El enfoque de bienestar de Nueva Zelanda con respecto al presupuesto no es nuevo, pero podría cambiar cuestiones importantes
Arthur Grimes Professor de Bienestar y Políticas Públicas, Victoria University of Wellington
A finales de este mes, Nueva Zelanda lanzará su primer “Presupuesto de bienestar“. Se basa en el Marco de estándares de vida (MEV, LSF por sus siglas en inglés) de la tesorería, publicado en diciembre pasado, en el que introdujo una serie de medidas del bienestar, que incluyen identidad cultural, medio ambiente, vivienda, ingresos y consumo, y conexiones sociales.
Para ayudar a interpretar lo que esto podría significar para la política, analizo cómo se ha utilizado el bienestar como una guía para la política en otros sitios.
Veamos primero algunas palabras del primer ministro:
La riqueza es mucho más de lo que […] los dólares pueden medir. Es hora de que admitamos que la vida es más que el dinero, y es hora de que nos enfoquemos no solo en el PIB, sino también en el GWB: el bienestar general.
Y algunas palabras de la tesorería:
El valor final del marco de bienestar es que mejora la calidad del asesoramiento de las políticas de la Tesorería al gobierno, al ayudar a identificar los contraprestaciones importantes para el bienestar y proporcionar una base consecuente para comprender su impacto.
Los más perspicaces se habrán dado cuenta de que algunas palabras que no se mencionan en la primera cita son “libras o euros o”. La cita es del primer ministro del Reino Unido, David Cameron, en 2006. la segunda pertenece al Tesoro de Australia en 2004, preparado durante el gobierno de Howard. Su marco se basó en una publicación de la Oficina de Estadísticas de Australia (ABS) en 2001.
Al presentar el MEV, el Tesoro de Nueva Zelanda declaró:
El bienestar es más que una economía sana. Es por eso que el Tesoro ha desarrollado su Marco de estándares de vida (MEV, LSF, por sus siglas en inglés): nos ayuda a asesorar a los gobiernos sobre la forma en que las contraprestaciones de políticas que realizan pueden afectar los estándares de vida de todos.
Esta es una amalgama del discurso de Cameron y el enfoque del Tesoro australiano de mediados de la década de 2000. ¿Hay algo nuevo en el enfoque del gobierno de Nueva Zelanda que los gobiernos conservadores del Reino Unido y de Australia aún no hubiesen considerado hace más de una década?
Iniciativas de bienestar internacional
Hubo otra iniciativa de bienestar en Francia, basada en el informe muy publicitado Stiglitz-Sen-Fitoussi (SSF) en 2009. Ese informe, encabezado por Jean-Paul Fitoussi y los premios Nobel Joseph Stiglitz y Amartya Sen, fue encargado por el presidente francés. Nicholas Sarkozy, de nuevo un conservador en el espectro político, recomendó monitorear una lista amplia de indicadores de bienestar y sostenibilidad para guiar la política.
La iniciativa de bienestar del Reino Unido murió como marco político con la desaparición de David Cameron. Pero la Oficina de Estadísticas Nacionales ha mantenido vivo el marco de indicadores de bienestar del Reino Unido. La iniciativa australiana fue mantenida por su tesorería para informar las consideraciones políticas, pero nunca llegó a la primera línea del debate político.
El marco francés está vivo y bien. Una ley de presupuesto de 2015 requiere que el gobierno francés informe sobre la evolución de los nuevos indicadores de riqueza y evalúe reformas importantes. Marcos similares se han adoptado formalmente como base para la política en varios otros países.
El enfoque de Nueva Zelanda para el bienestar
El enfoque de Nueva Zelanda está lejos de ser nuevo, pero tiene algunas características distintivas. Obviamente, aborda el bienestar de los neozelandeses en lugar de las personas de otros lugares. Em marco de los Indicadores Aotearoa Nueva Zelanda (IANZ), que son un marco paralelo a los indicadores de bienestar de las estadísticas de NZ, incluye una selección de medidas de cómo Nueva Zelanda interactúa con el bienestar del resto del mundo.
El MEV (LSF) guarda similitudes con el índice Better Life de la OCDE. El panel de MEV (LSF) comprende 38 indicadores en 12 “dominios” de bienestar y mediciones de desigualdades en diferentes grupos de población para nueve de esos dominios.
Quizás la contribución más valiosa de la MEV (LSF) ha sido resaltar los aspectos diferenciales del bienestar entre los grupos de población. Por ejemplo, en promedio, los maoríes tienen un desempeño más pobre en comparación con el resto de la población en casi todos los dominios de bienestar. Si bien ya sospechábamos esto antes, han surgido otros hallazgos interesantes.
Tener en cuenta la edad, por ejemplo. El Departamento del Tesoro muestra que si bien la salud de las personas mayores es probablemente más pobre que el promedio (lo que no es sorprendente), tienen, en promedio, mejores resultados que el resto de la población en la mayoría de las otras medidas, incluido en el bienestar material, como los ingresos, el consumo y la vivienda. . La mayoría no requiere ayuda adicional del gobierno, y no necesitan la donación en efectivo que fue etiquetada de manera engañosa como “pago de la energía de invierno“.
Cómo usar mejor los datos de bienestar
La mayoría de los indicadores incluidos tanto en el MEV (LSF) como en el IANZ ya existen y han sido publicados durante mucho tiempo por las estadísticas de Nueva Zelanda. Mi preciada copia (en papel) de 1903 del Anuario Oficial de Nueva Zelanda contiene más de 750 páginas de medidas relacionadas, entre otras cosas, con el bienestar. Por ejemplo, informa que había 20 “lunáticos” por cada 10.000 habitantes en 1874, que aumentaron a 34 en 1901, y que la proporción era mayor entre los hombres que entre las mujeres.
A efectos políticos, no importa solo lo que medimos, sino cómo lo usamos. Si bien el MEV (LSF) de la tesorería sigue un curso más que probado a nivel internacional, su uso tiene el potencial de ser novedoso. En su declaración de política presupuestaria, el ministro de finanzas Grant Robertson enumeró cinco áreas prioritarias para el “presupuesto de bienestar”:
- Transición a una economía sostenible y baja en emisiones.
- Impulsar la innovación y las oportunidades sociales y económicas en la era digital.
- Elevar los ingresos, habilidades y oportunidades de los maoríes y del Pacífico.
- Reducir la pobreza infantil, mejorar el bienestar infantil y abordar la violencia familiar.
- apoyo al bienestar mental, con un enfoque especial en menores de 24 años.
No está claro cómo llegó el ministro a estas cinco prioridades, pero la priorización en la política fiscal es una virtud. El último gobierno nacional realizó un ejercicio similar con sus objetivos de Mejores Servicios Públicos que tenían como objetivo reducir la dependencia del bienestar a largo plazo, el apoyo a los niños vulnerables, la mejora de las habilidades y el empleo y la reducción de la delincuencia.
El gobierno actual ha insistido en que las “propuestass presupuestarias” de las agencias del sector público se alineen a las cinco prioridades. Incluso los gastos de defensa han sido analizados como contribuyentes al bienestar social. Si bien no deberíamos tensar demasiado el marco de la política de bienestar (podría convertirse en un sinsentido ), el enfoque establecido podría ver un progreso real en el tratamiento de los temas el centro de estas áreas prioritarias.
Las pruebas de fuego
Hay dos pruebas clave. La primera es si el Presupuesto del Bienestar del 2019 proporciona un estímulo significativo sobre las cinco áreas prioritarias. Ignorando la manera opaca en la que se tomaron estas prioridades, el proceso habrá dado dividendos si logra enfocar la atención de las políticas en áreas clave que requieren políticas sociales y económicas. Durante demasiado tiempo, los presupuestos se han extendido con poca generosidad sobre muchas áreas políticas, logrando poco en cualquiera de ellas.
La segunda prueba es si los recursos se liberan para destinarse a las cinco áreas prioritarias reduciéndose los programas con bajo rendimiento. El pago de energía de invierno es un ejemplo. Los préstamos sin intereses para estudiantes de familias ricas son otra.
Un verdadero presupuesto de bienestar se dirigirá a los programas y recursos públicos hacia donde tienen la mejor rentabilidad y dejará de respaldar los programas que tienen bajos beneficios de bienestar. Espero una nota de aprobación moderada para la primera prueba, pero me sorprenderá (gratamente) si veo una puntuación de aprobación para la segunda prueba.
Traducción Neus Casajuana