El crecimiento verde requiere que la asociación entre el PIB y las emisiones de GEI deje de existir: que se conoce como «desacoplamiento». No hay ninguna evidencia de que el desacoplamiento absoluto sea posible
Mark H Burton
The Steady State Manchester team 12/9/19
Conferencia impartida como parte de la sesión de panel sobre La economía de la emergencia climática, en el acto de lanzamiento de la Universidad Metropolitana de Manchester para el Future Economies Research Center
En los últimos meses, como mínimo, ha aumentado la conciencia de la situación desesperadamente alarmante a la que ahora se enfrenta la humanidad, con un clima acelerado y una crisis ecológica. Por lo tanto, los intentos de diseñar propuestas de políticas asertivas son muy bienvenidos. El New Deal verde es la propuesta que actualmente está recibiendo la mayor atención y quizá tiene más atractivo. Así que quiero tratar algunas cuestiones críticas que generalmente parecen ignorarse en el entusiasmo contagioso por la idea. Al hacerlo, también ensayaré algunas ideas desde la perspectiva del decrecimiento.
Preámbulo
Todo este tema trata de las relaciones entre tres esferas, el valor de cambio, el valor de uso y la materialidad (física).
Diagrama con tres esferas, valor de cambio, valor de uso y materialidad
- Nuestro problema fundamental es una crisis material, de contaminación de carbono y sus impactos en nuestro ecosistema, y de extracción de recursos que está devastando los ecosistemas y los medios de vida.
- Las propuestas políticas están relacionadas, en el fondo, con garantizar que las poblaciones humanas puedan acceder a los valores de uso, derivados del trabajo humano, que actúa sobre la realidad material del mundo.
- Pero nuestro sistema económico, que media en la relación entre los valores de uso y la materia, se basa en valores de cambio, la monetización de bienes y servicios.
Veamos los 6 problemas del Green Deal teniendo en cuenta estos principios:
1.Flujos de materiales y extractivismo
En una de las declaraciones más claras sobre la teoría que sustenta la idea de Green New Deal (GND), el equipo original de GND del Reino Unido explicaba que:
“… la intervención del gobierno genera empleo, ingresos y ahorro, y los ingresos fiscales asociados restituyen la inversión al erario público. Este es el proceso multiplicador, atribuido a Richard Kahn, el seguidor más cercano de Keynes.
Cualquier gasto público debería destinarse al beneficio de las empresas nacionales y los salarios generados crearían un mayor gasto en bienes y servicios de consumo. Por lo tanto, las iniciativas combinadas en el sector de calefacción y electricidad generarán ingresos en las empresas de construcción y tecnológicas. Después, los salarios de los trabajadores se gastarán en alimentos, ropa, entretenimiento en el hogar, el teatro, etc., creando demanda para esas industrias ”.(New Economics Foundation 2008, p. 27)
Para más información sobre el pensamiento keynesiano que fundamenta el Green New Deal, véase este artículo:
For more on the Keynesian thinking that underpins Green New Deals see this article.
Pero aquí reside el problema. Los aumentos de escala en la actividad económica (tal como se mide convencionalmente en términos de PIB) están asociados a aumentos en el flujo de energía y materiales, y estos incrementos están relacionados con un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente como resultado de la extracción y combustión de los combustibles fósiles. El crecimiento verde requiere que esta asociación entre el PIB y las emisiones de GEI deje de existir: que se conoce como «desacoplamiento». Es dudoso que algún país desarrollado haya logrado este desacoplamiento a la escala y la permanencia requeridas (Burton and Somerville 2019 2019, pp. 99-101), especialmente cuando se tienen en cuenta el transporte internacional por barco y avión más el carbono incorporado en las importaciones (Anderson 2019 .
Independientemente de los niveles de emisiones de GEI, los flujos de materiales que sustentan la escala actual de la economía ya implican problemas con las industrias extractivas (ubicadas principalmente en el Sur global) y el cambio en el uso de la tierra en general. Para estos flujos de materiales, la evidencia general es que no hay desacoplamiento del crecimiento del PIB, con una huella material (internacional) que aumenta un 6% por cada aumento del 10% del PIB (Wiedmann et al. 2015).
Por cada incremento en la escala de la economía, hay un incremento en la extracción de minerales, la cantidad de minas, la extensión de la tierra cultivada, la extracción de agua, la cantidad de barcos, camiones y aviones que transportan bienes y personas, y en la cantidad de residuos que deben eliminarse, ya sea reciclando o arrojándolos a la tierra, el mar y el aire, sus sumideros ecológicos.
2.El multiplicador no se preocupa por el clima
El efecto multiplicador, mencionado anteriormente, crea un problema porque no es específico: si el resto de condiciones sigue igual, no existe un control sobre dónde tiene lugar el impacto del efecto multiplicador. De ahí que el crecimiento deseado y limpio de la economía tendrá implicaciones indeseables en términos de uso adicional de recursos y energía. Limpieza engendra suciedad.
3.Las limitaciones inherentes de las energías renovables.
El GND enfatiza el cambio a la energía renovable. Hasta ahora, el aumento del despliegue de la energía renovable no ha llevado a una reducción del uso de combustibles fósiles a nivel mundial. En general, su despliegue ha sido añadir en lugar de reemplazar combustibles fósiles del mix energético global. Además, es dudoso que las energías renovables puedan proporcionar la magnitud de energía concentrada utilizada por la economía global actual: las restricciones son menores en la energía que teóricamente podría generarse a partir de los flujos naturales, que en los minerales necesarios para desplegarla: minerales utilizados en generadores y motores, en baterías y en electrónica, así como también cobre para la transmisión de energía (García-Olivares 2015). Todo ellos son finitos y con sustituibilidad limitada. La revolución será de de baja potencia, por lo que el Green Deal debe tener en cuenta un plan para el descenso energético.
4.Disminución del retorno de la inversión debido a la escasez de recursos
El emblemático y reconocido estudio “ Los límites del crecimiento” construyó un modelo de los impactos en los recursos cada vez más escasos y su aumento de costos. Esto socava la estabilidad del sistema de producción mucho antes de que los recursos estén casi agotados: la reducción inexorable de los rendimientos de la inversión conduce a un colapso económico (Meadows et al.1974, 2005, Turner 2008, 2014, Homer-Dixon et al.2015). Cualquier sistema económico en expansión tiene que lidiar con esto, incluso si explota con éxito flujos de energía natural esencialmente libres: no se pueden crear minerales a partir de la luz solar. Estas consecuencias económicas de la creciente escasez e inaccesibilidad de la mayoría de los minerales y metales deben abordarse en cualquier acuerdo ecológico creíble. Sin embargo, casi no hay discusión sobre esta realidad crucial en ninguna de las propuestas, ni sobre las demandas intensivas de recursos ‘ocultas’ de nueva tecnología.
Leer más sobre los límites del crecimiento y el problema EROI.
5.Los otros límites planetarios
Incluso si fuera posible mitigar la crisis climática a través del tipo de transformación propuesta en los diversos Acuerdos Verdes, hay otras crisis ecológicas a las que enfrentarse. Podemos entenderlo en los términos del marco de los límites planetarios propuesto por Johan Rockström y colegas (Rockström et al. 2009a, 2009b, Steffen et al. 2015). El cambio climático es solo uno de estos límites. A partir de 2015, la evidencia disponible para los investigadores de los límites planetarios muestra que
«Cuatro de nueve límites planetarios se han cruzado como resultado de la actividad humana: … …
Dos de estos, el cambio climático y la integridad de la biosfera, son lo que los científicos llaman «límites centrales». Alterar significativamente cualquiera de estos «límites centrales» «conduciría al Sistema Tierra a un nuevo estado».
Transgredir un límite aumenta el riesgo de que las actividades humanas puedan llevar al Sistema de la Tierra a un estado mucho menos hospitalario, dañando los esfuerzos para reducir la pobreza y deteriorando el bienestar humano en muchas partes del mundo, incluidos los países ricos … «
No está claro si los diversos Green Deals se proponen abordar estas amenazas adicionales y de qué manera piensan hacerlo, o si se basan, explícitamente o no, en el crecimiento verde.
Debo señalar que el conjunto de propuestas más nuevo y completo, de la agrupación Green New Deal for Europe, reconoce e intenta abordar todas estas preguntas, aunque no necesariamente de manera convincente (Adler, Wargan, & Prakash, 2019).
Pero es en la economía política de GND donde tenemos una contradicción fundamental que no se resolverá fácilmente.
6.El GND y el imperativo del crecimiento capitalista
La financiación de los costes del GND ha generado mucho debate y no voy a entrar en las complejidad del asunto. En términos generales, se propone que estos sean asumidos por el gobierno y el sector privado, recaudando crédito de otros sectores de la economía, es decir, inversores individuales y corporativos, incluidos los fondos de pensiones del sector público y privado.
El problema es que todo este crédito conlleva un retorno de la inversión.
Para el sector privado, este retorno se realiza a través de intereses o dividendos, en función de los beneficios de la nueva actividad.
Algunos defensores sugieren que el GND se financie con dinero creado por el gobierno especialmente para este propósito, imprimiendo dinero electrónicamente.
En todos estos casos, el avance del dinero para la inversión requiere, en última instancia, la expansión continua del capital, el modus operandi del sistema capitalista, basado en la expropiación de la plusvalía en el proceso laboral, que conocemos como crecimiento económico. Sin expansión, no hay retorno del desembolso o es insuficiente.
A pesar de las afirmaciones de algunos defensores de GND, el Green Deal se basa en la expansión del PIB y, como vimos, no podemos confiar en eso para desacoplarnos de los impactos materiales.
Mitigar el imperativo de crecimiento
Es decir, a menos que podamos encontrar otra forma de hacerlo. Algunas indicaciones de que esto podría ser posible son:
- Fijar límites (caps) en los recursos y en la energía.
- Revisar la evidencia de que el crédito no implica necesariamente crecimiento.
- Sacar la producción de la propiedad privada.
- Redireccionar gastos innecesarios.
- Sustituir la producción de material por la gestión social y ambiental / «depense».
En primer lugar, un Acuerdo Verde ecológicamente viable implicaría alguna forma de limitar el uso de las fuentes de recursos y energía y, efectivamente, el racionamiento equitativo de los productos (bienes y servicios). Esta acción también incentivaría la transición ecológica a ofertas de mercado menos intensivas en el uso de recursos, siempre y cuando las actividades responsables de las emisiones no se trasladasen a la clandestinidad.
En segundo lugar, muchos estudios muestran que la creación de crédito podría, bajo ciertas condiciones, financiar inversiones necesarias sin crear un imperativo para el crecimiento económico (Berg et al.2015,Jackson and Victor 2015, Lee and Werner 2018).
En tercer lugar, si los sectores industriales de la nueva economía se sacasen de la propiedad privada capitalista, entonces no se requeriría necesariamente el motor de la necesidad de autoexpansión del capital, aunque creo que esto implicaría una trayectoria hacia un estado estacionario, al menos para este sector de la economía.
En cuarto lugar, parte de la expansión podría probablemente financiarse mediante la priorización y la redirección de la actividad económica indeseable, aunque gran parte de la financiación todavía requiere rentabilidad.
En quinto lugar, como propone el último de los documentos del GND, la demanda agregada de energía debe reducirse disminuyendo la escala de la producción y del flujo de materiales. Eso implicaría la transferencia de la creación de bienestar y generación de ingresos desde la producción industrial a la reproducción social y ambiental: mantenimiento, reciclaje, reparación y restauración de recursos ambientales e infraestructuras, así como educación, cultura y cuidado de las personas y del medio ambiente. Pero esa idea próxima a la “depense” (gasto ocioso) defendida por algunos teóricos del decrecimiento (por ejemplo,Kallis, 2015), además de sonar como un castillo en el aire bajo el capitalismo, ignora la externalización masiva, neocolonial, de la producción industrial a otras economías.
Realizar estos cambios de forma gestionada sería mucho mejor que la destrucción periódica de valor no gestionada, que es una característica de los ciclos capitalistas, pero ¿cómo logramos que se realicen?
Traducción: Neus Casajuana