
Cómo ir más allá del PIB
Link al documento en pdf Midiendo la economía del bienestar. Cómo ir más allá del PIB Autor principal: Rutger Hoekstra. Octubre 2020
Resumen del documento original en castellano
Introducción: Una visión para medir la Economía del Bienestar
La pandemia del COVID-19 es la más reciente de una larga serie de crisis afectando la comunidad global. En estos momentos nos confrontamos a desigualdades crecientes, al populismo, al cambio climático, a la pérdida de biodiversidad, escasez de recursos, problemas de privacidad, discriminación racial, monopolios corporativos, etc. La pandemia añade un problema global a la lista y agrava algunas crisis ya existentes. Por ejemplo, las desigualdades han incrementado notablemente con billonarios estadounidenses incrementando sus riquezas en $845 billones en los primeros seis meses de la pandemia, mientras 50 millones de personas perdían su empleo. Sin embargo, la pandemia también proporciona una oportunidad única para atajar algunos de nuestros mayores retos a medida que avanzamos hacia un mundo post-COVID. Tenemos la oportunidad de Reconstruir Mejor.
Nuestra visión es clara. Los próximos 10 años serán una etapa decisiva en la transición hacia la Economía del Bienestar: una sociedad que se centra en el bienestar del ser humano y del medio ambiente. Definir metas medibles para la sociedad, los gobiernos, las empresas y las personas es una parte importante de ese desarrollo. ¿Por qué? Suelen decir, “Gestionas lo que mides”. Si las medidas financieras siguen siendo las únicas en definir el éxito de los gobiernos y de las empresas, la optimización de las medidas financieras serán el foco de las políticas. Un paso crucial hacia una Economía del Bienestar es asegurarnos de que sabemos cómo medirla.
Por suerte, no empezamos de cero. En los últimos 50 años, varios académicos brillantes, instituciones científicas prestigiosas, ONGs y ciudadanos creativos han propuesto alternativas al PIB y han pensado en cómo éstas podrían influenciar las políticas del gobierno o cambiar la narrativa respecto al éxito económico. Si buscamos medidas alternativas, hay muchas ideas ahí fuera. Ahora tenemos que galvanizar este conocimiento en un sistema de medidas coherente que pueda implementarse en todo el mundo.
El objetivo principal de las medidas orientadas al bienestar es de reemplazar el PIB cómo “indicador clave del rendimiento”, con aquellas medidas que calculen el rendimiento según su contribución al bienestar, la sostenibilidad y la igualdad. Estas medidas alternativas guiarían gobiernos, empresas, ciudadanos i organizaciones a “llevar” sus actividades de forma diferente, por ejemplo, implementando nuevas políticas que sustituyan las políticas focalizadas únicamente en el crecimiento económico. Estas medidas alternativas también contribuirían en el cambio de las narrativas sociales dominantes de “el crecimiento económico es bueno”, a narrativas que potencian las metas de la Economía del Bienestar.

Parte 1 : Explicando el PIB
El Producto Interior Bruto (PIB) equivale al valor monetario de todos los productos y servicios proporcionados en un país. En esencia mide el tamaño de la economía, pero ahora simboliza mucho más. El PIB está considerado el indicador más importante en la sociedad y muchos lo perciben cómo una medida del “éxito”. Cuando la economía crece es algo bueno. Crecimiento = ¡bueno! Por otro lado, un sentimiento profundo de incomodidad o incluso de pánico se expande en la sociedad cuando la economía se reduce. Varios economistas y gobiernos perpetúan la narrativa del PIB y lo divulgan a la sociedad en nuestra cultura de medios de comunicación las 24 horas. No es de extrañar que varios gobiernos y partidos políticos vean el crecimiento económico como una parte crucial de su plataforma política.
El ganador del Premia Nobel, Joseph Stiglitz, se refiere a este fenómeno como el “fetichismo del PIB”. Él y otros científicos han avisado de que el PIB no es sinónimo de éxito. De hecho, las políticas orientadas al crecimiento económico muchas veces contradicen las metas sociales como el bienestar colectivo, la sostenibilidad del medio ambiente y la igualdad. El crecimiento económico de las últimas dos décadas ha creado trabajos sin ningún interés o “bullshit jobs” (como dijo David Graeber) y ha acelerado el calentamiento global, la reducción de la biodiversidad y las desigualdades crecientes en diversos países. A base de poner el foco en el crecimiento económico la sociedad se está desviando de las metas y los retos reales.
Claramente, necesitamos narrativas y políticas que apunten hacia el bienestar colectivo en vez del crecimiento económico. Una parte importante para conseguir la transición hacia la Economía del Bienestar es cambiar las medidas usadas por los gobiernos y los medios de comunicación. Moverse desde el PIB a los indicadores de la Economía del Bienestar no es la única respuesta – se requiere de otras acciones para lograr esta transición. No obstante, los indicadores son una pieza indispensable del puzle porque son el vínculo a la política del gobierno y a la narrativa social.
La supremacía del PIB y del SNA (Sistema de Contabilidad Nacional)
Antes de hablar sobre las medidas para la Economía del Bienestar, es importante observar la historia del PIB. Es difícil de imaginar, pero el PIB no siempre ha sido tan predominante cómo lo es hoy. La manera en que el PIB saltó a la fama nos da varias pistas de cómo puede crearse una alternativa.
El gran avance en las medidas macro-económicas vino después del Crack del 29 y de la Segunda Guerra Mundial. La medida del PIB empezó en Europa y en Estados unidos pero se extendió rápido a países en desarrollo en los 60, los 70 y los 80. Actualmente los más de 200 países del mundo publican sus cifras del PIB, y diversos países importantes los publican cada trimestre. Una vez publicadas, las cifras del PIB se diseminan rápidamente desde los institutos estadísticos a los políticos, los académicos, los institutos de política, los corredores de bolsa, los medios de comunicación y el gran público. Todos los países calculas su PIB según la misma metodología, El Sistema de Contabilidad Nacional (SNA en inglés), que proporciona una visión completa de todas las transacciones económicas y de los stocks. El SNA subministra una definición global de las variables económicas importantes como el consumo, las inversiones, la productividad, las importaciones/exportaciones y el valor añadido. Tanto si eres un macro-economista de Kenia, de Indonesia o de Italia, podrás entender a los demás economistas porque compartís una terminología común. Este lenguaje común es una poderosa herramienta para la comunicación entre economistas pero también se han extendido al público en general.
El SNA tiene un rol importante a la hora de hacer políticas. Proporciona las bases empíricas desde las que se construyen modelos políticos como los análisis de contextos y las proyecciones desde modelos más complejos. Otras herramientas, como un análisis del coste-beneficio, asesorando opciones políticas calculando alternativas basadas en su impacto sobre el PIB. Los macro-economistas aconsejan a los que hacen las políticas según los resultados de estos modelos; estos consejos basados en datos científicos y empíricos, es apreciado por los que deben tomar decisiones ante situaciones complejas.
Hay una vasta infraestructura global que está constantemente produciendo datos económicos y aconsejando a nivel político basándose y fortaleciendo el PIB como medida para definir el progreso. El estancamiento de los resultados del modelo y de los datos económicos, han tenido una profunda influencia en el discurso público. El término “crecimiento económico” se empleaba raramente antes de la Segunda Guerra Mundial. Ahora es muy común y empleada incluso entre ciudadanos.
Cuando se habla sobre el crecimiento económico, casi siempre es desde una connotación positiva. No sorprende que el mantra “el crecimiento económico es bueno” este tan arraigado en las narrativas sociales. Y los logros de los macro-economistas de después de la guerra tuvieron mucho que ver. Dos ganadores del Premia Nobel, William Nordhaus y Paul Samuelson decían: “Mientras el PIB i el resto de las rentas nacionales parezcan conceptos arcanos, están realmente entre las mejores invenciones del siglo veinte”.
Sin embargo, desde su concepción, también se ha criticado el PIB. Simon Kuznets, uno de los padres fundadores del PIB dijo en el 1934, “El bienestar de una nación difícilmente puede deducirse a partir de una medida de la renta nacional”. Incluso los personajes políticos han sido conscientes de las limitaciones del PIB. Robert F. Kennedy dijo en 1968 que el PIB no “mide ni nuestra inteligencia ni nuestro coraje, ni nuestros conocimientos ni nuestros aprendizajes, ni nuestra compasión ni la devoción a nuestro país, mide todo a medias excepto aquello que hace que la vida merezca la pena”.

Parte 2 : Indicadores más allá del PIB i la falta de innovación
Para superar el dominio del PIB muchos científicos, instituciones, gobiernos e incluso ciudadanos han propuesto alternativas “más allá del PIB”. Este movimiento empezó en los 70, cuando se propusieron varias alternativas que median fenómenos que el PIB no alcanzaba a medir: bienestar, trabajo doméstico, voluntariado, el impacto medio ambiental, la desigualdad, etc. En las últimas décadas han emergido cientos de iniciativas de medidas diferentes. A veces la alternativa más allá del PIB es un índice agregado a un número único, como el Índice del Desarrollo Humano. En otros casos, está capturado por un panel de indicadores, como las Metas del Desarrollo Sostenible (SDGs en inglés).
La Figura 1 muestra uno de los principales índices más allá del PIB, propuesto por un conocido economista medio ambiental: el Indicador del Progreso Genuino (GPI en inglés). Se calcula considerando todos los costes y beneficios que no se incluyen en el PIB. Por ejemplo, el impacto medio ambiental resta y el aumento del tiempo libre, o los trabajos/cuidados domésticos se suman. La Figura 1 muestra un aumento constante del PIB global desde los años 50. También expone que el Progreso Genuino se estanca a partir de los 70 incluso empieza a disminuir, básicamente a causa de desigualdades crecientes e impactos en el medio ambiente.
El gráfico presentado en la Figura 1 representa una contribución importante al cuestionamiento del rol del crecimiento económico en nuestra sociedad. Desarrollamos algunos de los principales campos de debate como el “decrecimiento” o el “crecimiento verde” en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Crecimiento verde, decrecimiento y agnosticismo Un debate clave alrededor del PIB se centra en la cuestión siguiente: “¿Puede seguir el crecimiento económico si buscamos reducir el impacto medio ambiental?” Hay varias perspectivas. Desde el Crecimiento Verde se opina que las dos metas son alcanzables a la vez. Podemos seguir creciendo económicamente mientras respetamos los límites planetarios o incluso mejorando las condiciones medioambientales. El Decrecimiento argumenta que el “crecimiento verde” no es posible. La única manera de respetar los límites del planeta es si la economía decrece. Kate Raworth y Jeroen van den Bergh proponen otra perspectiva en Doughnut Economics (2017), la economía del donut. Argumentan que deberíamos ser agnósticos respecto al crecimiento económico (“a-growth”), porque el crecimiento económico y el PIB son solo medios para llegar a un fin, pero no las metas de la sociedad. Incrementar el bienestar y la sostenibilidad medioambiental deberían ser los objetivos hacia los que avancemos. Si el PIB aumenta o disminuye debería ser irrelevante. Debemos comentar que hay diversas variantes y sutilezas en las opiniones de los defensores de estas propuestas citadas. Y existen otras perspectivas como el post-crecimiento. Es esencial especificar lo que significa el debate sobre el crecimiento económico para personas en distintas posiciones socio-económicas en diferentes regiones del mundo. Casi la mitad de la población mundial vive con menos de $5,50 dólares al día. Para estos billones de personas aumentar su renta contribuiría a una mejora significativa de su bienestar, y solo incrementarían el impacto medioambiental marginalmente. Son las personas con mayores rentas las que impactan más al medioambiente con su estilo de vida, o para las que un aumento de renta no significa necesariamente una mejora del bienestar. Por ende, varios autores, incluyendo Tim Jackson con Prosperity Without Growth y William y Trebeck con Economis of Arrival argumentan de forma convincente que para respetar los límites planetarios el foco debería ser el de cambiar los estilos de vida de las personas viviendo en países ricos. |

Parte 3 : Retos y enfoques para medir la Economía del Bienestar
A pesar de llevar 50 años desarrollando medidas más allá del PIB y de cientos de iniciativas, el PIB sigue siendo el indicador predominante en la sociedad y ninguna de las medidas alternativas se acerca a su influencia. Hay tres áreas en las que el PIB supera las medidas alternativas. La comunidad “más allá del PIB” debería atender cada una de estas áreas:
- Armonización. Como hemos comentado más arriba el PIB está gobernado por un marco económico armonizado a nivel mundial, el Sistema Nacional de Cuentas (SNA). La SNA es una coproducción entre instituciones internacionales y un grupo armonizado a nivel mundial de institutos estadísticos nacionales, y proporciona un diccionario de terminología usado por macro-economistas de todo el mundo. Es un maravilloso símbolo de cooperación global. En el caso de las medidas alternativas no hay estándares globales. Al contrario, hay cientos de sistemas de medidas diferentes, cada uno con una terminología diferente. Como resultado, la definición de conceptos clave de nuestra comunidad, como bienestar, felicidad, desarrollo sostenible, etc., No están definidos globalmente y hay confusión en cuanto a su significado. Necesitamos crear un marco económico armonizado a nivel global que defina los términos relevantes de la Economía del Bienestar y que provea de indicadores armonizados. Seguidamente a la creación de esta información, debería hacerse obligatorio su uso en los institutos estadísticos de todo el mundo.
- Herramientas para la política. Cuando los políticos piden a los macro-economistas de apoyar sus decisiones, éstos les proporcionan distintas herramientas políticas como proyecciones y otros tipos de modelos económicos. Estas herramientas políticas están basadas en el marco del SNA, que proporciona todos los datos económicos necesarios para los modelos macro-económicos. La comunidad de la Economía del Bienestar debería ofrecer una serie de herramientas políticas para apoyar a las decisiones orientadas hacia mejorar el bienestar, la sostenibilidad y la igualdad.
- Narrativas Sociales. El mayor éxito de los economistas ha sido el de reorientar las narrativas pública instalando en la sociedad de la post-guerra la idea de que “el Crecimiento económico es bueno” y el crecimiento del PIB es el objetivo principal de los gobiernos. Los términos económicos como el “crecimiento económico”, el “consumo”, los “consumidores” y la “productividad” son ahora términos usados frecuentemente en los medios de comunicación y en las conversaciones de la vida cotidiana. Consecuentemente, la “economía” se ve como un objetivo común, mientras que el “bienestar” y la “sostenibilidad” son a menudo catalogados como “indefinidos”. Dada la diversidad en las propuestas más allá del PIB y en la terminología empleada, esta reacción es natural; y esto obstaculiza la posibilidad de reorientar la narrativa pública. Los indicadores “más allá del PIB” deberían contribuir a cambiar las narrativas sociales hacia la Economía del Bienestar y alejarlas del Crecimiento Económico.
Para cada una de estas áreas, Armonización, Política y Narrativas Sociales, os exponemos el estado actual de los debates de la comunidad “más allá del PIB” y una visión general de algunas de nuestras iniciativas.
Armonización
La armonización debería ser una prioridad en la comunidad “más allá del PIB”. La diversidad de las iniciativas más allá del PIB refleja la energía, la innovación y la pasión de los que las dirigen, pero no ayuda a la hora de reemplazar el PIB. Gobiernos nacionales e instituciones internacionales (la UN, la OECD, el Banco Mundial y la IMF) deberían empezar el proceso de armonización de las medidas más allá del PIB. ¿Cómo podrían hacerlo?
La armonización empieza por entender las similitudes y las diferencias de las distintas propuestas. Aunque hay cientos de medidas alternativas al PIB, se pueden clasificar en 4 categorías según la metodología. La tabla 1 muestra los distintos enfoques que se pueden categorizar basados en 2 dimensiones:
El Índice vs. Los Paneles del Indicador
Algunas iniciativas proponen un único índice para substituir el PIB. La idea es capturar con un solo número todas las dimensiones relacionadas con el bienestar del ser humano y la sostenibilidad. Desde el punto de vista de la comunicación es una ventaja tener un solo índice. Sin embargo los paneles de indicadores muestran que el bienestar y la sostenibilidad son fenómenos multidimensionales que implican la salud, la educación, el vínculo social, la economía, el cambio climático, la biodiversidad. Esta filosofía sugiere que no podríamos capturar todas estas dimensiones en una sola unidad, así que un panel de indicadores es preferible a un índice único.
Conceptos vs. Actores/Otros fundamentos
Las iniciativas más allá del PIB empiezan desde un fundamento científico conceptual que asigna ”pesos “ a las distintas dimensiones del bienestar o de la sostenibilidad, incluyendo teorías económicas, psicológicas o biofísicas. Otras alternativas al PIB tienen otro fundamento. Por ejemplo los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) se decidieron en un proceso político en el que participaron distintos gobiernos del mundo y otros actores . También hay índices basados en fórmulas matemáticas. Por ejemplo el índice del Desarrollo Humano utiliza una fórmula matemática que agrega las dimensiones de la salud, la educación y la economía de un país, sin tener una teoría que defina los “pesos” de estas dimensiones.
Estas cuatro categorías son rígidas. A veces un índice implica dos dimensiones. Por ejemplo, la Iniciativa para Vida Mejor “Better Life” es principalmente un panel, pero también muestra un índice. No obstante, esta categorización procura un a base comparativa para empezar el proceso de armonización. Para los lectores que deseen conocer más, vayan al apéndice para una explicación adicional sobre los enfoques conceptuales como la contabilidad verde, psicología hedónica o el informe Stilglitz.
La tabla 1 muestra solo algunos sistemas de medidas alternativas al PIB; hay cientos más. También ilustra la diferente terminología para conceptos similares: “Bienestar”, “Bienestar material” “Sostenibilidad”, “Desarrollo Sostenible”, “Planeta Feliz”, “Riqueza integral”, “Ahorros reales”, “Riqueza Inclusiva”, “Desarrollo Humano” o “Calidad de Vida” son solo algunos ejemplos. Solo personas que lleven años estudiando las metodologías subyacentes entenderán la diferencia. Este amplio abanico de terminología lleva a confusión en la comunidad de las alternativas al PIB, y manda un mensaje confuso a la sociedad.

Podemos concluir que la armonización será complicada debido a los distintos enfoques respecto a las medidas alternativas al PIB. Sin embargo, si realizamos un examen más detenido, encontramos razones para ser optimistas:
Superposición
Mientras las iniciativas más allá del PIB adoptan diferentes nombres, si nos fijamos en las medidas subyacentes, vemos que hay mucha superposición. Aspectos como la salud, la educación, el trabajo doméstico, el voluntariado, los vínculos sociales, el cambio climático, la calidad del aire, el crimen y la biodiversidad están casi siempre incluidos en la medidas alternativas al PIB. Hay mucho entendimiento entre los impulsores importantes del bienestar colectivo.
Objetivos para el Desarrollo Sostenible
Los ODS, han generado un marco para la armonización global. Los ODS se acordaron en un poderoso proceso de armonización en el que todos los paises cocrearon y adoptaron los 17 objetivos ODS y 169 metas. La agenda ODS ha ayudado a dar forma a las metas estratégicas de varios instituciones internacionales, gobiernos, empresas, ONGs y ciudadanos, y ha proporcionado una buena base para el entendimiento de las prioridades globales. También ha conllevado otros beneficios como la estimulación de la recolección de datos a nivel global.
Desarrollo Sostenible / Actual vs. Bienestar Futuro
Varias iniciativas están basadas en el informe Brundtland, “El Desarrollo Sostenible es el desarrollo que cubre las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de cubrir las necesidades de las futuras generaciones”. Muchas iniciativas, incluyendo el informe Stiglitz (ver Recuadro 2), argumentan que es importante distinguir dos dimensiones: el bienestar actual (“aquí y ahora”) y la sostenibilidad (“futura”).
Contabilidad del Capital Natural
Una de las ventajas del SNA Sistema de Contabilidad Nacional) es que su estructura de la contabilidad es adecuada para los modelos políticos.Esta estructura se esta utilizando en otros campos. Por ejemplo, en 2014 Naciones Unidas, la Comisión Europea, la OECD y el Banco Mundial adoptaron el Sistema de Contabilidad de la Economía Medioambiental (SEEA en inglés), un estándar estadístico internacional para contabilizar la calidad medioambiental ( a veces denominado “capital natural” ). Casi 100 pases han empezado a publicar su stock y su flujo medioambiental utilizando la metodología SEEA. La Comisión Europea ha declarado obligatorio que todos los miembros de la UE publiquen su contabilidad medioambiental cada año
Instituciones Internacionales
Naciones Unidas, el Banco Mundial, la OECD y otras grandes instituciones han establecido sistemas de medidas globales armonizados en distintos sectores. Aunque hayan empleado planteamientos metodológicos distintos (ver Tabla 1), han iniciado grupos de trabajo para observar la superposición de las iniciativas. Y actualmente hay un proceso interinstitucional entre todas los grandes organismos para revisar los SNA y constituir un marco de contabilidad más amplio, incluyendo los SEEA y otras medidas.
Desde un punto de vista conceptual, hay un creciente potencial en la armonización hacia un marco de contabilidad y de indicadores global. Depende de la voluntad y del soporte político. Para conseguir esto, hay dos elementos cruciales.
- La Comunidad de la Economía del Bienestar debe reconocer que crear nuevos sistemas de medidas con terminología diferente no ayuda a avanzar en este momento. Nuestra energía debería estar focalizada en trabajar juntos hacia unos estándares y una terminología global compartida y acordada. Esto requiere llegar a un acuerdo y dejar atrás algunos términos e índices actuales. Para el bien común, podríamos dejar de desarrollar nuevas iniciativas y dejar de lado algunas de los sistemas de medidas actuales. La armonización de los conocimientos acumulados hasta ahora debería ser un objetivo central de la comunidad “más allá del PIB”.
- Instituciones Internacionales y gobiernos nacionales deberían empezar un proceso que lleve a una armonización global del marco y la terminología de la contabilidad, que permita una diversidad de medidas a nivel local y nacional que reflejen diferentes contextos, valores y objetivos. Este proceso podría potencialmente vincular la armonización y la consecución de los ODS. La armonización solo puede tener éxito con el apoyo de las instituciones internacionales y de los gobiernos. La Alianza de los Gobiernos por la Economía del Bienestar (WEGo – Wellbeing Economy Gobernments Partnership) y otros gobiernos simpatizantes con la causa podrían tener un rol crucial en promover dicha armonización.
Herramientas Políticas
Medir es un ejercicio retrospectivo que ayuda a evaluar como han funcionado las cosas en el pasado. Los responsables de las políticas requieren y necesitan informes y criterios de valoración para tomar las decisiones de futuro. Necesitan saber qué políticas pueden aplicar para mejorar la vida de los ciudadanos. Cuáles son los principales problemas y cómo están relacionados entre si. Qué costes de oportunidad o sinergias han de tener en cuenta a la hora de definir nuevas políticas. Qué políticas pueden ser más efectivas (desde el punto de vista de coste) a la hora de impulsar la Economía del Bienestar. La comunidad de la Economía del Bienestar tiene que proporcionar herramientas políticas que ayuden a los responsables de las políticas a dar respuesta a estas preguntas. Los modelos deben basarse en la mismos datos empíricos que han servido para evaluar el progreso en el grado de desarrollo en el pasado. La información, los datos empíricos han de ayudar a un propósito doble: evaluar el progreso, mostrar en qué punto nos encontramos en el momento actual y proveer de datos a los estudios que ayudarán a tomar decisiones sobre el futuro.
Tanto científicos como institutos políticos han desarrollado herramientas de apoyo a la toma de decisiones para la Economía del Bienestar. En muchos casos, partiendo de modelos económicos que han sido o pueden ser adaptados para las políticas de bienestar. Entre los múltiples ejemplos encontramos:
1. Presupuestos Gubernamentales. En 2019 el gobierno neozelandés introdujo el ‘presupuesto del bienestar’, de modo que la hacienda pública distribuyera sus recursos en base a consideraciones de bienestar. Durante el proceso de distribución, las mediciones pueden apoyar la priorización de problemas políticos. Por ejemplo, el uso de un panel de indicadores (el marco de estándares de vida / living standards framework) durante el proceso de elaboración del presupuesto permitió a la hacienda pública identificar aquellos grupos para los que había que intensificar normativa del bienestar: salud mental, bienestar de los jóvenes y pueblo Maorí.
2. Escenarios. Uno de los elementos más importantes proporcionados por los institutos de política económica son las proyecciones de PIB a corto, medio y largo plazo. Se necesitan modelos similares proyectados hacia el futuro para la Economía del Bienestar. En la actualidad existen modelos, como los Modelos Integrados de Evaluación, que permiten realizar proyecciones simultáneas combinando la evolución del PIB y del cambio climático. Aunque estos modelos de momento cubren únicamente un problema medioambiental, también podrían servir como base para realizar proyecciones más amplias en todos los aspectos de la Economía del Bienestar.
3. Impacto de las distintas políticas. Los economistas disponen de modelos económicos complejos, como el modelo de Medición de Equilibrio General, que pueden emplearse para estudiar el impacto económico de políticas de intervención específicas, como por ejemplo un aumento de impuestos. Estos modelos se han adaptado también a problemas medioambientales, para calcular el impacto de tasas sobre CO2 u otras políticas medioambientales. Este tipo de modelos debería adaptarse también para incluir más facetas de la Economía del Bienestar.
4. Comparando distintas opciones políticas sobre bienestar. En ocasiones los responsables políticos necesitan comparar distintas opciones políticas para ver cuál de ellas funciona mejor. Con frecuencia los economistas emplean análisis de coste-beneficio para estimar el retorno financiero de la inversión en un proyecto. El ‘análisis de coste-beneficio social’ expande el método anterior incluyendo impactos sociales y medioambientales. Este método de análisis, empleado en la elaboración del presupuesto neozelandés y en otros muchos países, permite comparar entre diferentes opciones legislativas y/o priorizar distintas posibilidades de inversión.
5. Evaluación de las políticas. Una vez implantadas las políticas es muy importante evaluar su eficacia / efectividad. En Países Bajos, el ‘Control del Bienestar’ se presenta en ‘El día de la evaluación’, en un debate formal parlamentario sobre el desempeño del gobierno durante el año anterior. En lugar de enfocarse únicamente en la evolución económica, el ‘Monitor del Bienestar’ se fundamenta sobre una serie de indicadores inspirados en el informe Stiglitz, el marco de medición elaborado por la Conferencia de Estadísticos Europeos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Estos son algunos de los ejemplos de modelos que serán necesarios para crear políticas para la Economía del Bienestar. De cualquier modo, ésta requerirá mucho más trabajo para poder proporcionar a los responsables de la políticas, las herramientas útiles para la toma de decisiones. Aunque en muchos casos será cuestión de adaptar las herramientas que existen, en otros será necesario desarrollar abordajes nuevos e innovadores. Una vez más, la cooperación internacional y la armonización de abordajes es clave para hacer avanzar la agenda de manera satisfactoria.
Las crisis provocadas por la pandemia y la emergencia climática han creado un período de experimentación en el que debemos pensar de manera creativa sobre la mejor manera de apoyar a quienes toman decisiones. En esta fase es importante que los países trabajen de manera conjunta aprendiendo los unos de los otros y que desarrollen herramientas y mediciones compartidas. El espacio de colaboración creado por WEGo es un foro clave en el que se facilita este tipo de colaboración creativa entre gobiernos. La OCDE puede y debe también jugar un rol esencial, dado que ha recogido de manera extensa conocimiento sobre la mejor forma de desarrollar e implantar políticas de bienestar.
Narrativas Sociales / Narrativa Social
Las herramientas normativas y de medición son procesos tecnocráticos que influyen sobre cómo piensan e (inter)actúan gobiernos y académicos. De igual modo, el dominio de narrativas económicas y estadísticas tiene una influencia enorme en el discurso social. Las teorías económicas, políticas e indicadores empleados han influido el tipo de conversación posible en la sociedad posterior a la Segunda Guerra Mundial. Para ilustrar este impacto, la Figura 2 demuestra la prevalencia de determinadas palabras (% de las mismas en artículos) en el New York Times (‘periódico de registro?’) entre 1923 y 2020. Para 2020 únicamente se ha tenido en cuenta la información de los 6 primeros meses. Aunque el ‘discurso social’ es indudablemente más amplio que las palabras de un periódico, estos archivos proporcionan una indicación de cómo ha ido evolucionando la conversación en la sociedad a lo largo del tiempo.

Para un ciudadano de hoy puede resultar extraño que palabras como ‘economía’ y ‘económico’ prácticamente no estaban en uso en los años veinte. El término ‘crecimiento económico’ ni siquiera existía hasta que comenzó a emplearse a principios de los sesenta. La imagen 2 nos muestra una popularización gradual de éstos términos, que se encuentran en el corazón de la narrativa económica. La imagen también presenta cómo la narrativa económica llegó a la cima en períodos de tormenta económica, como durante la Gran Depresión, las recesiones posteriores a las guerras durante los años 70, a inicios de los años 80, también de los 90 y del comienzo del S. XXI, durante la crisis financiera y la crisis causada por el Covid-19. Lo más relevante es que a la finalización de cada una de las crisis, la narrativa económica se consolidó en un nivel superior. Es decir, cada crisis económica resultó en un uso más generalizado de estas palabras y la narrativa económica asociada / que las sostiene. El pico reciente más alto se alcanzó como consecuencia de la pandemia Covid19 y el colapso económico que ha supuesto. La palabra ‘económico’ (relativo a la economía) ocupó el 18% de todos los artículos del New York Times entre el 1 de Enero y el 30 de Junio de 2020 y la palabra ‘economía’ apareció en uno de cada 6 artículos.
Por contraste, ¿con qué frecuencia aparecen narrativas y terminología relacionadas con la Economía del Bienestar en artículos durante el mismo período?. La decepcionante conclusión es que los indicadores revisados en la Tabla 1 no pueden mostrarse de manera importante en la Imagen 1. El Índice de Desarrollo Humano ha sido mencionado tan sólo en 187 artículos desde su comienzo en 1990. Los “Objetivos de Desarrollo Sostenibles”, acordados en 2015 han sido referenciados en 88 artículos. El término “huella ecológica”, tan sólo aparece 48 veces. El resto de grandes iniciativas no han superado el número de 10 menciones.
En total, las grandes iniciativas sobre “más allá del PIB” (GPI, BLI, ISEW, SDG, HDI y huella ecológica) sólo aparecen en el 0.011% de los artículos entre 1990 y mediados del año 2020. La prevalencia del término ‘producto interior bruto’ en los artículos del New York Times es 46 veces mayor durante el mismo período. El término ‘crecimiento económico’, sinónimo de ‘crecimiento del PIB’, tiene una prevalencia de 99 ocasiones. Hablar de ‘la economía’, con frecuencia utilizado en sustitución de PIB, se ha usado 312 veces más. Conclusión: el lector habitual del New York Times recibe de manera inconsciente una inundación de narrativas económicas a diario al tiempo que rara vez accede a leer algo que proponga alternativas al PIB.
A pesar de ello hay algunos signos de esperanza. Nuestro análisis sobre The Times también muestra que la atención puesta en problemas específicos está aumentando con rapidez. Por ejemplo, la prevalencia de términos como ‘emergencia climática’, ‘pobreza’ y ‘desigualdad ‘ hace que se estén convirtiendo en términos de uso común.
La importancia de la narrativa económica no es exclusiva del New York Times. Los comercios online, los medios de noticias 24 horas y las redes sociales constantemente ofrecen la evolución de los precios de las acciones e información económica, contribuyendo al aumento de la narrativa económica. El principal objetivo del movimiento / proceso ‘Más allá del PIB’ es reemplazar la narrativa dominante con narrativas sobre la Economía del Bienestar. ¿Cómo acelerar este proceso de cambio de la narrativa dominante?.
1. El proceso de armonización propuesto permitirá a la comunidad de la Economía del Bienestar definir los términos e indicadores a promover y apoyar. Ello facilitará a los periodistas el empleo de los mismos, dado que no será necesario para ellos investigar y comparar entre las múltiples alternativas para decidir los términos e indicadores a emplear.
2. Este proceso de armonización debería priorizar aquellos indicadores intuitivos socialmente y que los ciudadanos pueden aplicar a sus vidas. Por ejemplo, medir el ‘uso del tiempo’supone registrar el tiempo dedicado a y el impacto sobre el bienestar de determinadas actividades, por ejemplo trabajo, ocio, cuidado de niños etc. Esto nos permite a todos conectar a todos de manera intuitiva la medición del bienestar con las actividades que realizamos en nuestro día a día.
3. La educación es vital. La próxima generación de estadísticos, científicos, legisladores, políticos, periodistas y el público en general necesita comprender que existen alternativas a emplear en forma de términos, medidas e indicadores de la Economía del Bienestar. Necesitan guía en cuánto a qué significan y cómo emplearlos.

Parte 4: Convirtiendo las alternativas al PIB en acciones
Para conseguir la visión sobre la medida de la Economía del Bienestar con un abordaje diferente a los sistemas basados en el PIB, las siguientes acciones representan el pensamiento actual sobre lo qué se puede hacerse y que resume las ideas presentadas en este documento.
Naciones Unidas, OCDE, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional
- Iniciar un proceso de armonización global para superar las mediciones basadas en PIB
- Crear un nuevo marco contable (que conecte los Sistemas Contables Nacionales a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las demás grandes iniciativas existentes).
- Recopilar información sobre herramientas políticas que puedan aplicarse para desarrollar políticas para la Economía del Bienestar.
- Sintetizar las estadísticas nacionales en bases de datos globales que puedan emplearse en todos los lugares del mundo.
WEGo / Gobiernos Nacionales
- Apoyar el proceso de armonización internacional.
- Proporcionar mediciones sobre el bienestar y la sostenibilidad más frecuentes y más puntuales que el PIB.
- Crear e implantar herramientas políticas de bienestar basadas en medidas que van más allá del PIB.
Academia / Institutos Legislativos
• Crear herramientas legislativas basadas en medidas que no tengan como base el PIB.
Empresas / Contables
• Apoyar los esfuerzos de armonización dentro de las empresas
• Crear nuevos estándares contables que reflejen el impacto de la empresa sobre el bienestar, la sostenibilidad y la igualdad.
Medios Informativos
• Reducir el apoyo a la narrativa actual sobre la economía
• Aumentar la visibilidad de la narrativa sobre la Economía del Bienestar
Sociedad Civil
Promover narrativas sociales basadas en medidas de bienestar y sostenibilidad
- Involucrarse en los esfuerzos de armonización y contribuir a conversaciones y debates nacionales e internacionales.
- Siempre que sea posible, experimentar y probar índices no basados en PIB en proyectos e iniciativas locales para promover su uso y demostrar cómo pueden emplearse en la práctica.
Una sugerencia de lo que no se debe hacer (para todos los interesados):
• No crear índices adicionales a los que ya existen basados en PIB o paneles de indicadores. Abstenerse de hacerlo a toda costa. Adopten una de las medidas que existen o incluso mejor, apoyen el proceso de armonización de las mismas.
Conclusión:
¿CÓMO INVOLUCRARSE?
Esperamos que este documento le haya permitido conocer mejor el campo de estudio y la praxis sobre el desarrollo e introducción de medidas que superan al PIB, así como algunos abordajes para conseguir que estas avancen en apoyo de la Economía del Bienestar. Le invitamos a formar parte del grupo “Midiendo la Economía del Bienestar” en la plataforma de Ciudadanos de WEAll, donde abordamos de manera continua este tema y trabajamos para transformar “el conocimiento” en acciones en cada uno de los tres pilares identificados en este documento (armonización, modelos legislativos y narrativas sociales) con objetivo de contribuir a un cambio global.
Apéndice A
Referencias / ¿Dónde puedo aprender más?
Libros (en orden alfabético por nombre de autor)
- PIB: Una historia breve y afectuosa – Diane Coyle
- El problema del PIB y el mundo después del PIB – Lorenzo Fioramonti
- Reemplazar el PIB en 2030 – Rutger Hoekstra
- Prosperidad sin crecimiento – TimJackson
- Felicidad – Richard Layard
- El valor de todo – Marianna Mazzucato
- El pequeño gran número – Dirk Philipsen
- La Economía de la Rosquilla – Kate Raworth
- Mal-medir nuestras vidas Our Lives – Joseph S glitz, Amartya Sen Jean-Paul Fitoussi
- Medir lo que cuenta – Joseph S glitz, Jean- Paul Fitoussi y Martine Durand
- La economía de la llegada – Jeremy Williams y Katherine Trebeck
Páginas webs de diferentes iniciativas, incluyendo datos e informes (en orden alfabético)
- Iniciativa para una vida mejor (OCDE)
- Más allá del PIB (Comisión Europea)
- La riqueza cambiante de las naciones (Banco Mundial)
- La huella ecológica (Red de huella ecológica global)
- Índice de Desarrollo Humano (Naciones Unidas)
- Informe sobre la riqueza inclusiva (Naciones Unidas)
- Objetivos de Desarrollo Sostenible (Naciones Unidas)
- Informe de Desarrollo Sostenible (Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible)
- La economía de la riqueza (Universidad de Cambridge)
- Informe sobre el Desarrollo en el Mundo (Banco Mundial)
Académicos
- • Robert Costanza
- • Diane Coyle
• Jean-Paul Fitoussi - • RutgerHoekstra
- • TimJackson
- • Daniel Kahneman
- • Ida Kubiszewski
- • Richard Layard
• Dirk Philipsen - • Kate Raworth
• Amartya Sen
• Joe Stiglitz
• Jeroen Van Den Bergh
Artículos / Informes Importantes
“Informe Stiglitz” (2009) Comisión para la medición del desempeño de la economía y el progreso social.
La paradoja del PIB (2009). Revista de Economía Psicológica – Jeroen Van Den Bergh
Tiempo de dejar el PIB detrás, (2014). Nature– Costanza, Kubiszewski, Giovannini, Lovins, McGlade, Picke , Ragnarsdóttir, Roberts, De Vogli and Wilkinson.
Recomendaciones de la CES (Conferencia de Estadísticos Europeos) en la medición del desarrollo sostenible (2014) – Grupo de trabajo para la medición del Desarrollo Sostenible (UN-ECE, OCDE y Eurostat).
Grupo experto en la medición del desempeño económico y el progreso social (HLEG) (HLEG) (2018) (OCDE).
Apéndice B
Fundamentos Conceptuales: Económico, Bienestar y Biofísico
CONCEPTOS ECONÓMICOS (CONTABILIDAD VERDE Y EL INFORME STIGLITZ)
El PIB no incluye tiempo destinado al ocio, la producción que se genera en el hogar, el cuidado de aquellos a quienes queremos o los daños medioambientales. Desde el inicio de los años setenta, los economistas han tratado de remediar esta situación añadiendo / deduciendo este tipo de componentes de aquellos que conforman el PIB con la intención de llegar a un índice de Contabilidad Verde que proporcione una medida mejor del bienestar. Para conseguirlo, es necesario asignar un valor monetario / económico a las diversas ‘externalidades’ sociales y ambientales. Ejemplo de ello es el Indicador Genuino de Progreso (IGP), adoptado por varios estados en Estados Unidos.
El segundo tipo de índice de contabilidad verde se basa en el ‘capital’. Esta teoría sume que las sociedades tienen varios activos: el capital económico, el natural, el humano y el social. Estos activos de capital pueden emplearse para el bienestar de la generación actual o preservarse para las generaciones futuras. Este abordaje es atractivo cuando el objetivo enfatiza la naturaleza intergeneracional de la sostenibilidad. Para crear un índice, todos estos activos capitales han de medirse en términos monetarios.
A pesar de ello, las técnicas de monetización reciben críticas de economistas y no economistas por igual. En 2009, una comisión liderada por los ganadores del premio Nobel de Economía, Stiglitz y Sen aconsejaron emplear un panel de indicadores en lugar de un único índice de monetización. Los fundamentos teóricos del panel, eran los del abordaje del capital. Los autores aconsejaron la utilización de un panel de indicadores para medir el bienestar actual y otro para medir el bienestar futuro. Las recomendaciones para la medición del Desarrollo Sostenible surgidas de la Conferencia de Estadísticos Europeos emplearon esta información en la creación de indicadores para el “aquí y ahora” y también para el “después”.
Conceptos del Bienestar
Algunos de los sistemas de medición del bienestar se basan en medirlo directamente. Por ejemplo, una medida muy conocida es “bienestar subjetivo”, que puede recogerse empleando diferentes preguntas en cuestionarios como: “¿cuán satisfecho/a se encuentra con su vida teniendo en consideración todo?”. Este tipo de cuestionarios tienen larga historia desde el período post segunda guerra mundial y han contribuido a desarrollar el campo de “la economía de la felicidad”. Recientemente, la OCDE publicó un manual de medición de bienestar subjetivo (OCDE, 2015).
Un segundo tipo de mediciones del bienestar ha sido creado por el premio Nobel Daniel Kahnemann y Alan Krueger. Tomando las 24 horas del día como base pidieron a los encuestados que indicaran cómo se sentían durante las múltiples actividades del día. El índice-U corresponde al porcentja de tiempo dedicado a actividades no gratas, tal y como viene explicado en el libro Pensando Rápido y Lento.
Existen también iniciativas, como el trabajo de Eurostat sobre medidas de la calidad de vida (CdV), que miden las distintas dimensiones en un panel de indicadores.
Conceptos Biofísicos / Suelos Sociales
En ocasiones se emplean conceptos biofísicos para definir indicadores diferentes de los basados en PIB. Por ejemplo, un indicador biofísico es la huella ecológica que calcula la superficie de suelo necesaria para satisfacer el consumo humano (incluyo también el área forestal que se requiere para compensar por las emisiones de CO2). Los cálculos de la huella ecológica demuestran que el punto anual en el que el consumo humano excede la capacidad biofísica de la tierra de regenerar recursos se alcanzó en 2020 el día 22 de Agosto (red de Huella Ecológica Global).
El concepto de ‘límites planetarios’ es un concepto introducido por Johan Röckstrom y sus colegas. No es un índice, sino un 7 de 7 temas medioambientales en los que los límites biofísicos de nuestro planeta se ven amenazados.
El best-seller de Kate Raworth, ‘La Economía de la Rosquilla’, combina dos abordajes conceptuales para crear un panel de indicadores: los límites planetarios y el concepto de ‘suelos sociales’. El abordaje de ‘suelos sociales’ señala los umbrales mínimos para satisfacer las necesidades básicas de la vida.
Traducción por Nancy Domínguez Poblet y María Lorente-Perez del documento original: