Más de una veintena de expertos en ecología de la conservación y economía ecológica han revisado diversos trabajos científicos y de política internacional
15 abril, 2020
Adoptar límites al comercio internacional de recursos o reducir y repartir el trabajo son algunas de las propuestas
El aumento del consumo de recursos y emisiones contaminantes como consecuencia del crecimiento económico no es compatible con la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, la mayoría de políticas internacionales de biodiversidad y sostenibilidad aboga por el crecimiento económico. Estas son las principales conclusiones de un estudio con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) elaborado por más de una veintena de expertos. La investigación, firmado por más de 22 investigadores de unos 30 centros de 12 países, aparece publicada en la revista Conservation Letters.
Los científicos recomiendan que la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES por sus siglas en inglés) –un organismo intergubernamental independiente– incorpore en sus informes un escenario que vaya más allá del crecimiento económico, como parte de su labor actual de proyección del futuro de la biodiversidad.
Según los investigadores, hasta ahora los escenarios de cambios de la biodiversidad consideraban que la economía tiene que crecer y buscaban opciones de políticas para minimizar la pérdida de biodiversidad que no comprometiesen el crecimiento económico. En cambio, según este nuevo artículo, es recomendable partir primero de objetivos de conservación y bienestar social y, a continuación, estudiar qué trayectorias económicas podrían cumplirlos.
«Esto puede significar tasas positivas o negativas de crecimiento del Producto Interior Bruto», afirma Iago Otero, investigador del Centre Interdisciplinaire de Recherche sur la Montagne de la Universidad de Lausana (Suiza) y líder del estudio, que añade que cada vez más voces en el IPBES piden “sustituir este indicador económico por nuevos paradigmas de bienestar”.
Tomando como ejemplo los últimos 170 años en los Estados Unidos, el equipo de investigación se pregunta por el sentido de continuar con un crecimiento económico claramente asociado a una pérdida de biodiversidad, pero cuya contribución al progreso social se estancó a finales de los años setenta.
“El estudio pretende contribuir a superar la dependencia del crecimiento económico de los países y a proponer cambios en las prioridades políticas nacionales e internacionales hacia un mayor esfuerzo por la conservación de la biodiversidad y el bienestar humano”, resalta Lluís Brotons, investigador del CSIC en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
Alternativas para conservar la biodiversidad
El artículo apunta siete propuestas alternativas para garantizar la prosperidad más allá del crecimiento y detener la pérdida de biodiversidad. Se concretan en acciones tanto nacionales como internacionales, por parte de comunidades diversas, ONG, los científicos y las empresas y son las siguientes:
1. Limitar la comercialización de recursos a alcance internacional.
Todos los productos contienen una cierta cantidad de recursos y uso de tierras necesarios para su producción. El trabajo propone establecer topes absolutos a esta cantidad en los productos comercializados y asignarlos por países. Se argumenta que un menor comercio internacional reduce la extracción de recursos y la expansión de especies invasoras.
2. Restringir la actividad de las industrias extractivas en áreas de elevada biodiversidad.
Instaurar limitaciones claras y eliminar los subsidios a las industrias extractivas insostenibles contribuye a frenar la pérdida y fragmentación de hábitats. Asimismo, se podrían decretar moratorias de extracción en regiones altamente sensibles.
3. Disminuir la expansión de las grandes infraestructuras.
Reexaminar con detalle la necesidad de nuevas grandes infraestructuras (aeropuertos, presas, autopistas) y su impacto en ecosistemas y comunidades humanas sensibles. Además, proteger las zonas que aún están libres de carreteras, para detener la rápida pérdida de su biodiversidad y sus culturas en peligro.
4. Reducir y repartir el trabajo.
Promover legislación que reduzca la semana laboral y apoyar a las empresas que aplican planes de reparto del trabajo puede reducir la presión ambiental y los impactos sobre la biodiversidad.
5. Fomentar el desarrollo agroecológico y la soberanía alimentaria.
Favorecer el apoyo gubernamental a los sistemas agrícolas sostenibles y a los alimentos locales y ecológicos, mediante reglamentos y subsidios y ajustando los sistemas fiscales en consecuencia. Con ello se busca acortar las cadenas de producción, bajo criterios de biodiversidad y sostenibilidad, reducir la presión de la producción agrícola y ganadera e impulsar la diversidad dentro de las especies, entre especies y de paisajes.
6. Priorizar una planificación urbana compacta y el uso compartido de la vivienda.
Promover el uso eficiente del suelo mediante soluciones integradas de vivienda colectiva, el control de los alquileres y la limitación del suelo disponible para urbanización y expansión periurbana. Reducir la presión de la urbanización sobre los suelos agrícolas periurbanos.
7. Informar del impacto de la producción sobre la diversidad biológica.
Gravar los anuncios de productos que supongan una sobreexplotación de las especies y los suelos. Aumentar la conciencia sobre los efectos de los productos en la diversidad biológica gracias a un mejor etiquetado y campañas de información. Fomentar programas de educación de consumo responsable.
Comunicación CREAF / CSIC Comunicación
Referencia científica: Iago Otero, Katharine N. Farrell, Salvador Pueyo, Giorgos Kallis, Laura Kehoe, Helmut Haberl, Christoph Plutzar , Peter Hobson , Jaime García‐Márquez, Beatriz Rodríguez‐Labajos, Jean‐Louis Martin, Karl‐Heinz Erb, Stefan Schindler, Jonas Nielsen, Teuta Skorin, Josef Settele, Franz Essl, Erik Gómez‐Baggethun, Lluís Brotons, Wolfgang Rabitsch, François Schneider, Guy Pe’er. Biodiversity policy beyond economic growth. Conservation Letters. DOI: 10.1111/conl.12713