modelo de Postdam toma como referencia el estado de la Tierra y la biosfera durante los últimos 10.000 años, desde la última glaciación, y realiza proyecciones que llegan hasta el año 2700. En esta segunda actualización han propuesto un nuevo parámetro para evaluar la incidencia en el medio: el índice de Apropiación Humana de la Producción Primaria Neta (HANPP en inglés), que, de hecho, mide el uso de la biomasa. Según Estela Romero, el valor de esta investigación, realizada por científicos cuya mayoría trabajan también en el IPCC de la ONU contra la crisis climática, está en la capacidad de sintetizar los desequilibrios más importantes que sufre ahora mismo el planeta:
«Tiene una importancia fundamental, porque estos informes son muy sintéticos y ya han empujado muchas políticas y han dado el sentido real de urgencia que tienen todos estos problemas ambientales.»
……..
En otro artículo del Stockholm Resilience Center el coautor Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático afirma “No sabemos cuánto tiempo podremos seguir transgrediendo estos límites clave antes de que las presiones combinadas conduzcan a cambios y daños irreversibles”.
Desde el 2009, el nuevo estudio es la tercera evaluación importante que se realiza en el marco de límites planetarios. Ésta proporciona un chequeo completo de los nueve procesos y sistemas que mantienen la estabilidad y resiliencia de nuestro planeta. Si bien transgredir un límite no equivale a cambios drásticos que ocurran de la noche a la mañana, sí que en conjunto marcan un umbral crítico que aumenta los riesgos para las personas y los ecosistemas de los que formamos parte.
La autora principal, Katherine Richardson, profesora de oceanografía biológica y líder del Centro de Ciencias de la Sostenibilidad de la Universidad de Copenhague, lo explica con más detalle: “Podemos pensar en la Tierra como un cuerpo humano y en los límites planetarios como la presión arterial. Más de 120/80 no indica un infarto inmediato, pero sí eleva el riesgo y, por ello, trabajamos para reducir la presión arterial.
Aerosoles, nuevas entidades y agua dulce
La evaluación de estas nuevas entidades contaminantes incluye la introducción y acumulación de todos los compuestos químicos novedosos creados por el hombre, como los micro-plásticos, los pesticidas y los desechos nucleares. Con las nuevas pruebas científicas el equipo ha cuantificado cuál es el límite de la carga de aerosoles atmosféricos. Este límite aún no se ha traspasado, pero las presiones crecientes son evidentes en grandes regiones donde la contaminación por partículas del aire afecta los sistemas monzónicos.
Sarah Cornell, coautora e investigadora del centro nos dice: “el límite del agua dulce abarca tanto el agua verde (agua invisible, contenida en el suelo y las plantas de la agricultura, bosques, etc.), como el agua azul (agua visible en ríos, lagos, etc.); ambos límites se han sobrepasado. Esto revela la evidencia de un funcionamiento deficiente de los ecosistemas, demostrando que la frontera ya se transgredió des de finales del siglo XIX, cuando la agricultura y la silvicultura globales experimentaron sus primeras expansiones importantes.
La Tierra es un planeta vivo, por lo que las consecuencias son imposibles de predecir
A la luz de estos nuevos resultados, los investigadores enfatizan que la resiliencia de la Tierra va mucho más allá del cambio climático.
«El marco de límites planetarios ayuda a los científicos a rastrear y comunicar cómo estas crecientes presiones están desestabilizando nuestro planeta. La Tierra es un planeta vivo, por lo que las consecuencias son imposibles de predecir. Es por eso que estamos trabajando cada vez más con los responsables políticos, las empresas y la sociedad en general para intentar mitigar las presiones en todos los límites”, subraya la coautora Sarah Cornell, del Centro de Resiliencia de Estocolmo de la Universidad de Estocolmo.
Como ejemplo positivo podemos decir que el límite del agotamiento de la capa de ozono se superó en la década de 1990 pero, gracias a las iniciativas globales, catalizadas por el Protocolo de Montreal, este límite ya no se transgrede.
La implementación de simulaciones y modelos informáticos complejos ha desempeñado un papel importante en este estudio
Se utilizan modelos informáticos que simulan el funcionamiento del sistema terrestre para estudiar las interacciones entre el clima y los ecosistemas de la biosfera. Se realizaron simulaciones hasta cientos de años en el futuro para permitir no sólo procesos que reaccionen relativamente rápido al cambio, sino también procesos mucho más lentos del sistema terrestre que, en última instancia, determinan el resultado del cambio ambiental de hoy día.
«La ciencia y el mundo en general están realmente preocupados por todos los fenómenos climáticos extremos que afectan a las sociedades de todo el planeta a medida que avanzamos hacia el tercer El Niño, amplificado por el hombre en sólo 25 años. Pero lo que nos preocupa, aún más, son los crecientes signos de disminución de la resiliencia planetaria, que se manifiesta en la ruptura de los límites planetarios, lo que nos acerca a puntos de inflexión y no-retorno, cerrando la ventana a cualquier posibilidad de mantener el límite climático planetario de 1,5°C», afirma Johan Rockström.
La nueva evaluación de los límites planetarios subraya los estrechos y complejos vínculos entre las personas y el planeta. Proporciona una base para esfuerzos más sistemáticos para proteger, recuperar y reconstruir la resiliencia de la Tierra.
Según el coautor Ingo Fetzer, del Centro de Resiliencia de Estocolmo de la Universidad de Estocolmo concluye: «En última instancia, se ponen de relieve las consecuencias medioambientales de vivir en el Antropoceno y nuestra responsabilidad como futuros administradores del planeta».
Traducción del artículo https://www.ccma.cat/324/que-son-els-limits-planetaris-el-canvi-climatic-nomes-es-un-dels-sis-que-ja-hem-traspassat/noticia/3250044/?fbclid=PAAaY5ppfRmLRZAGf9P2U9_btfLla09RcZShzF_a_Toy4_wVILfqv5iTpaj2M
Resumen y traducción del artículo https://www.stockholmresilience.org/research/research-news/2023-09-13-all-planetary-boundaries-mapped-out-for-the-first-time-six-of-nine-crossed.html