El poder “descomunal” de unas pocas empresas está distorsionando el análisis económico en el que los bancos centrales basan sus decisiones
El actual presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aseguró que las políticas monetarias de los últimos años se han aplicado más mirando a las “estrellas” que a la razón o los datos. Pero lo más sorprendente es que tras la ingente inyección de liquidez que los bancos centrales han trasladado a la economía, indicadores como la inflación no se hayan disparado, ni como dijo Powell, se espera que lo hagan en los próximos meses.
Pero si hay un dato que está distorsionando todo lo escrito en los tratados de economía tradicional es la evolución de los salarios.
Salarios incomprensiblemente bajos
En Estados Unidos el mercado laboral ya está en tasas de pleno empleo. Las empresas tienen problemas para contratar empleados, pero los salarios siguen en niveles históricamente bajos. “El salario mínimo Estados Unidos es actualmente es 7,25 dólares la hora, sin que haya subido ni un céntimo desde julio de 2009. Es más, el valor real de ese salario mínimo ha caído alrededor del 20% desde 1979”, denunciaba Alan Krueger en su discurso ante los principales banqueros centrales del mundo.
Krueger, profesor de la Universidad de Princeton, es un experto en mercado laboral y fue el presidente del Consejo de Asesores económicos de Barack Obama, dedicó su intervención en Jackson Hole a analizar los motivos de esas incongruencias, concentrando su origen en una realidad conocida como Monopsony. Una rocambolesca palabra elegida por los estadounidenses para identificar el efecto que el dominio “descomunal”, dice Krueger, de unas pocas grandes empresas está causando en la economía en general y en el mercado laboral en particular.
Salarios y crecimiento inusualmente bajos
Los protagonistas de esta práctica son compañías como Amazon, Google, grandes tecnológicas que emplean a una cantidad crecien
te de trabajadores. También forman parte de este concepto grandes cadenas de alimentación como las franquicias de comida rápida. Grandes corporaciones que dominan su sector de actividad y que conquistan también otras industrias líderes.
Krueger detalló en su exposición como las prácticas de este grupo reducido de compañías están minando el poder de negociación de los trabajadores y recortando la posibilidad de un incremento de sueldos en una economía como la estadounidense donde se ha alcanzado el pleno empleo y las empresas tienen problemas para contratar. Estas compañías utilizan estrategias como el outsourcing (externalización de trabajo), incluyen cláusulas en los contratos que impiden a los empleados trabajar para competencia impidiendo su movilidad laboral y su derecho a buscar mejoras salariales en su sector de actividad. Esto unido al menguante poder de sindicación esta derivando en una pérdida continuada poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente aquellos con menos recursos.
El “efecto Amazon”, un reto a estudiar
Esta realidad distorsiona la teoría clásica según la cual el mercado de trabajo es un mercado perfecto dominado por la oferta y la demanda. El ex asesor de Obama invitó a los banqueros centrales a estudiar con minuciosidad el llamado “efecto Amazon”.
Pero la concentración empresarial no solo afecta a los salarios y la inflación. Esther George, presidenta de la Reserva Federal de Kansas City anfitriona del evento de Jackson Hole también ahondó en esta teoría durante su intervención. George se había centrado en el mercado financiero y cómo la falta de competencia estaba reduciendo la concesión de créditos a hogares y pymes en unos niveles que no correspondían al nivel de liquidez inyectado en el sistema financiero.
Prácticas del mercado laboral no competitivo sobre salarios, empleo y productividad
“Es importante que los banqueros centrales sean conscientes del impacto del uso cada vez mayor del poder del monopsonio y las prácticas del mercado laboral no competitivo sobre los salarios, el empleo y la productividad”, advirtió Krueger.
A diferencia de lo que ocurre en el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de Estados Unidos no solo tiene como guía la inflación también la evolución del mercado laboral. Por ello, la irrupción de un poder externo como el que tiene la monopsony puede distorsionar muchas decisiones basadas en los principios tradicionales de la macroeconomía. “Estas consideraciones deberían ser parte de la conversación junto con otras preocupaciones importantes de los bancos centrales, como el efecto de la política monetaria sobre la estabilidad financiera, el efecto de los aranceles y las guerras comerciales”, advirtió Krueger.