16.02.2025
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El saqueo continúa. OXFAM nos lo explica en su informe

Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo. Copia parcial del resumen ejecutivo

OXFAM*

La oligarquía de los milmillonarios crece como nunca...

La riqueza de los milmillonarios ha aumentado de forma drástica durante 2024, a un ritmo que triplica al del año anterior. Billones de dólares se están transmitiendo vía herencia, dando lugar a una nueva oligarquía aristocrática que ejerce un inmenso poder en nuestra vida política y nuestra economía.

…mientras la clase trabajadora apenas puede sobrevivir

Las personas que viven en la pobreza en todo el mundo continúan enfrentándose a múltiples crisis. Las cicatrices de la pandemia todavía nos acompañan en forma de deudas imposibles de pagar, de salarios más bajos y un considerable aumento de los precios de los alimentos, complicando enormemente la vida diaria de millones de personas.11

Los conflictos también van en aumento, lo cual agrava la pobreza, el hambre y la desigualdad.12 La crisis climática afecta cada vez más a los seres humanos, provocando muertes por exceso de calor, fenómenos meteorológicos extremos y hambre.13 La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en noviembre de 2024 también ha venido acompañada de un fuerte crecimiento de la riqueza de los milmillonarios, y todo parece indicar que sus políticas continuarán profundizando más aún la desigualdad.14 En su último informe sobre pobreza, el Banco Mundial calcula que, de mantenerse las actuales tasas de crecimiento y sin reducirse la desigualdad, podría tardarse más de un siglo en acabar con la pobreza. 15 Por el contrario, el informe que la reducción de la desigualdad permitiría poner fin a la pobreza tres veces más rápido. 16

Si bien en términos generales las tasas de pobreza se han reducido en todo el mundo, el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza establecido por el Banco Mundial en 6,85 dólares al día en paridad de poder adquisitivo (PPA) es el mismo que en 1990: casi 3600 millones de personas..17 Esta cifra representa actualmente el 44 % de la población mundial. Mientras tanto, en una perversa simetría, el 1 % más rico de la población mundial posee prácticamente este mismo porcentaje de riqueza: un 45 % del total.18 A nivel mundial, una de cada diez mujeres vive en situación de pobreza extrema (con menos de 2,15 dólares al día en PPA);19 hay 24,3 millones más de mujeres que de hombres en esta situación. 20

Las investigaciones del Banco Mundial revelan que tan solo el 8 % de la población mundial vive en países con un nivel de desigualdad bajo.21 En su edición de 2024, el Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad (Índice CRI) elaborado por Oxfam y Development Finance International revela que, desde 2022, la inmensa mayoría de los países presentan tendencias negativas en materia de desigualdad.



Cuatro de cada cinco países han recortado el porcentaje de su presupuesto destinado a educación, salud y/o protección social; también cuatro  de cada cinco países han retrocedido en materia de fiscalidad progresiva, y nueve de cada diez lo han hecho en derechos laborales y salarios mínimos.22 Si no se adoptan medidas políticas urgentes para revertir esta preocupante tendencia, es prácticamente seguro que la desigualdad económica seguirá aumentando en el 90 % de los países.23

Un gran número de países se encuentran en riesgo de caer en la bancarrota. Lastrados por la deuda, no disponen de recursos públicos suficientes para financiar la lucha contra la desigualdad. Los países de renta media y baja destinan, en promedio, el 48 % de su presupuesto a devolver esta deuda, normalmente a ricos acreedores privados con sede en Nueva York y Londres.24 Este porcentaje supera con creces su gasto combinado en salud y educación.

Las mujeres racializadas que viven en la pobreza, en especial las que viven en el sur global, continúan subvencionando la economía global. Se estima que las mujeres dedican 12 500 millones de horas diarias al trabajo de cuidados no remunerado, lo cual supone una contribución a la economía mundial por valor de al menos 10,8 billones de dólares estadounidenses, una cifra que prácticamente triplica en tamaño a la industria mundial de la tecnología.25

Este nivel de desigualdad extrema aumenta el sufrimiento de las personas en todo el mundo y socava los avances logrados en la lucha contra la pobreza.

La mayor parte de la riqueza de los milmillonarios es fruto del saqueo, no del esfuerzo

Existe la idea generalizada, reforzada por los medios de comunicación y la cultura popular, de que la riqueza extrema es la recompensa a un talento extraordinario.26

Sin embargo, esta concepción no tiene fundamento en la realidad. El presente informe defiende que, en la actualidad, la mayor parte de la riqueza que está en manos de la élite milmillonaria no es fruto del esfuerzo. Además, analiza dos grandes factores relacionados con esta riqueza inmerecida:

1. En primer lugar, el auge de una nueva oligarquía de superricos cuya extrema riqueza bien es heredada, o bien está marcada por el clientelismo o vinculada al poder monopolístico. Si esto no se controla, estamos a punto de asistir a la mayor transmisión intergeneracional de riqueza de la historia de la humanidad sin apenas esfuerzo, ni tampoco tributación.

2. En segundo lugar, se trata de saldar cuentas con el colonialismo, no solo como el relato histórico de una brutal extracción de la riqueza, sino como un factor que agrava la desigualdad a día de hoy. La riqueza pasa a manos no solo de los súper ricos, sino de los superricos del norte global. Vivimos una era de colonialismo milmillonario.

En conjunto, la extrema concentración de riqueza que existe en la actualidad no se debe al mérito. Se trata de riqueza arrebatada, no creada.

De buena cuna: el auge de una nueva aristocracia del dinero

En 2023, por primera vez en la historia, han surgido más milmillonarios por la riqueza heredada que por el resultado de sus propios negocios o su puro emprendimiento.27 En la actualidad, todos los milmillonarios menores de 30 años han heredado su fortuna.28 En las próximas tres décadas, más de 1000 de los actuales milmillonarios legarán a sus herederos y herederas más de 5,2 billones de dólares estadounidenses.29 Según los cálculos de Oxfam, el 36 % de la riqueza de los milmillonarios es heredada.30

Y, lo que es peor, la transmisión de esta riqueza vía herencias estará, en gran medida, libre de impuestos. El análisis de Oxfam revela que dos tercios de los países no gravan de ningún modo la riqueza heredada por descendientes directos.31 La mitad de los milmillonarios del mundo residen en países donde no existe ningún impuesto de sucesiones o donaciones que grave la fortuna que legarán a sus hijos e hijas cuando fallezcan.32 A pesar de ser la región del mundo con un mayor volumen de riqueza heredada, tan solo nueve países de América Latina cuentan con algún tipo de impuesto sobre herencias, sucesiones y donaciones.33

Todo ello está dando lugar al rápido auge de una nueva aristocracia de superricos caracterizada por la transmisión intergeneracional de la riqueza.

Acaparación de la riqueza: las grandes fortunas forjadas por el clientelismo

Gran parte de la riqueza de los súper ricos no se debe tanto a lo que saben hacer, sino a quién conocen: a quién presionan, qué favores hacen, a quién financian una campaña o a quién sobornan. En resumen: gran parte de la riqueza extrema es fruto de las conexiones de amiguismo entre los más ricos y los Gobiernos.34

Existe un claro vínculo entre los ámbitos de la economía que son más propensos a este tipo de influencias y la concentración de la riqueza.35 Básicamente, hay más milmillonarios y ultrarricos en los ámbitos más oscuros, corruptos y capturados de la economía mundial. Y no se trata de una casualidad.

Oxfam estima que un 6 % de los milmillonarios de todo el mundo han obtenido su riqueza a través del clientelismo y las conexiones de amiguismo. 36

Los hombres detrás de los monopolios y su riqueza acumulada

En los sectores en los que los monopolios se van consolidando, los milmillonarios ven cómo su riqueza se dispara hasta alcanzar niveles sin precedentes.37 El poder monopolístico, cada vez mayor, explica en gran medida el crecimiento de la concentración de riqueza extrema y la desigualdad en todo el mundo.38 Las empresas monopolísticas pueden controlar los mercados, establecer las reglas y los términos de intercambio con otras empresas y trabajadores y trabajadoras e incluso fijar precios más altos sin perder cuota de negocio.39 Estas estrategias permiten engordar los bolsillos de sus ricos propietarios, algunos de los cuales se encuentran entre los hombres más ricos del mundo.

Jeff Bezos (patrimonio neto: 219 400 millones de dólares estadounidenses)40 construyó el “imperio” Amazon que concentra como mínimo el 70 % de las compras por Internet en Alemania, Francia, el Reino Unido y España.41

Aliko Dangote (patrimonio neto: 11 000 millones de dólares estadounidenses)42 es la persona más rica de África, y ostenta un “cuasi monopolio” en el sector del cemento en Nigeria y un considerable poder de mercado en todo el continente africano.43 Oxfam estima que el 18 % de la riqueza conjunta de los milmillonarios a nivel global es el resultado del poder monopolístico.4

Colonialismo milmillonario

Resulta imposible llegar a entender por completo la naturaleza de la actual crisis de desigualdad sin asumir la alargada sombra que proyecta el pasado colonial, y cómo este continúa alterando nuestro presente.

Podría afirmarse que la naturaleza inmerecida de gran parte de la extrema riqueza de los superricos es sin duda el resultado del colonialismo y sus repercusiones. En la actualidad, la mayoría de los milmillonarios (el 68 % de ellos, con el 77 % del total de la riqueza milmillonaria) todavía residen en países del norte global.45 Y, sin embargo, estos países tan solo representan una quinta parte de la población mundial. Es un hecho que puede resultar difícil de explicar sin una buena comprensión del impacto del colonialismo que aún perdura en la actualidad.

El colonialismo es un fenómeno tanto histórico como moderno. El denominado colonialismo histórico hace referencia al período de ocupación y dominación formal por parte de los países ricos, que en gran medida llegó a su fin tras las luchas de liberación nacional que tuvieron lugar en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El colonialismo actual o colonialismo moderno (también llamado neocolonialismo) es el término que se utiliza para definir los distintos mecanismos, en general más informales, que utilizan sobre todo los países ricos del norte global para continuar ejerciendo poder y control sobre los países del sur global, perpetuando así los efectos del colonialismo formal y las prácticas e ideas que lo sostuvieron. En la actualidad, casi 60 años después del fin de la época colonial a nivel histórico, resulta evidente que la economía mantiene una estructura que facilita el trasvase de riqueza desde el sur hacia el norte global y, en particular, de la gente corriente del sur global hacia las personas más ricas del norte global.

El colonialismo histórico y la clase dirigente

Desde el inicio, las élites más poderosas fueron quienes más alentaron y al mismo tiempo quienes más se beneficiaron del colonialismo. Varios reyes y reinas de Inglaterra apoyaron la esclavitud y se beneficiaron de ella.46 El Congo era propiedad particular del rey Leopoldo de Bélgica, cuya atroz crueldad en el ejercicio del poder causó diez millones de muertes, mientras que él amasaba una fortuna personal de 1100 millones de dólares estadounidenses.47 La mayoría de las grandes mansiones señoriales del Reino Unido, famosas gracias a Jane Austen y Downton Abbey, se construyeron, se beneficiaron o están vinculadas de algún modo a los botines obtenidos a través de la esclavitud y el colonialismo. En uno de sus informes, la National Trust británica (Fundación Nacional para Lugares de Interés Histórico o Belleza Natural del Reino Unido), encargada del cuidado de más de 200 de estas mansiones, estimaba que un tercio de ellas tiene algún tipo de vínculo con el comercio de esclavos.48 La desigualdad extrema que caracterizó el período del colonialismo histórico también era una realidad en los países ricos. En el año 1900, los ingresos del 1 % más rico de la población británica duplicaban a los de la mitad más pobre de la población del país.49 En 1842, en Mánchester, Reino Unido, la edad de fallecimiento de las personas trabajadoras era, en promedio, a los 17 años.50Hombres, mujeres, niños y niñas tuvieron que trabajar hasta la extenuación para hacer posible la rápida expansión industrial y engordar las fortunas en manos de los propietarios de esta nueva economía.

El colonialismo y las ideas que lo sostuvieron hicieron que la clase obrera, a la que pertenecía la mayoría de la población, acabase siendo aún más explotada. Decenas de millones de personas de todo el mundo han padecido un enorme sufrimiento porque las ideas racistas y de supremacismo blanco permitieron la justificación moral y unos niveles de brutalidad y explotación sistemáticos y sin precedentes que, en ocasiones, llegaron al exterminio de la población.

Aquellas colonias cuyo desarrollo se basó en una migración masiva de personas desde las metrópolis, como es el caso de Canadá, Estados Unidos, Australia, Argelia, Sudáfrica y Kenia, se convirtieron en escenario habitual de algunos de los más atroces actos de violencia coloniales, ya que el propósito de los colonos que se instalaban allí era exterminar a las poblaciones indígenas que habitaban los territorios y arrebatarles sus tierras. Estos crímenes terribles, tremendos en cuanto a su magnitud y nivel de violencia, siguen afectando al mundo actual. Pueden considerarse los precursores del genocidio durante la Segunda Guerra Mundial en Europa.51

Esta explotación de personas en todo el mundo generó una explosión de riqueza cuyo beneficio tan solo alcanzó a las personas más ricas de los países más ricos, y contribuyó a generar una profunda brecha de desigualdad en el sur global. En la mayoría de los casos, tan sólo favoreció a una pequeña élite en detrimento de la gran mayoría de la población. Oxfam estima que, entre 1765 y 1900, el 10 % más rico de la población británica extrajo de India una riqueza equivalente a 33,8 billones de dólares estadounidenses según su valor monetario actual. Con esta cantidad se podría empapelar casi cuatro veces la ciudad de Londres con billetes de 50 libras esterlinas.52 Tras la abolición de la esclavitud y su independencia de Francia, Haití se vio obligado a pedir a este país europeo 150 millones de francos prestados (el equivalente a 21 000 millones de dólares estadounidenses actuales) para poder reembolsar a los propietarios de esclavos; y el 80 % de esta cantidad se pagó a los esclavistas más ricos.53 Esto favoreció un círculo vicioso de endeudamiento y debacle que se ha perpetuado hasta el día de hoy en el país.

En el Reino Unido, el origen de la fortuna familiar de muchas de las personas más ricas del país se remonta al esclavismo y al colonialismo, en concreto a la compensación económica que recibieron los esclavistas ricos tras la abolición de la esclavitud.54

Las estimaciones para calcular la compensación por los daños y perjuicios generados por el comercio transatlántico de esclavos, tanto en la época esclavista como durante el período posterior, varían enormemente; esto no se debe únicamente a la gran complejidad de estos cálculos, sino también a las distintas premisas de partida y la amplia diversidad de puntos de vista sobre esta cuestión. Algunos ejemplos de estimaciones de los daños y perjuicios calculadas por diversos grupos académicos van de los 100 a los 131 billones de dólares estadounidenses, de acuerdo con el denominado Grupo Brattle, encargado de abordar el comercio transatlántico de esclavos tanto durante el período esclavista como en la etapa posterior;55 a los 33 billones de dólares estadounidenses que deberían recibir los países del Caribe según CARICOM,56 pasando por los 20,3 billones de dólares estadounidenses que deberían recibir las y los descendientes vivos de la población esclava afroamericana, de acuerdo con las investigaciones de la Universidad de Connecticut.57

El fruto del árbol envenenado: los efectos del colonialismo histórico en la desigualdad actual

La desigualdad que existe hoy en día en el mundo lleva la marca indeleble del brutal pasado colonial. Las huellas de la desigualdad y las patologías del saqueo iniciadas durante la etapa del colonialismo histórico, continúan marcando la sociedad en la que vivimos actualmente.

Todo ello ha dado lugar a un mundo profundamente desigual, desgarrado por una división basada en el racismo y que continúa extrayendo sistemáticamente la riqueza del sur global para beneficiar principalmente a las personas más ricas en el norte global.

Un mundo profundamente desigual

La enorme brecha de desigualdad que separa a los más ricos del resto de la sociedad, tanto entre los países ricos y los países del sur global como dentro de las propias sociedades del sur global, es un legado del colonialismo histórico.

La brecha entre el mundo rico y el resto es increíblemente amplia. En 1820, el primer año para el que hay datos, los ingresos del 10 % más rico de la población mundial superaban en 18 veces a los del 50 % más pobre; en 2020, eran ya 38 veces mayores.58 Esta desigualdad económica entre países tiene su reflejo en muchos otros indicadores de progreso y bienestar. Quizás el impacto más evidente se observa en la esperanza de vida, que en al continente africano aún es, en promedio, más de 15 años inferior a la de Europa.59

La huella del colonialismo se pone de manifiesto también en unos elevadísimos niveles de desigualdad a nivel nacional dentro de los propios países del sur global. Todos los países donde actualmente se registran niveles altos de desigualdad de acuerdo con la definición del Banco Mundial se sitúan en el sur global, con una única excepción.60 El 1 % más rico de la población de África, Asia y Oriente Medio recibe el 20 % del total de los ingresos, un porcentaje que prácticamente duplica al que se encuentra en manos del 1 % más rico de la población en Europa.61

El sistema educativo actual también lleva la marca del colonialismo. Se acaban imponiendo los idiomas y las pautas de creación de conocimiento occidentales, de manera que se amplifica y reproduce la desigualdad; lo vemos por ejemplo en términos de investigación, o dónde están disponibles los mecanismos de financiación global.62, 63 La desproporcionada influencia que ejerce un reducido grupo de instituciones educativas del norte global ha acabado dando forma a las políticas del sur global. En 2017, el 39 % de las personas que ocupaban las jefaturas de Estado a nivel mundial se habían formado en universidades del Reino Unido, Estados Unidos o Francia.64

En la mayoría de los países, la recién lograda independencia no se tradujo en mayor equidad. Con frecuencia, los gobiernos coloniales simplemente fueron sustituidos por élites nacionales que, por regla general, mantuvieron los mismos sistemas económicos y políticos desiguales con los que se habían enriquecido. El legado colonial y en particular, la arbitrariedad de las fronteras y la debilidad de los Estados, ha agravado los conflictos, las guerras y una fragilidad persistente en muchos países.65

Un mundo marcado por el racismo, el odio y la división

El colonialismo histórico se fundamentó en la perniciosa idea de que existe una jerarquía racial. Este tipo de ideas solían basarse en falsedades pseudocientíficas que postulaban el carácter infrahumano de ciertos seres humanos,66 y se utilizaban para justificar y legitimar mayores niveles de extractivismo67 a los grupos racializados, así como incluso el genocidio y el exterminio.

Este legado disgregador, racista y profundamente nocivo continúa moldeando las sociedades y nuestro mundo en la actualidad.68 Sus consecuencias se dejan sentir por ejemplo en Australia, donde un tercio de las personas pertenecientes a los pueblos de las Primeras Naciones se encuentran entre el 20 % más pobre de la población del país. En promedio, los ingresos de las personas de las Primeras Naciones suponen tan solo un 72 % de lo que gana el resto de la población australiana.69 En Sudáfrica, casi 30 años después del fin del apartheid, las personas blancas todavía ganan el triple que sus conciudadanas negras.70 El menosprecio del norte por el sur global quedó patente de forma clara durante la pandemia, cuando se antepusieron los beneficios de las empresas farmacéuticas a las vidas de las personas de los países pobres, una decisión que se cobró millones de vidas.71

Durante el período de colonialismo histórico se ampliaron, aprovecharon, materializaron y agravaron múltiples divisiones, entre ellas las geográficas y las relativas a la casta, la religión, el género, la sexualidad y el idioma. Dichas divisiones se aprovecharon para maximizar las posibilidades de explotar y socavar cualquier tipo de oposición unida frente a los poderes coloniales. La adopción de políticas coloniales para favorecer deliberadamente a unas comunidades en detrimento de otras se ha asociado a un mayor riesgo de guerra civil por razones étnicas.72

Colonialismo y desigualdad de género

El colonialismo y la desigualdad de género son cuestiones que están íntimamente relacionadas. La llegada de los cultivos comerciales coloniales supuso la pérdida de poder y autonomía de las mujeres en el plano económico, así como su exclusión del mercado global que se beneficiaba de las grandes empresas coloniales, mientras que sus contribuciones a la economía se consideraban trabajo no remunerado.73, 74 Al mismo tiempo, durante el período colonial, los colonizadores solían transcribir el derecho consuetudinario partiendo de los testimonios de los hombres, lo cual reforzó las ideas europeas sobre los roles de género.75 En algunos casos, las autoridades coloniales ignoraron el liderazgo político que ejercían las mujeres en algunos de estos territorios y al designar puestos políticos a nivel local, recurrieron exclusivamente a hombres.76 Del mismo modo, el colonialismo impuso estrictas divisiones de género, y se opuso a cualquier forma de homosexualidad en las sociedades colonizadas, siguiendo las normas sociales de las potencias coloniales.77 En la actualidad, la probabilidad de que existan leyes que criminalizan la conducta homosexual es mayor en aquellos países que fueron colonias británicas.78 En conjunto, estas estrategias de división generaron importantes brechas en las sociedades, dejando tras de sí un legado de fragmentación en todo el mundo que, lamentablemente, sigue vigente en la actualidad.

Los motores económicos de la extracción de riqueza

Las instituciones globales, los mercados financieros y las grandes empresas multinacionales, todos ellos actores moldeados por el colonialismo y el dominio de los países ricos, continúan facilitando la transferencia diaria de billones de dólares del sur al norte global.

Instituciones globales: el Banco Mundial, el FMI y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se crearon hace 80 años, poco después del fin de la época del colonialismo histórico, y su modelo de gobernanza profundamente desigual apenas ha cambiado desde entonces. A pesar de albergar a menos del 10 % de la población mundial, los países del G7 continúan manteniendo el 41 % de los votos tanto en el FMI como en el Banco Mundial.79 El voto de un ciudadano o ciudadana belga promedio en el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), una de las cinco instituciones financieras que integran el Grupo del Banco Mundial, vale 180 veces más que el de una persona de Etiopía.80 La decisión sobre quién debe ostentar el liderazgo del Banco Mundial y del FMI todavía se toma en Estados Unidos o Europa, respectivamente.81 Del mismo modo, los países europeos y otros Estados del norte global cuentan con el 47% de los votos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a pesar de representar tan sólo el 17% de la población mundial.82

Esto es relevante porque, por ejemplo, el FMI y el Banco Mundial siguen ejerciendo una enorme influencia en la configuración del sistema económico mundial y, en concreto, en la definición de las políticas económicas de los países de renta baja y media-baja. Estas instituciones se empeñan en recortar gastos esenciales como los sueldos del profesorado y del personal de enfermería. Así, 15 países del sur global que siguieron las recomendaciones del FMI de reducir su gasto público durante la pandemia de COVID-19 recortaron los salarios del funcionariado en cerca de 10 000 millones de dólares estadounidenses, según las estimaciones. Esto equivale a eliminar más de tres millones de puestos de trabajo esenciales, por ejemplo, de profesorado y personal médico y de enfermería, a pesar de la urgente necesidad de este tipo de profesionales que existía en aquel momento.83

El FMI exige a los países prestatarios que antepongan la devolución de sus deudas a sus acreedores sobre todo el resto de la inversión pública, y condicionan el acceso a nuevos préstamos a la puesta en marcha de políticas como la privatización de servicios públicos, la liberalización del comercio y la reducción del déficit público. Estas políticas socavan el acceso de la población a educación y servicios de salud84 asequibles y de calidad, y repercute negativamente en los factores sociales que determinan la salud, como los niveles de renta y la disponibilidad de alimentos.85 Entre 1970 y 2023, los Gobiernos del sur global pagaron a sus acreedores en el norte global 3,3 billones de dólares estadounidenses en concepto de intereses.86 Asimismo, Oxfam ha analizado las recomendaciones del FMI a un grupo de países de renta baja, y por cada dólar que el organismo sugiere invertir en bienes públicos, está planteando recortar cuatro con medidas de austeridad.87

Banca, fiscalidad y el sistema financiero global

La fortaleza de las divisas de los países ricos les otorga una enorme ventaja, al igual que a los propietarios de sus activos financieros. Por ejemplo, durante el primer trimestre de 2024, el 58,9 % de las reservas asignadas por los bancos centrales de todo el mundo figuraban en dólares estadounidenses,88 lo cual les permite obtener préstamos a muy bajo costo y disponer de un capital que destinan a inversiones más rentables en el sur global. Ya tan solo este desequilibrio se traduce en que el Sur paga al norte global casi un billón de dólares estadounidenses al año, de los cuales 30 millones van a parar cada hora a manos del 1 % más rico en los países ricos.89

En la actualidad, los mercados e instituciones financieras más poderosos del mundo continúan teniendo su sede en países del norte global, principalmente en Estados Unidos y Reino Unido. Estos países albergan también a Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch, las agencias de calificación crediticia que determinan la percepción mundial sobre la estabilidad y el riesgo financiero, lo cual repercute a su vez en el costo de los préstamos que solicitan los países, entre ellos los del sur global.

La OCDE, un club de países ricos, sigue dominando la definición de las políticas fiscales a nivel global. Más del 70 % de las prácticas fiscales abusivas de las multinacionales se canalizan a través de jurisdicciones que son miembros de la OCDE, privando a los países del sur global de enormes cantidades de ingresos fiscales.90 La organización Tax Justice Network señala que la mayoría de los paraísos fiscales se encuentran en países ricos o en territorios que dependen de ellos.91

Las empresas multinacionales y el colonialismo moderno

Las actuales empresas multinacionales son una creación colonial. Encontramos sus antecedentes en corporaciones como la Compañía Británica de las Indias Orientales, que dictaba sus propias leyes y fue responsable de muchos de los crímenes del colonialismo.92 En el mundo actual, muchas empresas multinacionales suelen ocupar posiciones de monopolio o cuasimonopolio en los mercados y continúan explotando a los trabajadores en el sur global, en especial a las trabajadoras, en beneficio de sus ricos accionistas que viven mayoritariamente en el norte global.

Las cadenas de suministro mundiales y las industrias de procesamiento para la exportación son los actuales sistemas coloniales de extracción de la riqueza desde el sur hacia el norte. Las personas que trabajan en estas cadenas de suministro suelen verse afectadas por la precariedad de las condiciones laborales, la ausencia de derechos de negociación colectiva y una protección social mínima. Los salarios en el sur global son entre un 87 % y un 95 % inferiores a los del norte en empleos de la misma cualificación.93 Las grandes empresas multinacionales dominan las cadenas de suministro mundiales, beneficiándose de la mano de obra barata y de la continuada extracción de los recursos del sur global; se apropian de la inmensa mayoría de los beneficios y perpetúan la dependencia, la explotación y el control a través de medios económicos. Un exhaustivo estudio realizado en 2022 que trataba de cuantificar los beneficios de este desigual intercambio entre el sur y el norte global entre 1995 y 2015 reveló que, en este período, el norte global obtuvo de esta manera beneficios por valor de 242 billones de dólares estadounidenses (en dólares de 2010).94

Descolonizar nuestra economía y destronar a los superricos

La lucha contra el colonialismo moderno alcanza un hito decisivo en 2025, cuando se cumple el septuagésimo aniversario de la Conferencia de Bandung, en la que los países del Sur intentaron establecer un Nuevo Orden Económico Internacional.95 El lema de la Unión Africana para 2025 es “Justicia para las personas africanas y afrodescendientes a través de la reparación”.96 Además, se celebrarán la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FfD4) y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de las Naciones Unidas.97 Ambos foros constituyen una oportunidad para emprender reformas internacionales que permitan garantizar un futuro más equitativo. Para contribuir a un cambio sistémico real, los Gobiernos deben:

Reducir de manera drástica la desigualdad, estableciendo metas a nivel global y nacional para conseguirlo. Acabar con la riqueza extrema. Comprometerse con un objetivo de desigualdad global que reduzca de forma drástica la desigualdad entre el norte global y el sur global como, por ejemplo, que los ingresos del 10 % más rico de la población mundial no superen a los del 40 % más pobre. Establecer asimismo un horizonte temporal para reducir la desigualdad económica a nivel nacional, con el objetivo de que los ingresos totales del 10 % más rico de la población no sean superiores a los ingresos totales del 40 % más pobre, lo que se conoce como un valor 1 del índice de Palma.98

Reparar los daños del colonialismo histórico. Los antiguos Gobiernos coloniales deben reconocer y disculparse formalmente por todos los delitos cometidos en el marco del colonialismo, garantizando que pasen a formar parte de la memoria ciudadana. Las víctimas deben recibir reparaciones que garanticen su restitución, proporcionen satisfacción y compensen los daños causados, además de garantizar la rehabilitación y prevenir futuros abusos. El costo de las reparaciones debe recaer sobre los individuos más ricos, que han sido los principales beneficiarios del colonialismo.

Acabar con los sistemas que conforman el colonialismo moderno. El FMI, el Banco Mundial, las Naciones Unidas y otras instituciones globales deben transformar por completo su gobernanza, para así poner fin al dominio de carácter formal e informal que ejercen el norte global y los intereses de sus élites y empresas más ricas. El dominio de los países más ricos y corporaciones más poderosas sobre los mercados financieros y las normas comerciales debe terminar. A cambio, es necesario un nuevo sistema que promueva la soberanía económica de los Gobiernos del sur global y facilite el acceso a salarios dignos y prácticas laborales justas para todos los trabajadores y trabajadoras. Deben derogarse todas las políticas y acuerdos de libre comercio de carácter desigual.99

Hacer que los más ricos paguen más impuestos para acabar con la riqueza extrema. El sistema fiscal internacional debe estar gobernado y regirse por una nueva convención marco sobre cooperación fiscal internacional en las Naciones Unidas que promueva una mayor tributación de los individuos más ricos y las corporaciones más poderosas con el fin de reducir drásticamente la desigualdad y acabar con la concentración de riqueza extrema.

Promover la solidaridad y la cooperación Sur-Sur. Los Gobiernos del sur global deben establecer alianzas y acuerdos regionales que prioricen los intercambios equitativos y beneficiosos para todas sus partes, promuevan la independencia económica y reduzcan la dependencia de los antiguos poderes coloniales y de las economías del norte global. Estos Gobiernos deben unirse para, de forma colectiva, exigir reformas en instituciones internacionales como el Banco Mundial y el FMI, y promover el desarrollo colectivo a través del intercambio de conocimientos, tecnología y recursos que contribuyan al desarrollo sostenible y a hacer frente a los sistemas globales basados en la explotación. Al mismo tiempo, los Gobiernos deben reforzar los servicios públicos y poner en marcha reformas en la tenencia de la tierra que garanticen el acceso a la misma.

Acabar con todas las manifestaciones formales de colonialismo en la actualidad. Es necesario proporcionar apoyo a los territorios no autónomos que aún perviven para que puedan ejercer sus derechos a la igualdad de derechos y a la autodeterminación, de acuerdo con el Artículo 1(2) de la Carta de las Naciones Unidas y con la Declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales de las Naciones Unidas.100

*Documento de Oxfam Internacional (Enero 2025), (paginas 7-17):

https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/621668/bp-takers-not-makers-200125-summ-es.pdf?sequence=7

Notas

1 Basado en las acciones con derecho a voto en el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la principal rama financiera del Grupo del Banco Mundial. Véase Mohseni-Cheraghlou A. (11 de abril de 2022). Democratic challenges at Bretton Woods Institutions. The Atlantic Council. Consultado el 30 de agosto de 2024. https://www.
atlanticcouncil.org/blogs/econographics/inequality-at-the-top-democratic-challenges-at-bretton-woods-institutions/
2 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 3.
3 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 4.
4 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 2 y 8.
5 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 5.
6 Banco Mundial. (2024). Informe sobre la pobreza, la prosperidad y el planeta 2024: Vías para salir de las múltiples crisis. (En inglés). Consultado el 21 de octubre de 2024. https://www.worldbank.org/en/publication/poverty-prosperity-and-planet
7 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 7.
8 UBS. (2023). Billionaire Ambitions Report 2023. Consultado el 21 de octubre de 2024. https://www.ubs.com/content/dam/static/noindex/wealth-management/emea/ubs-billionaire-ambitions-report-2023.pdf
9 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 1.
10 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 6.
11 Banco Mundial (2024). Informe sobre la pobreza, la prosperidad y el planeta 2024: Vías para salir de las múltiples crisis. (En inglés). Consultado el 21 de octubre de 2024. https://www.worldbank.org/en/publication/poverty-prosperity-and-planet
12 Brennan, H. y Durmaz, M. (2024) Global Conflict zones grow by two thirds globally since 2021, topping covering 6 million km2. Political Risk Outlook. Consultado el 26 de noviembre de 2024. https://www.maplecroft.com/products-and-solutions/geopolitical-and-country-risk/insights/conflict-zones-grow-by-two-thirds-globally-since2021-covering-6-million-km2/
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15 Ibíd.
16 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 10
17 Banco Mundial. (2024). Plataforma de pobreza y desigualdad. (En inglés). (version 20240627_2017_01_02_PROD) [data set]. Consultado el 11 de noviembre de 2024. pip.worldbank.org
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23 Ibíd.
24 Kamande, A. et al. (2024). Índice de compromiso con la reducción de la desigualdad 2024, óp. cit.
25 Coffey, C. et al. (2020). Tiempo para el cuidado. Oxfam Internacional. Consultado el 10 de octubre de 2024. https://www.oxfam.org/es/informes/tiempo-para-el-cuidado
26 Véase, por ejemplo, Littler, J (2018) Against Meritocracy Culture, power and myths of mobility. London: Routledge and Sandel, M (2022) The Tyranny of Merit: What’s become of the Common Good? Londres: Penguin Press
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29 UBS. (2023). World Inequality Report 2023, óp. cit.
30 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 7.
31 Christensen, M-B. et al. (2023). La ley del más rico. Oxfam. Consultado el 28 de septiembre de 2024. https://www.oxfam.org/en/research/la-ley-delmas-rico
32 Christensen, M-B. et al. (2023). La ley del más rico, óp. cit.
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35 Ibíd.
36 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 7
37 Riddell, R. et al. (2024). Desigualdad S.A., Oxfam. Consultado el 4 de noviembre de 2024. https://www.oxfam.org/es/informes/desigualdad-sa
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42 Forbes. (2024). Aliko Dangote. Consultado el 5 de noviembre de 2024. https://www.forbes.com/profile/aliko-dangote/?list=rtb/
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44 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 7.
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49 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 11.
50 Green, M., Dorling, D. y Mitchell, R. (2018). “Updating Edwin Chadwick’s Seminal Work on Geographical Inequalities by Occupation”. Social Science & Medicine , núm. 197, págs. 59–62. Consultado el 19 de noviembre de 2024. https://doi.org/10.1016/j.socscimed.2017.11.055
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52 Véase Nota metodológica, dato estadístico n.º 6.
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coloniales.
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71 Riddell, R. et al. (2024) Desigualdad, S.A., óp. cit.
72 Lange M., Jeong T. y Amasyali E. (2021). The Colonial Origins of Ethnic Warfare, óp. cit.
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74 Sheldon, K. (2013). “Women and Colonialism”, óp. cit.
75 Kameri-Mbote, P.G. (2002). “Gender Dimensions of Law, Colonialism and Inheritance in East Africa: Kenyan Women’s Experiences”. Verfassung Und Recht in Übersee/Law and Politics in Africa, Asia and Latin America, 35(3), págs. 373–398. Consultado el 1 de octubre de 2024. https://www.nomos-elibrary.de/10.5771/0506-7286-2002-3-373/
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98 El índice de Palma es un indicador que mide la desigualdad de ingresos, centrándose en los extremos de la escala de distribución de los ingresos de una población. Este índice, creado por el economista Gabriel Palma, llama la atención sobre las disparidades entre ricos y pobres, a diferencia de otros indicadores como el índice de Gini,
que analiza la desigualdad en toda la escala de distribución de los ingresos. Véase: Kamande, A. (26 de julio de 2023). “What is the Palma Ratio?” Blog de Oxfam: Views & Voices. Consultado el 20 de noviembre de 2024. https://views-voices.oxfam.org.uk/2023/07/what-is-palma-ratio-inequality/
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