Resumen del documento Impactos en el sistema alimentario sobre la pérdida de biodiversidad

Tres palancas para la transformación del sistema alimentario en apoyo de la naturaleza

Research Paper Food system impacts on biodiversity loss. Three levers for food system transformation in support of nature

Tim G. Benton, Carling Bieg, Helen Harwatt, Roshan Pudasaini and Laura Wellesley Energy, Environment and Resources Programme

Febrero 2021

Artículo de la UE breve sobre el informe

Resumen

– La pérdida de biodiversidad se está acelerando en todo el mundo. La tasa global de especies en extinción es hoy varios órdenes de magnitud más altos que la tasa promedio en los últimos 10 millones de años.

– El sistema alimentario mundial actual es el principal responsable de esta tendencia. En los últimos 50 años la conversión de ecosistemas naturales para la producción de cultivos o pastos ha sido la principal causa de pérdida de hábitat, reduciendo a su vez la biodiversidad.

– Nuestro sistema alimentario ha sido moldeado durante las últimas décadas por el paradigma de “alimentos más baratos”. Las políticas y las estructuras económicas han tenido como objetivo producir cada vez más alimentos a un costo cada vez menor. La producción agrícola intensificada degrada los suelos y los ecosistemas, reduciendo la capacidad productiva de la tierra y necesitando una producción de alimentos aún más intensiva para mantener el ritmo de la demanda. Todo ello viene agravado por el creciente consumo mundial de calorías más baratas y de alimentos que consumen muchos recursos

– La producción actual de alimentos depende en gran medida del uso de agroquímicos como fertilizantes y pesticidas, además de energía, tierra y agua, y de prácticas insostenibles como el monocultivo y la labranza intensiva. Esto ha reducido la variedad de paisajes y hábitats, amenazando o destruyendo la reproducción, alimentación y / o anidación de aves, mamíferos, insectos y organismos microbianos, y desplazando a muchas especies de plantas nativas.

– Como uno de los principales contribuyentes a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, nuestro sistema alimentario también impulsa el cambio climático, que degrada aún más los hábitats y provoca que las especies se desplacen a nuevas ubicaciones. A su vez, esto pone en contacto nuevas especies y competencias entre sí, creando nuevas oportunidades para el surgimiento de enfermedades infecciosas.

– Sin una reforma de nuestro sistema alimentario, la pérdida de biodiversidad seguirá acelerándose. Una mayor destrucción de los ecosistemas y los hábitats amenazará nuestra capacidad para mantener a las poblaciones humanas. Proponemos que la reforma debe basarse en tres aspectos fundamentales:

– En primer lugar, los patrones dietéticos mundiales deben converger en torno a dietas más vegetarianas para reducir el impacto desproporcionado de la cría de animales sobre la biodiversidad, uso del suelo y medio ambiente. De este cambio también se beneficiarían la salud alimentaria de las poblaciones de todo el mundo y ayudaría a reducir el riesgo de pandemias. El desperdicio mundial de alimentos debe reducirse significativamente. Juntas, estas medidas, reducirían la presión sobre los recursos, incluidos los suelos fértiles, mediante la reducción de la demanda.

– En segundo lugar, es necesario proteger y reservar más tierra para la naturaleza. La protección de la tierra contra la conversión o explotación, es la forma más eficaz de preservar la biodiversidad, por lo que debemos evitar el uso de la tierra para agricultura. También la restauración de ecosistemas nativos en tierras agrícolas abandonadas da la oportunidad de incrementar la biodiversidad.

– En tercer lugar, debemos cultivar en un entorno más respetuoso con la naturaleza y que apoye la biodiversidad, limitando el uso de productos artificiales añadidos y reemplazando la agricultura de monocultivo por la de policultivo.

Huella global del suelo

– Estos tres aspectos son en parte interdependientes. La protección y reserva de tierras para la naturaleza y el cambio a una agricultura respetuosa con la naturaleza, dependen de cambios en la dieta, y serán cada vez más difíciles de lograr si el crecimiento continuo de la demanda de alimentos ejerce una presión cada vez mayor sobre los recursos de la tierra.

– Este año 2021 ofrece una ventana de oportunidad potencialmente única para el rediseño del sistema alimentario. Se llevarán a cabo una serie de cumbres y conferencias internacionales durante las cuales el tema de los sistemas alimentarios y la biodiversidad serán los temas a tratar. Es importante destacar que el secretario general de la ONU convocará la Primera Cumbre Mundial de sistemas alimentarios de las Naciones Unidas (UNFSS), reconociendo la necesidad de una transformación del sistema alimentario para mejorar la seguridad nutricional, la salud pública y sostenibilidad ambiental.

– Este año, se espera que los gobiernos de todo el mundo desbloqueen inversiones para apoyar la recuperación económica de la pandemia de COVID-19. Los esfuerzos para poner en marcha una “recuperación verde” atraerán las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, como la equidad y resiliencia social, creando nuevas oportunidades para la formulación conjunta de políticas que otorguen prioridad a la salud pública y planetaria.

– A la luz de estas oportunidades, este documento recomienda actuar en tres frentes:

1. Los gestores internacionales deben reconocer la interdependencia de la acción por el lado de la oferta y la demanda. El cambio dietético y la reducción del desperdicio de alimentos son fundamentales para romper los bloqueos del sistema que intensifica la agricultura y la continua conversión de los ecosistemas naturales para la producción de pastos y cultivos.

2. Las partes interesadas que lideran el diseño y la entrega del UNFSS deben garantizar que incorpora un “enfoque sistémico al proceso alimentario” hacia otros procesos, incluidas las negociaciones climáticas de la ONU. La cumbre debe apuntar a atraer los hilos políticos interdependientes de sostenibilidad ambiental, prosperidad inclusiva, crecimiento sostenible y mejora de la salud pública y bienestar.

– Los gestores nacionales e internacionales deben fortalecer la coherencia entre los acuerdos globales y la acción a nivel nacional. Los diálogos nacionales son necesarios para traducir los compromisos globales en acciones sobre el terreno. Al mismo tiempo, los marcos contables nacionales serán clave para comprender el valor de la diversidad biológica y a su apoyo y protección. Hay que crear directrices globales en áreas de políticas como la inversión responsable, el cambio dietético y las soluciones de mitigación del cambio climático basadas en la naturaleza. Todo ello es para orientar los planes de acción a nivel nacional que puedan colectivamente contribuir al cambio transformador que el sistema alimentario mundial necesita.

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Traducción: Francesc Sardà

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