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«Cada acto de rechazo a la descarbonización es un metro cúbico más de agua en la próxima gran riada»

Pedro Fresco advierte de los bulos sobre los derribos de presas y de los "disparates conspiranoicos". Apuesta por una sociedad "impregnada" de perspectiva climática y que apueste por descarbonizar de manera preferente, urgente y rápida.

Pedro Fresco es licenciado en química por la Universidad de València. Trabajó 12 años en el sector energético antes de ser asesor de Teresa Ribera. En febrero de 2021 fue nombrado director general de Transición Ecológica del gobierno valenciano, cargo que ocupó hasta diciembre de 2022. También ha sido coordinador de la sección Transición Energética de Agenda Pública y docente del Máster en Energías Renovables de Universidad Internacional de Valencia (VIU). Actualmente, es el director general de la Asociación Valenciana de Empresas del sector de la Energía (Avaesen). Es autor de tres libros: El futuro de la energía en 100 preguntas (2018), El Nuevo Orden Verde (2020) y Energy Fakes” (2024). Recibe a La Información Económica un mes y poco después de la tragedia de la DANA.

Pregunta.- Como valenciano, ¿cómo ha vivido todo lo ocurrido?

Respuesta.- Ha sido algo terrible. No he estado afectado personalmente porque vivo en la capital, pero todos conocemos a mucha gente de esos municipios, que están a muy pocos kilómetros de nuestras casas. El nivel de daños ha sido terrible. La cantidad de muertos, inconcebible. Durante los próximos meses, por no decir años, vamos a vivir enfocados en la reconstrucción y en las consecuencias de esta catástrofe, a todos los niveles.

P.- ¿Qué les diría a todos los negacionistas del cambio climático?

R.- Les diría que esto era algo que se llevaba avisando hace lustros en todos los informes del IPCC. Sabíamos que un aumento de la probabilidad y virulencia de los eventos climáticos extremos era la primera de las consecuencias graves que íbamos a experimentar por el aumento de la temperatura del planeta. El mediterráneo, además, es un lugar especialmente sensible, porque es un mar que se calienta rápidamente. El año pasado hubo unas inundaciones terribles en Grecia. Este año nos ha tocado a nosotros. ¿Qué más evidencias quieren? Ver lo que está pasando y seguir aferrado a la negación ya no es ignorancia, es algo más.

P.- ¿Acontecimientos tan trágicos deben servir para impulsar un cambio real en la conciencia y en las acciones colectivas frente a la crisis climática?

R.- Debería ser así, pero enlazando con la pregunta anterior, las pulsiones negacionistas son poderosas. Ya hay, de hecho, quien intenta darle la vuelta al debate hablando de derribo de presas (que es un bulo) o incluso disparates conspiranoicos, como ese de que se ha provocado con algún tipo de ingeniería climática para destruir el campo y así poder poner placas solares. Vivimos en épocas no ya de posverdad, sino de post-realidad, y por evidentes que sean las cosas existen estructuras y cosmovisiones que se resisten no ya a ver la realidad, sino a interpretar todo como una conspiración. Por tanto, debemos trabajar para que el aprendizaje de esta desgracia sea el correcto. Si somos serios, honestos y responsables, el aprendizaje es claro: Todo lo que hagamos a partir de ahora como sociedad debe estar impregnado de perspectiva climática. Todo. Y esto aplica a las nuevas infraestructuras y desarrollos, a la necesidad de adaptación, pero también a la enorme urgencia de la mitigación: Todo lo que sea descarbonizar debe ser preferente, urgente y rápido. Debemos interiorizar de una vez por todas que cada cada acto de rechazo a la descarbonización es un metro cúbico más de agua que añadimos en la próxima gran riada y un metro cúbico de agua menos que nos faltará en la próxima gran sequía.

P.- Pasando a la parte más sectorial y energética. ¿Es más prioritario seguir instalando renovables o encontrar la manera de impulsar la demanda?

R.- Es igualmente importante. Las renovables aún pueden seguir desplazando gas natural de la generación eléctrica y a partir de 2027 tendrán que sustituir a la energía nuclear que se vaya cerrando. Con almacenamiento, esta sustitución será más sencilla. Pero eso es solo actual sistema eléctrico, que representa menos del 25% de la energía final que consumimos. Para descarbonizar hay que desplazar consumos fósiles en movilidad, climatización e industria, y para eso hay que electrificar. Este es el objetivo, no impulsar la demanda eléctrica per se como si fuese un sumidero de electricidad sobrante. Es importante explicar el porqué de las cosas para que la población lo entienda.

P.- ¿Considera factibles los objetivos del PNIEC?

R.- Creo que el PNIEC hay que interpretarlo como una guía, no como un checklist en el que se deban cumplir todos los puntos a rajatabla. Lo importante es sobre todo la reducción de emisiones de CO2 y la penetración renovable, la combinación exacta para llegar ahí es algo secundario. No obstante, hay dos objetivos puntuales del PNIEC que a estas alturas me parecen casi imposibles. Uno es duplicar la potencia eólica en 6 años y el otro, aún más difícil, es que haya 5 millones y medio de vehículos eléctricos en carretera en 2030. Este último es claramente inviable con la cuota de mercado de vehículos eléctricos de la que partimos.

Las redes supondrán un problema si no invertimos en ellas

P.- Hay una pregunta recurrente pero en la que parece haber discrepancias. ¿Son las redes eléctricas actualmente un cuello de botella para el desarrollo renovable o defiende una integración ordenada?

R.– Las redes no suponen un problema hoy, pero lo supondrán en el futuro si no invertimos en ellas. No es una cuestión española, es algo que se está hablando en toda Europa. Una economía altamente electrificada movida con energía renovable requerirá unas redes más robustas, pero también más inteligentes y una regulación más flexible de las mismas. Yo creo que la discrepancia entre empresas y Ministerio es más de detalles que de fondo, porque todo el mundo tiene claro que hay que invertir en ellas, la cuestión es cuánto y cuándo.

P.- ¿Es la regulación un palo en la rueda para el desarrollo de las tecnologías limpias?

R.- Yo no lo diría así. No es la «regulación», es la lentitud burocrática. La regulación es necesaria, la burocracia es lo que mata las virtudes de la regulación. Creo que no somos conscientes de que la transición energética tiene unos ritmos y unas necesidades que la burocracia que tenemos no puede seguir.

P.- ¿Hay suficiente consenso entre la Administración, patronales y empresas para avanzar en la misma dirección?

R.- En los casos que me competen, que son el gobierno de la Comunidad Valenciana y el de España, creo que ambos han mostrado públicamente su compromiso por las renovables. Pero la burocracia nos mata. Creo que en muchísimas cosas debería aplicar la declaración responsable y en todas la agilización administrativa, pero no conozco ningún gobierno que no haya querido agilizar y simplificar y, lamentablemente, el éxito ha sido generalmente escaso.

P.- Parece que ha habido una ‘reconciliación’ entre el sector fotovoltaico y la Generalitat tras la salida del anterior Gobierno. ¿Qué espera de su comunidad?

R.- Bueno, nunca hubo «ruptura» entre el sector fotovoltaico y la Generalitat, lo que hubo fue una situación de tensión con determinados departamentos o personas, pero no con la Generalitat en general. Ahora el compromiso del actual Consell es agilizar las renovables y se ha reformado el decreto que regula su tramitación asumiendo varias de las reivindicaciones de Avaesen. Pero nuestra obligación es ser prudentes porque no sería la primera vez que se confía en un cambio legislativo como la panacea y luego no funciona.

P.- ¿Cómo están trabajando desde Avaesen?

R.- Estamos trabajando en dos vías fundamentales. Una es el contacto directo y prácticamente diario con la administración, haciendo propuestas, siguiendo expedientes de nuestros asociados e intentando ayudar. Nuestra interlocución con el órgano sustantivo diría que es inmejorable. La segunda vía de trabajo es interpelar a la sociedad valenciana para movilizarla a favor de las energías renovables y hacerle conocer sus virtudes. Hemos impulsado un movimiento que llamamos «Queremos Renovables» que se basa en cuatro ejes: informar verazmente sobre las energías renovables, formar a periodistas y formadores de opinión para que conozcan la realidad del sector y no sean víctimas de los bulos, movilizar a importantes referentes de la sociedad valenciana en favor de la transición energética para ejerzan como embajadores del movimiento, y finalmente transformar la forma en que desarrollamos los proyectos para adoptar las mejores prácticas y los más altos estándares de excelencia. 

P.- ¿Qué hace falta para que las comunidades energéticas sean una realidad en España?

R.- Ya son una realidad, pero pequeña y muy costosa de «parir». Si seguimos tardando dos o tres años para poner en marcha una Comunidad Energética que se base en un sistema de autoconsumo de 100 kW nunca dejarán de ser anecdóticas en esta transición. Para mí, el objetivo sería saltar de los kW a los MW. Cuando era director general de transición ecológica propuse junto a Joan Herrera un modelo de exención de peajes de 5 MW y 5 km. Podría ser una vía. Seguro que hay otras, pero, insisto, tenemos que pensar en órdenes de magnitud de MW.

P.- ¿Qué opina del hidrógeno?

R.- Que será una parte más de esta transición energética, pero que tendrá cabida en menos sectores de los que piensan algunos de sus promotores. Aun así, será importante. Solo con que sustituyamos todo el hidrógeno gris actual por hidrógeno verde y pueda entrar en uno o dos sectores más, como precursor de e-fuels o en industrias como el acero, ya que necesitemos generar enormes cantidades de hidrógeno verde.

P.- ¿Cómo de peligrosos pueden ser los impuestos como el que ha aprobado Aragón?

R.- Pueden generar varios problemas. El primero, el que los promotores elijan otras CCAA para desarrollar los proyectos. También puede ralentizar el ritmo de la transición energética en esa región. Otra consecuencia puede ser que los promotores destinen menos dinero en medidas compensatorias y de desarrollo local de los municipios donde instalan los parques, ya que el impuesto se puede llevar el margen que tenían. Cuando haya subastas, por ejemplo, los proyectos aragoneses serán penalizados y si se extiende a más CCAA puede acabar subiendo el precio final de la subasta y, por tanto, el precio de la electricidad para los consumidores españoles. Además, impuestos como estos pueden tener un riesgo reputacional para la comunidad autónoma.

El bulo más alucinante es que las renovables son energías caras

P.- ¿Cuál es bulo más recurrente sobre las renovables?

R.- Creo que el más persistente, y alucinante en este momento, es que son energías caras, algo que procede de un aprendizaje previo de hace años y que ya no se corresponde con la realidad. Otro que está siendo cada vez más habitual es el supuesto conflicto con la agricultura o la producción de alimentos. Plantear que las energías renovables pueden poner en riesgo la «soberanía alimentaria» cuando requieren un porcentaje ínfimo del territorio es tan disparatado que parece mentira que alguien con un mínimo de vergüenza sea capaz de decirlo.

P.- ¿Por qué cree que hay tanto rechazo por una parte de la sociedad y la política al desarrollo de proyectos?

R.- El rechazo a las renovables tiene varios ejes. Uno es político, con movimientos de derecha radical que se oponen a su desarrollo por su conexión con el negacionismo climático y las teorías conspirativas sobre el globalismo, y también movimientos de izquierda «chamánica» y dogmática que desconfían de la ciencia aplicada, de la tecnología, de las empresas y que también razonan de forma conspirativa. Por otro lado, hay una oposición económica por parte de actividades previas que tienen patrimonializado el territorio en su interés y que no quieren compartirlo con nuevas actividades. En muchas ocasiones se trata de personas importantes a nivel municipal que pueden movilizar a sus vecinos. Finalmente hay otra cuestión mucho más simple: la futura presencia de un proyecto renovable de grandes dimensiones genera inquietud e inseguridad en mucha gente. Este es un miedo natural que se debe gestionar con transparencia, honestidad y flexibilidad. 

P.- ¿Qué le diría a todos aquellos vecinos que se oponen a que se instale un proyecto renovable en su localidad?

R.- Les diría que tengan la mente abierta, que cuando convivan con la planta solar o eólica verán que sus miedos eran infundados. En todos los pueblos y ciudades que he visitado en los que hay parques eólicos, la gente los ha naturalizado y ya no los ven con rechazo, de hecho, en muchos de ellos dejan importantes beneficios en el pueblo y así es reconocido. Creo que todos debemos ser conscientes de que la instalación de energías renovables es una necesidad de la humanidad y esto tiene que estar presente en la toma de posición respecto a ellas. Eso no quiere decir que valga todo, pero la oposición debe ejercerse de manera constructiva. 

P.- ¿Falta pedagogía por parte de la Administración Pública?

R.- Creo que falta pedagogía por parte de todos. Las empresas también han fallado en este aspecto, junto con la administración. Probablemente nadie pensó que se generaría la oposición que en ciertos lugares se ha generado. Así que todos debemos hacer autocrítica y comenzar a hacer pedagogía sin descanso.

P.- ¿Qué le llevó a escribir ‘Energy Fakes’?

R.- Por mi labor divulgativa y mi anterior cargo público me he visto rebatiendo bulos sobre las energías renovables y la transición energética constantemente. Por mucho que rebatía las cosas, iba a otro lugar y aparecía la misma mitología de nuevo, o volvía a aparecer dos meses después cuando ya daba por hecho que estaba refutada. Los mitos y los bulos son extraordinariamente perdurables en la sociedad, en parte porque hay gente que los difunde por interés o porque se han convencido de tal manera que se convierten en soldados de la causa. Energy Fakes fue la respuesta a esta desesperación. Quise recopilar los bulos, rebatirlos todos con datos pero, sobre todo, explicar de dónde vienen y que se entiendan las lógicas que hay detrás y las conexiones que existen entre bulos, intereses y determinados grupos.

https://www.20minutos.es/lainformacion/economia-y-finanzas/pedro-fresco-cada-acto-rechazo-descarbonizacion-metro-cubico-mas-agua-proxima-gran-riada-5649900/

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