
Hoy La Vanguardia publica un suplemento con motivo de la edición de sus primeras 50.000 portadas. Por razones familiares, mi infancia transcurrió entre Vanguardias, de día y de noche. Con esta entrada de mi blog en esta Vanguardia nuestra, me sumo al homenaje al diario nacido en 1881.
La RBU refuerza las economías de los más desfavorecidos y los empodera ante la oferta de sueldos de miseria
Pau Noy Serrano, 19/11/2020
Hace tiempo que oímos hablar de la Renta Básica Universal, RBU. Se trata de asignar a cada ciudadano una renta suficiente para cubrir sus necesidades básicas, incondicional, igual para todos, y con independencia de su renta y su situación personal. Una auténtica revolución, aunque ya a finales del siglo XVIII, Thomas Paine, uno de los padres de la patria estadounidense, abogaba por esta idea. Desde entonces hasta hoy, un reguero de personalidades cada vez numerosas han defendido la implantación de la RBU.

Entre los apoyos recibidos de famosos se pueden destacar los de Mark Zuckerberg (Facebook), Bill Gates (Microsoft) o Jeff Bezos (Amazon), pero también muchos alcaldes y políticos de todo el mundo que han emprendido con éxito pruebas locales de implantación de RBU. También Colau en Barcelona. Estas pruebas han concluido que la RBU no crea un ejército de vagos, que prefieran cobrar antes que trabajar, sino que refuerza las economías de los más desfavorecidos y los empodera ante la oferta de sueldos de miseria. Por cierto, en USA se habla ya de implantar de un salario mínimo de 15 USD /hora. Por supuesto que en el mundo académico son legión las personalidades que apoyan esta idea, Jeremy Rifkin, Philippe Van Parijs, Yanis Varoufakis, Ramon Espinar además de Daniel Raventós, Lluís Torrens y Jordi Arcarons en Cataluña. Estos tres últimos colegas han hecho simulaciones importantes sobre lo que costaría implantar la RBU en España.
En este enlace encontrarán una completa presentación de los argumentos favorables a la RBU y cómo sortear los potenciales inconvenientes de su implantación.
Argumentos a favor de la RBU
La pandemia de la COVID-19 ha aumentado aún más la brecha entre la minoría a la que le va bien y la mayoría a la que les va francamente mal. Las clases medias se están hundiendo porque los trabajos son cada vez más escasos, más precarios, y lo que antes servía para ganarse la vida con dignidad, ya no sirve desde inicios de este siglo. A su vez, la mayoría de los que ganan dinero, ya no lo hacen con un proyecto emprendedor sino a través de las oportunidades que brinda el capitalismo financiero, conocido como el “capitalismo de casino”. Invirten sus capitales en proyectos iniciados por otros en los que sólo se busca una rentabilidad de dos dígitos. Como además estas inversiones suelen ser transnacionales, se organizan redes de sociedades interpuestas domiciliadas en paraísos fiscales con el evidente fin de no pagar impuestos. No hay que ir muy lejos para encontrar estos paraísos fiscales, porque algunos de ellos se hallan en la propia Unión Europea. Se trata de Holanda, Irlanda o Luxemburgo, una realidad institucional poco decorosa que la Unión debería corregir en breve si de verdad desea reforzar el prestigio de este proyecto político que se llama Europa.
Además, en casi todos los países, también en España, las tributaciones fiscales del capital están topadas, con lo que su tratamiento impositivo real, a igual de renta generada, es la mitad del que soportan las rentas altas del trabajo. Vemos que en España el chollo no es ganar mucho dinero trabajando sino con inversiones financieras, una posibilidad al alcance de los ricos, los cuales muchas veces ni a ciencia cierta saben cuales son los proyectos a los que están contribuyendo a levantar sus capitales.
La pandemia de la COVID-10 ha dejado en España un panorama catastrófico, casi el 40% de la población activa está en situación de pobreza o en riesgo severo de estarlo en pocos meses. A pesar de las vacunas que se anuncian, la recuperación, si llega, se augura muy lenta y mientras tanto los robots y la inteligencia artificial seguirán comiéndose los empleos sin acción sindical alguna que pueda oponerse. La catástrofe energética en ciernes, que se está cociendo por la crónica paralización de las inversiones en nuevas perforaciones petrolíferas debido a la recesión, acabará por hacer saltar el sistema de empleo a no más tardar en 3 o 4 años.
El cambio climático se está frenando y previsiblememente aumentará en los próximos años su velocidad de reducción, pero no será por voluntad explícita de la especie humana, sino a pesar de ella. Sólo estamos empezando a comprender los riesgos de un decrecimiento no acordado entre nosotros.

Cómo aplicar la Renta Básica Universal en España
En la cuantificación con datos de 2010 de Raventós, Torrens y Arcarons se propone dar a cada ciudadano una retribución mensual de 622 eur. Esta RBU equivale al 60% del salario mínimo interprofesional y se otorga por el mero hecho de ser un ciudadano residente en España. La RBU tiene un escalado para los miembros de una unidad familiar. Si el primer adulto recibe 612, hay descuentos para los siguientes adultos de la unidad familiar y mayores descuentos aún para sus menores.
La percepción de esta RBU es compatible con otras presentaciones públicas, como una pensión o un seguro de desempleo, pero se descontarán de esas prestaciones. Es decir, si una persona jubilada recibe 1.200 euros de pensión, cobrará 622 euros por la RBU y otros 578 por la pensión. Pero si un trabajador cobra 1.500 euros de nómina recibirá íntegramente la RBU, alcanzando unos ingresos de 2,122 euros,
¿Es financiable la RBU en España?
Ya he indicado que la RBU es parcialmente compatible con las prestaciones sociales. Por tanto, del cálculo bruto del coste de implantar la RBU debe restarse la mayoría de las actuales prestaciones sociales. Además, la RBU generará importantes ingresos fiscales, vía IRPF e IVA. Raventós, Torrens y Arcarons han calculado exactamente el coste neto de implantar una RBU en España con las características antes descritas. Supondrá un aumento del gasto público español de 22.000 millones de euros, el 2% del PIB, en la hipótesis más favorable. Por ello deberá incrementarse la presión fiscal en la misma cantidad.
¿Es mucho o es poco elevar la presión fiscal en un 2% sobre el PIB? En el gráfico siguiente vemos la presión fiscal de cada país de la UE expresada en términos de porcentaje sobre su PIB. Se ve que la presión fiscal española, el 35,4%, es de las más bajas de Europa, 10 puntos menor que la francesa y 7 puntos por debajo de la alemana y la italiana, por citar las cuatro primeras economías de la Unión.

El fracaso de las alternativas a la RBU
El nuevo gobierno español de coalición de izquierdas aprobó un Ingreso Mínimo Vital, IVM, por valor de 461 euros, como medida de urgencia para personas sin ingresos. Las solicitudes para recibir este IVM habían sido, a 1 de septiembre de 2020, de 837.000 en España, 95.000 de ellas en Cataluña. A pregunta de un diputado valenciano, el gobierno respondió que en aquella fecha sólo se habían aprobado el 1,5% de solicitudes en España y sólo un 0,5% en Cataluña. Porque el IVM no es una prestación universal sino condicionada y las complicadas condiciones impuestas para su cobro devienen una barrera infranqueable para la mayoría de peticiones, empezando porque deben tramitarse telemáticamente, una opción a la que la mayoría de peticionarios no tiene acceso. Para ayudar a esta enormidad de peticionarios a tramitar con éxito sus solicitudes haría falta un ejército de burócratas cuyo costo para el erario público sería de igual magnitud que las ayudas programadas. De hecho, el IVM es una variante de la renta garantizada de inserción, RGI, que está fracasando por idénticos motivos que la RGI ya fracasó en su día.
¿Va a crear la RBU un ejército de vagos en España y en los países que la apliquen?
La respuesta obviamente es no. La RBU no va a crear un ejército de vagos ni en España ni en el mundo. En una próxima entrada de este blog me voy a ocupar con detalle de demostrarlo. Por hoy es suficiente. Espero haberles convencido que la RBU es una buena idea y que es de aplicación viable en nuestro país,
Saludos cordiales