La propuesta de modificación de la Ley Europea del Clima de la Comisión Europea del 2 de julio establece un nuevo objetivo de reducción del 90% de gases de efecto invernadero en 2040, pero a la vez, introduce mecanismos de compensación y flexibilidad, como la compra de créditos de CO2 fuera de la UE o la captura y almacenamiento de carbono, que permitirán en la práctica seguir contaminando.