¿Va a crear la Renta Básica Universal un ejército de vagos?

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La implantación de la RBU permite iniciar programas nacionales de reparto del trabajo entre muchos sectores.

Pau Noy Serrano, 08/12/2020

En mi anterior artículo, La renta básica universal, una propuesta ya de presente ,  anunciaba una segunda entrega para sustanciar la afirmación que la renta básica universal, RBU, no va a crear un ejército de vagos, ni en España ni en el mundo. Presento ahora este artículo al respecto.

Sobre cualquier propuesta de cambio conceptual cae siempre una lluvia de tópicos, y a veces hasta de descalificaciones. Debo aceptar que la propuesta de la RBU es terriblemente rompedora porque siega de raíz la ancestral idea, que ya figura en la Biblia, de que “te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Como la RBU supone que una parte de tus ingresos los vas a ganar por el mero hecho de ser ciudadano, no directamente “por generar sudor en tu frente”, entiendo algunas de las críticas, ya que es una propuesta revolucionaria. Pero no demasiado revolucionaria. Pero la mayoría de los comentarios negativos no se basan en datos objetivos sino en meras apreciaciones apriorísticas, subjetivas. Vamos a repasar y desmontar una por una las críticas y tópicos que se ha creado contra la RBU.

Oímos decir que para financiar la RBU habrá que subir los impuestos y estos son ya suficientemente altos. Pero como se vio en mi último artículo, en España hoy se pagan bastantes menos impuestos que en Europa. Reproduzco el gráfico informativo que sustenta esta tesis. La presión fiscal española, el 35,4% sobre el PIB, es de las más bajas de Europa, 10 puntos menor que la francesa y 7 puntos por debajo de la alemana y la italiana, por sólo citar las cuatro primeras economías de la Unión.

Por otra parte, he escuchado decir a conocidos y amigos míos que la RBU supone un desincentivo para que los desempleados busquen trabajo y que en la práctica se convierte en un incentivo para no trabajar. Pero la realidad de las incontables pruebas de RBU realizadas en los cinco continentes en la escala local muestra que los beneficiarios de la RBU buscan empleo con el mismo ahínco que lo busca cualquier ciudadano que no reciba esta renta. Lo que hace la RBU es eliminar lo que se conoce como la trampa de la pobreza. ¿En qué consiste la trampa de la pobreza? Se trata de un fenómeno perfectamente comprensible que se da cuando la percepción de un subsidio es incompatible con un trabajo. Lo que hace el perceptor del subsidio es no buscar trabajo porque éste resulta incompatible con el subsidio y porque aunque el subsidio esté garantizado, se acaba en cuanto se encuentra un empleo. Aunque, como sucede demasiado a menudo, el empleo sea sólo de un mes, a veces de días. Con el sistema del subsidio condicionado, una vez se acaba el trabajo, se debe volver a la cola de solicitud de un nuevo subsidio aún cuando sólo se haya trabajado un mes, quizás sólo unos días. Con la RBU esto no sucede porque el subsidio es incondicional, no se pierde al encontrar un empleo, por lo que en realidad resulta un incentivo para encontrar trabajo.

Los innumerables experimentos de RBU muestran una ligera reducción de la oferta de trabajo entre estudiantes y madres solteras y, por el contrario, se incrementa la emprendeduría y se activan aquellas personas sin trabajo que se encontraban desanimadas. La RBU tiene un gran poder emancipatorio general pero especialmente sobre jóvenes y mujeres.

También se critica que con la RBU la gente trabajará por menos dinero, justamente y paradójicamente el mismo argumento que se utiliza en Italia por oponerse al salario mínimo. Pero lo que realmente provoca la RBU es evitar la creación de empleos basura con retribuciones escandalosamente bajas, ya que actúa como mecanismo de presión sobre el empresario desaprensivo que deberá ofrecer un salario decente, al menos tanto como el salario mínimo, si quiere reclutar trabajadores. Con la RBU, la garantía de una verdadera y activa búsqueda de empleo es justamente la de tener la expectativa de recibir sueldo decente.

Además, cuestión ésta muy importante, la implantación de la RBU permite iniciar programas nacionales de reparto del trabajo entre muchos sectores. Cada vez más, se cierne sobre millones de puestos de trabajo que hoy vemos en España la amenaza de su desaparición a causa de la robotización, derivada de la automatización y del progreso de la inteligencia artificial. Un famoso estudio publicado en Estados Unidos alertaba que el 47% de los actuales empleos norteamericanos corrían riesgo de desaparición debido a la robotización.

Pues bien, la RBU permite abordar el reparto del empleo, trabajando menos horas y también cobrando menos, para no mermar la posición en el mercado de la empresa afectada, y con la garantía de al final ganar más, en el ochenta por ciento de empleos con menor retribución, por la acción auxiliadora de la RBU en este propósito.

Y ¿qué decir frente a la frase de que con la RBU se consagra el robo de pobres al Estado? Al respecto, Pablo Yanes escribe “Cuando la ayuda es universal, la gente avisa a sus vecinos de que la puede solicitar y se dan apoyo mutuo en el proceso. Cuando la ayuda es condicional, los buzones de la administración se llenan de denuncias de pobres que denuncian a sus vecinos defraudadores”. Queda claro que no hay tal robo. La RBU se basa en un acto de justicia que defiende el pleno derecho a la ciudadanía y que nos recuerda la máxima de que las personas sólo podemos ser verdaderamente libres cuando tenemos la subsistencia asegurada.

Respondiendo, por tanto, al título del artículo, la RBU no va a crear un ejército de vagos. Al contrario, ayudará a que los desempleados busquen de forma mucho más activa ese empleo que no tienen y, mientras no lo tengan, podrán vivir con un mínimo de dignidad.

Saludos cordiales,

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