Políticas públicas adecuadas para alcanzar una movilidad renovable, con bajas emisiones en 2035
PAU NOY SERRANO – 28/09/2019
El viernes tuvo lugar la Huelga Mundial por el Clima en la que, siguiendo las consignas que me autoimpuse en mi último post, tuve emisiones cero durante toda la movilidad de ese día. Fui uno más de los millones de personas del Globo que durante ese día no produjeron CO2. Puedo asegurar que ni un gramo.
Leo que la Oficina Catalana del Cambio Climático del gobierno catalán informa que en 2018 las emisiones totales de gases climáticos han sido de 44,5 millones de t CO2 equivalente -CO2, CH4, N2O, HFCs, PFCs, SF6- y han aumentado un 2,6% respecto al año anterior. De estas emisiones, el 28%, es decir, 12,5 millones de t son debidas al transporte.
¿Podemos eliminar completamente estas emisiones? Hoy es prácticamente imposible pero podemos diseñar una hoja de ruta para conseguir una drástica reducción en cinco años y otear un horizonte en 2035 de muy bajas emisiones.
En un post anterior demostré que electrificando todo el consumo energético de España era posible reducir el consumo de energía primaria en un 62% y, si ese consumo fuese todo renovable, con emisiones cero. Los números salen, ahora hay que implantar las políticas públicas adecuadas.
En el breve espacio asignado a un post estándar como éste no me es posible detallar la hoja de ruta que puede, si queremos, conducirnos a ese escenario. Telegráficamente, con ánimo de abrir y no de cerrar el debate, esas serían las medidas más importantes.
Programas estructurales
Establecer una viñeta kilométrica (tasa anual por vehículo en función de la distancia) para circular en Cataluña para internalizar los costes externos de la carretera, son 1.000 millones € que ahora recaen sobre toda la comunidad. La mitad proviene del automóvil, la otra mitad del camión. A esta cuantía deberían añadirse otros ingresos que detallo más adelante. La tecnología de control y cobro permite hoy implantar ese sistema. El objetivo es recaudar una cantidad equivalente a esos costes que se dedicaría mayoritariamente a financiar la reconversión de la movilidad, no a pagar peajes en la sombra ni a rescatar peajes. La inversión se concentrará en infraestructura ferroviaria fuera de Barcelona, que es donde falta de verdad, empezando por el desdoblamiento de la línea Barcelona- Vic (ya iniciado), la creación de una nueva línea ferroviaria por la Costa Brava, Llançà-Blanes, asegurar las conexiones entre redes de FGC y Renfe del Vallès, el tranvía Cambrils-Tarragona substitutorio del actual ferrocarril y el tranvía del Vallès, conocido como TramVallès , entre Montcada y Sabadell pasando por la UAB . Este sería primer programa de trabajo. Disponer cada año de 1.000 M para invertir en estos proyectos es bastante dinero.
Igualación de fiscalidad del gasóleo con la de la gasolina y extensión de este impuesto al queroseno de aviación. Podría suponer unos ingresos de 1.000 millones €.
Aprobar un ambicioso plan para transferir a la movilidad sostenible el 80% de los 2.000.000 de viajeros que hoy se mueven en vehículo privado, coche y moto, en Barcelona y su continuo urbano de 11 municipios. Para conseguirlo hay que doblar la capacidad de Renfe cercanías, con trenes más largos, más frecuentes y de 2 pisos (como en Zúrich, con puertas muy anchas), y un 50% más oferta de metro TMB, circulando a 1’50” en la hora punta. Nueva York ha anunciado un colosal programa de inversiones para su transporte público, 46.000 millones USD$ en 5 años. Aquí con la décima parte, 1.000 millones € al año, es suficiente.
Promover un plan para disponer de 5.000 km de ciclorutas en Cataluña en cuatro años. El uso de la bicicleta ha explotado en muchas ciudades y ahora hay que impulsarla por todo el país: emisiones cero, salud y personas con mejor humor es el retorno que tendremos.
Electrificación de la movilidad privada con suministro eléctrico 100% renovable, como ya ha hecho TMB, Renfe, FGC y Tram, empezando por lo más fácil, que también es lo más eficiente energéticamente. Se propone una subvención de 1.000 € a la compra de una moto eléctrica cuando se dé de baja una con motor térmico. Y 250 € para la compra de cada bici eléctrica.
Implantar el principio de pago por aparcamiento en la vía pública en todas las ciudades catalanas para con los ingresos recaudados financiar el transporte público.
Políticas sectoriales
Programa de fidelización de los usuarios del transporte público en la escala catalana. Creación de un abono anual para moverse por el área metropolitana de Barcelona al precio 1 €\día (como en Viena) y por toda Cataluña al precio de 3 €/día, incluyendo todos los transportes, también el tren Avant, como en Suiza.
Reducir la jornada laboral a 34 horas semanales, con una semana de cuatro días. Eso nos ahorraría un 10% de la movilidad laboral que puede representar un 5% de la movilidad total, implantando en paralelo una mini renda básica universal, tema éste del cual me ocuparé en próximos posts, para compensar la baja de ingresos. Esto llevaría a trabajar 8,5 horas diarias con una pausa europea (¡ojo!, no de comida en mesa con siesta) de 30’, lo cual nos llevará a diseñar horarios europeos de 8 a 17:30.
Esperando el vehículo autónomo compartido (el híbrido ideal entre car-sharing y car-pooling) Impulsar un plan de refuerzo del servicio de transporte público en la Cataluña interior en colaboración con los nuevos productos de movilidad anteriormente descritos.
Plan de Desplazamientos obligatorio para todas las empresas de más de 250 trabajadores, con seguimiento en su ejecución, financiado con desgravaciones fiscales a empresarios y trabajadores. Quien vaya al trabajo sosteniblemente, reducción fiscal; el empresario que promueva la movilidad sostenible, también.
Organización de un sistema público (portal de portales) para que la gente comparta privadamente sus coches en toda Cataluña, con resultados auditables y con beneficios fiscales para los conductores que compartan su vehículo.
Aprobación de un plan para extender el Car-Sharing (recordemos que cambia las pautas de movilidad) a todos los municipios de más de 10.000 habitantes con un programa público de apoyo.
Podemos reducir mucho las emisiones de nuestra movilidad. Ahora falta que de verdad queramos.
Saludos cordiales