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‘Rebelión o extinción’: crece la protesta contra el cambio climático

El movimiento de los jóvenes en defensa del clima ya está aquí. Con manifestaciones en Girona y Barcelona. Las razones para la protesta son cada vez más evidentes

Josep Cabayol | Ester González | Siscu Baiges28.02.2019

Era el 20 de agosto de 2018. Aquel día de un verano muy caluroso al norte de Europa, con bosques quemando más que nunca en países septentrionales, Greta Thunberg decidió iniciar su protesta y se sentó ante la sede del Parlamento sueco, en Estocolmo. Greta veía su futuro amenazado por el calentamiento global, por el cambio climático, por la crisis medioambiental. Tres meses después, en noviembre, decidió llevar su protesta a la Cumbre Mundial del Clima celebrada a Katowice, Polonia. Aquel día tendría que haber avergonzado a la mayoría de participantes, que se negaban a aceptar las recomendaciones del Panel Internacional del Cambio Climático, presentado el octubre a Incheon, Corea del Sur.

Mobilització a Barcelona dels Friday for Future | Pol Rius

Mobilització a Barcelona dels Friday for Future | Pol Rius

Los Acuerdos de París, sostienen los expertos, son insuficientes para evitar el aumento de 1,5 °C de la temperatura media global. La inacción política que denuncia Greta Thunberg volvía a imponerse. La joven, que se ha convertido en icono de la lucha, y sus muchos seguidores entendían, y mantienen, que se les está robando el futuro a que tienen derecho.

El movimiento ha ido arraigando en varios países europeos y han sido los jóvenes belgas quienes se han convertido en la punta de lanza de la denuncia. A primeros de enero, decidieron abandonar las aulas cada jueves y manifestarse en el centro de Bruselas. La primera semana fueron 3.000. La siguiente, 12.000. En Jodoigne, los chicos y chicas se manifiestan y limpian las calles para dignificar la villa.

El 27 de enero, el ejemplo se había esparcido y fueron 70.000 los belgas, la mayoría jóvenes, los que se manifestaron en todo el país. Otros 80.000 lo hicieron en Francia. Y se va expandiendo a otros países, como la Gran Bretaña.

Girona, Barcelona

El jueves 24 de enero de 2019, tres estudiantes de Biología y Ciencias Ambientales de Girona decidieron apuntarse al movimiento, los primeros en Cataluña y en España. Son Lucas, Ander y Roger. El día siguiente, viernes, se les añadieron dos compañeras y dos vecinos. Desde entonces, cada viernes de 12.30 a 14h, se manifiestan ante la delegación de la Generalitat en Girona. Cada día son más y la protesta se expande. Y el viernes 22 de febrero, la protesta ‘Viernes por el futuro’ – Fridays for Future – llegó a Barcelona, a la sede de la Generalitat de Cataluña.

Greta Thunberg ha dejado en evidencia a los políticos en Estocolmo, en Katowice y en el Parlamento Europeo. No han tardado en intentar desprestigiarla. Ya la han calificado de ‘lenguaraz’, dicho en otras palabras, de procaz, descarada, insolente o desvergonzada. Son los golpes de las élites, que de ninguna forma quieren perder el control del sistema económico y social. Unos golpes que se extenderán contra todos los estudiantes, si el movimiento continúa creciendo. Porque los cuestionan y dejan en evidencia.

Lucas Barrero, nacido en Huelva, estudiante en Girona, decía en ‘La Plaça dels Futurs’, programa de SICOM en la radio municipal de Terrassa: “Nos hemos manifestado por necesidad. Los acuerdos de París están para cumplirse y no se está haciendo. Hace falta una reducción – una disrupción – del consumo energético. Por eso haremos huelga. Queremos tener futuro. Si no tenemos futuro, no hay que ir a clase”.

También han nacido ‘Extinction – Rebellion’ en Barcelona, con el nombre de Rebelión o Extinción – y en Santa Coloma. También en Madrid y otros lugares de España. Todos y todas confluirán en la huelga por el clima del 15 de marzo, además de preparar sus propias protestas.

Los datos

Tienen razón los jóvenes. Estamos ante una crisis de civilización. Los datos de aumento de la temperatura y CO2 así lo demuestran.

Temperatura

Los últimos cuatro años han sido los más cálidos desde la era preindustrial. Todos ellos han sufrido más de 1 °C de promedio por encima de la base de referencia: 1850-1900. [Datos de la Agencia Mundial de la Meteorología].
En octubre de 2017 el Panel Internacional de Cambio Climático – IPCC – informaba en Incheon, Corea del Sur, que la temperatura había subido 1°C desde 1850-1900, a un ritmo de 0,20 °C por decenio, una tendencia que crece progresivamente, de forma que entre 1980 y 2015 el incremento ha sido de 0,25 por década: casi + 0,9 °C en 35 años. De hecho, hace más de 400 meses que la temperatura no para de subir.

 
En Cataluña, el aumento ha sido de 0,25 °C por decenio. Y de 1°C en los últimos 25 años, a un ritmo de + 0,4 °C por década. En total, +1,6 °C de media desde 1950. [Datos del Servicio Meteorológico de Cataluña, Área de Climatología]

CO2

El mes de enero de 2019, el CO2 lanzado a la atmósfera superaba las 410 ppm [De un millón de unidades de volumen de aire 410 corresponden a CO2.] Nunca la humanidad ha vivido con esta concentración de dióxido de carbono. Y las expectativas son peores porque en los últimos 5 años ha aumentado el consumo de combustibles fósiles, el principal causante del calentamiento. Y también el de las emisiones de CO2, que se habían contenido con los ‘Acuerdos de París’ pero que en los dos últimos años han vuelto a crecer: [1,6% a 2017 y 2,7% a 2018].

Podéis consultar como aumenta, segundo a segundo, la concentración de CO2 a la atmósfera
Aquí podéis encontrar más información sobre la evolución de la temperatura y los CO2

Mobilització a Barcelona dels Friday for Future | Pol Rius

La transición/revolución

No paran de repetirnos que el capitalismo es el único modelo económico posible – y social, porque condiciona la manera de entender la vida -. Y que hay que crecer de manera indefinida y permanente. ¿Es así o estamos ante una paradoja? No se puede crecer de manera indefinida en un planeta finito. Y no podemos continuar quemando combustibles fósiles, la sangre del capitalismo, porque acabaremos con la biosfera.

Hace unos meses, llegó a nuestras manos un informe de la ‘Unidad BIOS de Helsinki’. Analizan la transformación de las economías para el informe de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible ‘Governance of EconomicTransition’. El autor principal es el Dr. Paavo Järvensivu, un ‘economista biofísico’.

En sus conclusiones, entienden que el capitalismo, tal y como lo conocemos, se ha acabado. Que pasamos rápidamente a una economía global radicalmente diferente. Otra cosa, añadimos nosotros, es que las élites que lo controlan lo alarguen de forma despiadada e innecesaria con el fin de acumular y desposeer.

Os hacemos un resumen del informe de la ‘Unidad BIOS’ en cuanto a la energía, el transporte, la movilidad, la alimentación, la vivienda y la gobernanza. Vale la pena saber que hay propuestas y posibilidades de afrontar el futuro. Pero hacen falta muchos cambios, revolucionarios. Y, sobre todo, voluntad política, hacer Política.

Unidad BIOS, Helsinki: propuestas para hacer frente a la crisis ambiental/cambio climático

Los modelos económicos convencionales ignoran casi del todo las dimensiones energéticas y materiales de la economía. Los límites planetarios que imposibilitan el crecimiento permanente. El cambio climático y la extinción de especies se aceleran a medida que las sociedades experimentan una creciente desigualdad, desempleo, lento crecimiento económico, aumento de los niveles de deuda y gobiernos impotentes. Contrariamente a la forma en que los legisladores suelen pensar, estos problemas no son en realidad ninguna crisis separada.

Energía

La era de la energía barata se está acabando. Y el capitalismo y la economía dominante no pueden resolver el agotamiento sistemático de los ecosistemas planetarios y los recursos ambientales. Las sociedades necesitan abandonar los combustibles fósiles a causa de su impacto en el clima.

La nueva era se caracteriza por la ineficiencia de la producción de combustibles fósiles y los costes crecientes del cambio climático. El pensamiento económico capitalista convencional ya no puede explicar, predecir o resolver el funcionamiento de la economía mundial.

Producir los niveles actuales o crecientes de energía necesarios en las próximas décadas y hacerlo con soluciones de bajo contenido en carbono será extremadamente difícil, si no imposible. Se tiene que transformar toda la infraestructura energética hacia un sistema no contaminante/renovable. Implementar una drástica reducción de los sistemas de producción y consumo de energía. Ir hacia el decrecimiento energético.

Transporte / movilidad

Radical transformación de la movilidad. Uso/implementación de modelos no contaminantes, electrificación y reducción de los desplazamientos obligatorios cambiando la organización/planificación de las ciudades: modificar las conexiones entre la vivienda y el trabajo, educación, salud, derechos/servicios básicos, que se tienen que acercar para poder andar, ir en bicicleta y en última instancia usar el transporte electrificado no contaminante.

Drástica reducción del transporte internacional de mercancías y de la aviación. El transporte internacional de mercancías y la aviación no pueden continuar creciendo a ritmos actuales, a causa de la gran cantidad de emisiones que abocan y de que no se dispone de sistemas alternativos para sustituirlos.

Alimentación/Soberanía alimentaria

El cambio climático y otros cambios ambientales amenazan los medios de subsistencia a todo el planeta y son la causa de la migración masiva. Es del interés de todos los países mantener oportunidades locales para una buena vida.

Una amplia gama de la investigación demuestra que los países en vías de desarrollo tendrían que centrarse en proporcionar nutrición diversa a las personas, producida en el país por cuenta propia y, de este modo, aumentar las oportunidades de vida locales y mejorar las condiciones sociomateriales generales.

El sistema impuesto de exportar una selección reducida de materias primas y materiales y la importación de alimentos básicos baratos no ha funcionado para las comunidades locales.

Simultáneamente, la mayoría de los países ricos y desarrollados se enfrentan a grandes y variados retos en la producción de alimentos. Sería demasiado arriesgado confiar en la producción de unos cuántos alimentos principales e importar el resto.

Esto tendrá repercusiones en el comercio internacional de alimentos, también a Europa y en los Estados Unidos. Países que actualmente confían en la importación de alimentos en cantidades significativas tendrán que lograr un alto grado de autosuficiencia (soberanía) alimentaria.

El comercio internacional de alimentos se tendrá que limitar a la seguridad alimentaria y en ningún caso al libre mercado de alimentos.

En cuanto a las prácticas de producción y consumo, los productos lácteos y la carne tendrían que dejar paso a dietas vegetales.

Mobilització a Barcelona dels Friday for Future | Pol Rius

Vivienda

Sustitución de los sistemas de construcción basados en el hormigón y el acero, muy intensivos en el uso de energía y significativamente contaminantes. Considerar el uso de la madera, que requeriría una gran transformación en su sistema de producción como sería el caso de la silvicultura. [La madera para la construcción de edificios tendría que competir, por ejemplo, con la fabricación de papel y usos energéticos.]

Cambios en los modelos de confort. Conservación de la capacidad calorífica. Aislamiento para evitar consumo y pérdidas de energía a través de la calefacción y el aire acondicionado.

Economía

Economías únicas y autónomas y sociedades dedicadas a la regulación del comercio internacional por razones específicas, como la seguridad alimentaria, en lugar del libre comercio como principio. Las personas, las organizaciones y las naciones entenderán la economía como una herramienta para permitir un bien, la vida, y no como un fin en sí mismo. La actividad económica tendrá sentido sin crecimiento económico.

Garantía de trabajo

Todas las personas que sean capaces y estén dispuestas a hacerlo tendrían que poder trabajar de forma permanente. Los puestos de trabajo del programa serían los que prácticamente cualquier persona puede hacer con una formación limitada. Los ciudadanos de todos los países tendrían acceso a trabajos significativos y podrían confiar que se construye un futuro deseable a nivel colectivo.

Un trabajo financiado estatalmente y administrado localmente. Trabajos útiles y modeladas para la transición hacia la sostenibilidad y para adaptarse al cambio climático. La garantía de tener trabajo aseguraría la plena ocupación y reduciría la inseguridad y la necesidad de competir por puestos de trabajo ambientalmente destructivos a nivel individual y colectivo.

Gobernanza

Los mercados no pueden hacer la transición. La rápida transición económica requiere de una gobernanza proactiva. Hay de haber visión global y planes estrechamente coordinados.

Los estados no pueden quedarse sin su propia moneda soberana. Tienen que poder invertir – financiar las transformaciones – a través de la propia moneda. A diferencia de los recursos naturales, sociales y tecnológicos, las monedas soberanas no son limitantes en la transición hacia la sostenibilidad.

La acción colectiva, organizada al menos parcialmente a través del Estado, no se tiene que guiar por la necesidad de asegurar fondos públicos, sino en base a objetivos sociales y condiciones de límites materiales.

Los mercados se opondrán, pero solo con una transición coordinada en la mayoría de los países occidentales y bajo la intervención fuerte de los gobiernos sobre los mercados, se conseguirá la eficiencia.

Podéis consultar aquí el informe en inglés y el resumen cumplido en catalán

Ecofeminismo

La mirada ‘biofísica’ de la economía que nos propone el Dr. Paavo Järvensivu nos resulta insuficiente sin una visión ecofeminista de la vida. El punto de partida es la conciencia que la especie humana vive encarnada en cuerpos que son vulnerables y finitos. Cuerpos que hay que cuidar a lo largo de toda su existencia y más intensamente en algunos momentos del ciclo vital. El feminismo ha denunciado históricamente la naturalización del cuerpo de la mujer como herramienta para legitimar el patriarcado. Reducidas a cuerpo/máquina, las mujeres han sido sometidas, explotadas y obligadas a responsabilizarse, ellas solas, del cuidado de los cuerpos.

Pero no tan solo las mujeres han sido cosificadas por el capitalismo/patriarcado. Todos los humanos lo están desde el momento en que el capitalismo considera que una persona solo tiene valor si se le puede poner precio para contabilizarla en el PIB. Y no tiene valor si no trabaja, si no ha sido mercantilizada.

Para el capitalismo, los cuerpos por sí mismos son cargas improductivas. Por consiguiente, prescindibles si no trabajan. Contrariamente, para el ecofeminismo, pero también desde el punto de vista de los derechos humanos, los cuerpos humanos son bienes fondo, como los bienes naturales que proporciona la naturaleza: minerales, fósiles, fotosíntesis, polinización. Y tienen derechos, todos los derechos, por el solo hecho de existir, trabajen, estén mercantilizados o no. Hablaremos en profundidad sobre ello en otro artículo

Transversalidad

Además del rápido cambio climático/calentamiento global, la creciente infertilidad del suelo, la pérdida de biodiversidad, las sequías, la acidificación oceánica, la pérdida de capacidad de polinización y de fotosíntesis, el aumento de los desastres naturales y otros peligros ambientales, las sociedades son testigos del aumento de la desigualdad, el aumento del paro, el lento crecimiento económico, el aumento de los niveles de deuda y gobiernos sin instrumentos prácticos para gestionar sus economías.

Esta degradación de la vida, de los derechos, también está causada por la creciente crisis ecológica. A medida que los costes ecológicos y económicos del excesivo consumo industrial continúan aumentando, el crecimiento económico al que nos hemos acostumbrado está en peligro. Pero los responsables de la política, los políticos, los partidos, no reconocen ni aceptan los problemas subyacentes. Tampoco las élites económicas que controlan/dominan la economía vigente, el sistema económico capitalista, hacen nada para evitarlo, muy probablemente, porque ya le va bien.

En un reciente documento del ”Institute forPublic Policy Research” de Gran Bretaña, se detalla: en el mundo y desde 1950, el número de inundaciones se ha multiplicado por 15, acontecimientos de temperatura extrema por 20, los incendios forestales siete veces; la superficie vegetal ahora se pierde entre 10 y 40 veces más rápido que el tiempo de recuperación de los procesos naturales; los 20 años más cálidos desde que se iniciaron los registros el 1850 han sucedido en los últimos 22 años; las poblaciones de vertebrados han caído en una media del 60% desde la década de 1970, y el número de insectos (vitales para la polinización) han disminuido todavía más rápido en algunos países.

Los autores relacionan directamente esta intensa y dramática crisis climática con la salud, la precariedad/pobreza, desposesión, acumulación/riqueza, desigualdades, migraciones. Una amenaza similar a la de la crisis financiera de 2008. Estos procesos, sostienen, amplifican e interactúan con los problemas sociales y económicos existentes. En términos extremos, la crisis ambiental podría provocar un colapso catastrófico de los sistemas humanos. Choques económicos, sociales y políticos que se contagiarían a través de la globalización. Y ponen el ejemplo en la vulnerabilidad de los sistemas alimentarios que confían en solo cinco especies animales y 12 plantas para proporcionar el 75% de la nutrición mundial.

La lucha contra el cambio climático/calentamiento/crisis ambiental será larga y dura porque significa combatir el capitalismo, que es, en definitiva, el principal causante. Una lucha que no se puede hacer tan solo desde los movimientos ambientales. Todos los movimientos sociales, las mareas, tienen que entender que la crisis que vivimos es de civilización y que no se resolverán sus problemas ni lograrán /reconquistarán sus legítimos derechos si no levantan la mirada y comprenden que la causa es el sistema económico dominante, que ignora casi del todo las dimensiones energéticas y materiales de la economía: los límites planetarios que imposibilitan el crecimiento permanente en el que está basado.

La transición/transformación ecológica, que en realidad es una revolución, no se hará si no es socialmente justa, equitativa, transparente, sincera y con las personas/ciudadanía como protagonistas. Y no se puede hacer beneficiando a los más ricos. Y se tiene que llevar a cabo si se quiere que los jóvenes que se manifiestan tengan el futuro que reclamen y al que tienen derecho. Y también todos nosotros.

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