La Comisión Procomunes. Pero qué son los procomunes?
Desde hace casi un año diversas entidades y colectivos estamos trabajando juntas para la confluencia de la economía y el procomún y el pasado 10 de marzo, en la asamblea general nos constituimos oficialmente como una nueva comisión de la XES.
El procomún: un modelo económico más allá de la tecnología y los mundos digitales
Probablemente muchas de vosotras, al escuchar el término procomún -los commons, o los comunes, o la economía del procomún-, piense automáticamente en los mundos digitales y las tecnologías libres. Pero el procomún no se limita a los bienes digitales: hace referencia a otra forma de entender y practicar la economía, que sigue lógicas distintas de las del mercado y de las estatales y que intenta escapar del binarismo entre propiedad privada y propiedad pública.
Un procomún es un bien material o inmaterial que comparte una comunidad (o que compartimos toda una sociedad), que se gestiona de forma colectiva que lo hace sostenible (que no se agote) y accesible para toda la comunidad, y persigue el interés general como un bien público. Aquí encontramos, en efecto, los procomún digitales, que han contribuido de manera decisiva a la revitalización de este modelo: el movimiento del software libre, la cultura libre, el diseño abierto, el hardware libre, los datos abiertos procomún (fecha commons) y la Economía Circular de Código Abierto. Pero también son procomún los pastos y bosques comunales tradicionales, el agua gestionada comunitariamente (como en los sindicatos de riegos de la huerta valenciana), o lo que podríamos llamar comunes urbanos (por ejemplo, el espacio de gestión vecinal autogestionado Can Batlló ). En realidad, prácticamente cualquier recurso puede convertirse en un procomún: dependerá siempre de la manera en que se gestione y las condiciones de acceso al mismo.
De este modo, la economía del procomún se convierte en un tercer modelo económico -junto a la producción privada y de mercado y de la producción pública jerarquizada por el estado- en el que las comunidades se autoorganizan para producir, reproducir y / o utilizar un recurso colectivo, compartiendo conocimiento y reglas, acceso, reproducibilidad y gobernanza basada en la pertenencia. El énfasis en compartir, la responsabilidad y gestión colectivas y la apertura a toda la comunidad implicada son elementos centrales de este modelo.
La comisión procomún de la XES entiende que la economía del procomún forma parte de la economía social y solidaria en tanto que pone en el centro tanto la sostenibilidad del recurso compartido como la de las personas que forman parte de la comunidad como productoras, como a cogestor y / o como beneficiarias. Así, una combinación de modelos procomún con formas de intercooperación y de mercado social tiene un fuerte potencial transformador de la economía para hacerla más justa, solidaria y que responda a las necesidades reales.
Procomún y cooperativismo, dos marcos para la autogestión
Aunque la idea del procomún como alternativa económica y política se ha revitalizado en las últimas décadas tanto en ámbitos activistas como académicos (la han defendido, entre otros, autores y autoras como Michael Hardt y Antonio Negri, Silvia Federici, David Harvey, Elinor Ostrom, Yochai Benkler, Christian Laval y Pierre Dardot), tiene una trayectoria histórica mucho más larga. El procomún es una forma de economía ancestral en muchas culturas humanas que, en parte, fue destruido, relegado o privatizado por la emergencia de la industrialización, el capitalismo y el estado liberal, y que recientemente se ha visto reactivado con las comunidades colaborativas que producen y comparten recursos a través de internet a la vez que con la emergencia de iniciativas de producción y gestión comunitaria vinculadas a iniciativas de carácter local y territorial.
De hecho, tal y como explica David Algarra en su libro «El común catalán», la gestión comunal ha tenido una gran relevancia histórica en Catalunya, no sólo porque históricamente una parte importante de la tierra y otros bienes eran del común, sino porque la su gestión, antes de la privatización, era socialmente más justa. Así, la autogestión comunal ha permitido y permite a las comunidades campesinas de todas partes resolver gran parte de sus necesidades de forma local y comunitaria y, según la premio Nobel Elinor Ostrom, produce una forma económica más equitativa, centrada en las comunidades locales y no en la necesidad de los mercados.
La trayectoria histórica en Catalunya refuerza la idea de que el procomún y la economía social y solidaria guardan una estrecha conexión. Tal y como ha señalado Ivan Miró, no es casualidad que el nacimiento del asociacionismo y el cooperativismo obrero catalanes coincida en el tiempo con el proceso de cierre de los comunes naturales. A finales del siglo XIX, dos hechos históricos que se producen en paralelo, la culminación de una desposesión de los bienes comunales y la industrialización y urbanización de las ciudades, conllevan la generación de una clase obrera proletaria que empieza a organizarse a través del asociacionismo y el cooperativismo. También en el ámbito agrario la cooperativa ¿
como instrumento? permitió preservar en ocasiones la gestión comunal ancestral. Este enclave histórico representa la base de la primera economía social catalana y una voluntad de articular una gobernanza del común que supere el marco económico y político del capitalismo. Es decir, las asociaciones y cooperativas podrían ser entendidas como las nuevas instituciones de lo común en este nuevo contexto urbano e industrial que surge en el siglo XIX.
Lo que nos enseña esta perspectiva histórica es que procomún y cooperativismo son dos marcos -diferentes pero con importantes solapamientos y potencialidades comunes-para la autogestión: este es probablemente el nexo que liga más claramente los dos modelos. De este modo, la autogestión tiene un vínculo con ambas tradiciones históricas en nuestro territorio que tienen con Internet un nuevo espacio de amplificación. Por un lado, la autogestión de los bienes comunes en Catalunya, que, con la aparición de Internet, se ha reconfigurado y revitalizado alrededor del Movimiento de Cultura Libre (MCL) y procomún digital; y por otro lado, cooperativismo como espacio de autogestión ciudadana, y cuyos valores pueden servir de base para la creación de plataformas tecnológicas.
Como explica Mayo Fuster en el libro Procomún digital y Cultura Libre, el Movimiento de Cultura Libre y procomún digital, que tiene, en el caso de Catalunya, un especial vínculo con el Movimiento de Justicia Global (MJG), ha sido clave en el actualización de la tradición histórica del procomún desde finales del siglo XX. De esta manera, los comunes digitales se configuran como recursos de información y conocimiento que son creados y poseídos colectivamente o compartidos entre una comunidad que tiende a ser no excluyente, es decir, disponible (normalmente gratuitamente) para terceras partes . Los wikis, como por ejemplo la Wikipedia, u organizaciones de licencia abierta, como Creative Commons, son muestras de comunes digitales. Estos son orientados para favorecer su uso y la reutilización, en vez de ser intercambiados como mercancías. Y la comunidad de gente que los construye puede intervenir en la gestión de sus procesos interactivos y de sus recursos compartidos. Es decir, de acuerdo con el paradigma de los comunes, se recupera la comunidad como sujeto activo y participativo de una economía solidaria, como alternativa a la dicotomía estatal / mercantil.
Así pues, hoy día los comunes se pueden encontrar a lo largo y ancho de todo el mundo bajo diferentes formas: desde comunidades indígenas resistiendo la deforestación de las selvas y los campesinos indios luchando contra las corporaciones de los contenedores multimedia, el software de código abierto y los movimientos por los derechos digitales sobre Internet. Las características generales que todos comparten son los procedimientos de democracia directa en su gestión, el diseño y la elaboración abierta, la accesibilidad y la evolución constante.
Debemos ser conscientes sin embargo, que así como las herramientas digitales nos abren un nuevo abanico de posibilidades para desarrollar y compartir bienes comunes, el acceso a las herramientas digitales siguen teniendo un fuerte sesgo de género y, en consecuencia, queda un largo trabajo de refuerzo de la perspectiva de género y feminista al procomún para asegurar dinámicas inclusivas que fomenten la adopción de las nuevas tecnologías entre las niñas y mujeres y para paliar la tendencia a que se dé una fuerte discriminación de género en las comunidades de software libre .
Confluencia de la economía del procomún y la economía solidaria
En la comisión procomún de la XES entendemos que los valores, el conocimiento y las lógicas del modelo procomún, por un lado, y los de la economía solidaria, por otro, pueden servir para reforzar mutuamente los dos modelos en su potencial transformador de la economía. El cooperativismo de plataforma, que intenta aplicar las formas y valores cooperativos a la economía de plataforma, puede constituir, por ejemplo, un primer paso en este sentido. Desde la comisión XES procomún nos proponemos trabajar por esta confluencia de la economía del procomún y la economía solidaria, entendiéndola como una relación de influencias bilateral y múltiple. Por un lado queremos compartir el conocimiento, los recursos y la forma de trabajo del procomún -especialmente de la tradición de los procomún digitales- con la comunidad de la economía solidaria. Esto incluye, entre otros, generar espacios de formación para sensibilizar sobre la privatización de las herramientas tecnológicas y promocionar las herramientas de software libre alternativas y promover la liberación de contenidos, diseños y datos mediante licencias libres y formatos estándares abiertos; haciendo un acompañamiento a las entidades de la XES para que puedan utilizarlas. Por otra parte, nos proponemos trabajar para visibilizar y acompañar las iniciativas que trabajan con procomún digitales u otros proyectos de recursos comunitarios compartido y que trabajan o quieren iniciar proyectos socioeconómicos para acercarlos a las prácticas y valores de la economía solidaria. Conscientes de que esta es una tarea colectiva, queremos que esta primera presentación en público sea una invitación abierta a cualquier iniciativa o persona individual, socia o no de la XES a participar en esta comisión para acercar entre todas las común digitales a la Economía solidaria. Puede escribir a comunicacio@xes.cat para ponerse en contacto con la comisión.
Referencias
- Ricard Espelt Rodrigo.Consum autogestionat en l’era de la Societat Xarxa
- David Gómez Fontanills et al.Transitant cap al procomú: La Comunificadora
- Ivan Miró. Commons & Coops.Vers l’autogovern del comú
- David Algarra.El comú català. La història dels que no surten a la història
- Comissió TIC Pam a Pam.Alternatives al Capitalisme Digital
- Yavor Tarinski. The Commons:Beyond the State and the Market
- Mayo Fuster Morell, Joan Subirats, Marco Berlinguer, Rubén Martínez & Jorge Salcedo. Cultura libre y procomún digital en Cataluña. Barcelona: Icaria Editorial.
- Mayo Fuster Morell. Revista Nexe –Cooperativisme de plataforma: regirar l’economia col·laborativa per a un futur sostenible
- Mayo Fuster Morell.Governance of online creation communities. Provision of infrastructure for the building of digital commons. Social and Political Science Department. (PhD thesis). European University Institute (Florence).
http://xes.cat/2018/04/30/xes-procomuns-confluencia-del-procomu-less/
Traducción Teresa Abril