Cómo debería ser el Fondo de Recuperación y Resiliencia (RRF) propuesto, que constituye el núcleo del plan de la UE de 750.000 millones de euros del Plan europeo «Next Generation» (NGEU)
Los principales argumentos y recomendaciones del documento son:
- La “resiliencia” puede entenderse como la capacidad de resistir las situaciones disruptoras. El mayor riesgo de disrupción proviene de la naturaleza insostenible de nuestras economías.
- Los instrumentos de recuperación (NGEU y RRF) priorizan el crecimiento económico por encima de la sostenibilidad, creando una paradoja en la que la recuperación a la normalidad será insostenible y, por lo tanto, no resiliente.
- El RRF debe reformularse para apoyar solo a las empresas que están invirtiendo para alejarse de las prácticas insostenibles, o que permiten que otras actividades se vuelvan sostenibles, o que ya sean sostenibles. Estas definiciones se pueden encontrar en el Reglamento de taxonomía de la UE.
- El RRF no debería ofrecer ningún apoyo a las empresas que son insostenibles según esas definiciones. Esto incentivaría la transición y evitaría el desperdicio.
- A medida que desaparecen los puestos de trabajo en actividades insostenibles, las personas que trabajan en ellos deben recibir a toda costa el apoyo de una nueva formación o de un ingreso garantizado a un nivel que garantice la dignidad humana.
- Los fondos del RRF deben asignarse un 30% a actividades sostenibles con bajas emisiones de carbono que estén totalmente alineadas con el acuerdo de París y el 70% restante a empresas que «no causen daños significativos» según se define en el Reglamento de taxonomía.
- Para recibir su parte de los fondos del RRF, los estados miembros deben presentar planes individuales de recuperación y resiliencia que cumplan plenamente con las normas de París y que sus presupuestos generales se verifiquen como «sin daños significativos», por ejemplo, en la forma en que subvencionan los combustibles fósiles.
- La UE puede demostrar su compromiso con la sostenibilidad y la taxonomía exigiendo que todos (no solo el 30%) los préstamos de la NGEU se financien con bonos verdes o bonos transparentes a la taxonomía. La UE debería evitar, por ejemplo, que los fondos de NGEU se utilicen para comprar derechos ETS.
- Cuando la CE reanude su Revisión de la Gobernanza Económica, los umbrales arbitrarios de déficit del 3% y del 60% de deuda deberían abandonarse y la sostenibilidad y los criterios mejorados de inclusión social deberían integrarse en las reglas del Semestre Europeo.
- Otras restricciones fiscales, como las prohibiciones sobre la financiación directa de los déficits por parte de los bancos centrales, deberían reevaluarse a la luz de la evidencia económica reciente sobre la inflación a fin de maximizar la financiación disponible para la transición sostenible de la UE.