Después de ocho meses de trabajo, el Gobierno ha recibido las 172 recomendaciones que un centenar de personas elegidas al azar ha elaborado para hacer frente al cambio climático.
Para reducir la dependencia energética en tiempos de guerra (y no solo) no basta con apagar la caldera. Un grupo de investigadores aboga por la apuesta de sistema basado en una alimentación ecológica, de proximidad, baja en carne y pescado
El cambio climático socava (ya lo está haciendo) la soberanía alimentaria. Y la guerra acentúa estos riesgos. Existe un serio riesgo de un shock en los mercados globales
A través de la Red se cohesionan políticas comunes de economía social y solidaria, de acceso a una alimentación adecuada de toda la población pensando en especialmente en las personas más vulnerables.
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