Tu dinero no será suficiente. Nadie escapa de la crisis climática

Pep Canadell: “Tu dinero no será suficiente. Nadie escapa de la crisis climática”. “Lo único que puede funcionar son políticas que se revisen inmediatamente, cada cinco años”, dice uno de los autores destacados del informe del IPCC

Por Jordi Vilardell Gómez

Pep Canadell es uno de los autores destacados del reciente informe del IPCC. Es director ejecutivo del Global Carbon Project, el consorcio científico mundial que estudia el impacto de la actividad humana en el ciclo del carbono y otros gases, y su interacción con el sistema climático. Vive en Australia desde finales de los años 90, y en 2017 la organización de científicos profesionales más grande del mundo que estudia el planeta, la Unión Americana de Geofísica, le otorgó la distinción honorífica por su excepcional contribución a la ciencia de la tierra y del espacio. Esta semana, Canadell ha publicado en Twitter que, “desde el primer informe del IPCC (1990), el período en que más sabemos del problema, se han emitido el 41% del total de las emisiones de CO2 que se han hecho desde el inicio de la era industrial (1750): el mundo lo oía, pero no lo escuchaba” (@IPCC_CH).

Jordi Vilardell (JV): ¿Por qué el mundo no reacciona?

Pep Canadell (PC): Una transición a energías limpias no puede ser rápida, simplemente porque venimos de una infraestructura montada en 100 años, montar una diferente, incluso si vamos muy deprisa, necesitará décadas. Además, ha habido grupos de la industria fósil en el poder con influencia política durante los últimos 150 años. Ahora está saliendo mucha información sobre cómo en los años 80 y 90 grandes compañías, especialmente de petróleo, conocían el riesgo del calentamiento global y promovieron campañas de desinformación para confundir y para que no se viera con claridad cuál es el camino para avanzar. Buena parte de la transformación que se está haciendo ahora es porque económicamente no tiene sentido no hacerla; por ejemplo, la solar, que es más barata que muchas otras energías. Si no fuera así todavía estaríamos luchando para poner las primeras placas solares.

JV. Qué destacas del último informe del IPCC?

PC. Hemos dicho con mucha claridad y precisión lo que pasará en las próximas décadas. En dos décadas sobrepasaremos los 1,5º C de calentamiento global, y la mejor estimación que tenemos es que esto ocurrirá a principios de la década que viene. Y si hacemos todo lo que hay que hacer, y vamos muy deprisa, el aumento de temperatura se detendrá pasado en 2050 (por la inercia del sistema). Si los efectos del calentamiento que empezamos a ver no nos gustan, lo que veremos en las próximas tres décadas aún nos gustará mucho menos. Dentro 30 años, el clima no será muy amigable en las regiones donde vivimos, en las ciudades, con la agricultura, y repercutirá en la salud humana, esto no tiene marcha atrás. Cuando se dice “cumpliremos el Acuerdo de París y haremos lo que hay que hacer”, esto sólo nos permitirá procurar que el problema no crezca más. Otra cosa importante del informe es que hemos dicho lo que hay que hacer exactamente para llevar a cero las emisiones en 2050. Hemos dicho a los gobiernos que alrededor de 2050 el CO2 debe llegar al 0%; el metano (que emiten industrias de ganadería y de combustibles fósiles) debe bajar al menos un 75%, y también tienen que bajar las emisiones de los fertilizantes de la agricultura y otros gases.

JV. El informe dice que el calentamiento se acelera, que afecta a todas las regiones del mundo y que habrá más meteorología extrema (calor, sequías, incendios, temporales, inundaciones, etc.). También recoge la posibilidad de puntos de inflexión que lleven “cambios abruptos”, rápidos; por ejemplo, en la Amazonia o las corrientes atlánticas, posibilidades que no tienen consenso, pero que ahora se incorporan al informe calificándolos de “baja probabilidad”.

PC. Sí, ahora sabemos un poco más, de estos impactos de “baja probabilidad y alto impacto”. Pero es importante que esto no nos distraiga demasiado, porque en el fondo no sabemos si esto tiene probabilidades de ocurrir. Pero lo que sí vemos es una relación casi lineal entre la acumulación de emisiones y el calentamiento en los últimos 200 años. Y todo lo que sabemos y hemos puesto en nuestros modelos de futuro (simulaciones matemáticas) nos dice que esta relación lineal de emisiones-calentamiento seguirá durante la mayor parte de este siglo, o todo, hagamos lo que hagamos. Esto es muy importante, porque pone el foco en las emisiones que hacemos y en su acumulación en la atmósfera; si no las bajamos rápidamente las seguimos acumulando, y seguimos aumentando la temperatura. Por lo tanto, es importante no distraernos de lo que sabemos ya con mucha seguridad. Y si en el futuro hay algunos de estos acontecimientos de “baja probabilidad y alto impacto”, será una gran preocupación, pero el trabajo que tenemos que hacer para llegar a cero es tan grande que no hay mucho tiempo para estar preocupado para nada más que en cómo hacer una transición tan rápida como la que se necesita ahora mismo. Básicamente no vamos bien. El hecho de que estemos diciendo lo que hay que hacer es la parte geofísica, no existe impedimento geofísico para estabilizar el clima en 1,5º C. El impedimento es que no hacemos lo suficiente para invertir la tendencia de la curva de emisiones, que para ir bien deberíamos conseguir una reducción de emisiones para 2030 del 40% (respecto a 2020), a nivel global; este es el camino al 0% para 2050.

JV. Y para hacerlo más difícil, a medio y largo plazo, cuando hayamos reducido sustancialmente las emisiones, la estabilización del clima depende de hacer emisiones negativas, de absorber CO2 de la atmósfera con tecnología que no sabemos si podremos desarrollar ni extender de forma masiva y rápida… Parece como si estuviéramos haciendo creatividad contable, ¿verdad? Para que todo nos cuadre decimos: “Ya inventaremos algo”.

PC. Lo de las emisiones negativas es una de las peores cosas que hemos inventado. Esto lo inventó la gente que hace los escenarios, porque no podían alcanzar los objetivos de temperatura rápidamente y básicamente han hecho “overshoot“; es decir, que te vas más allá de donde deberías estar y después tienes que inventar como retroceder. Los primeros modelos (de los años 90) se basaban en una gran cantidad de reforestación, a niveles imposibles, que darían un cambio de uso del suelo tan grande que sería completamente inaceptable para la gran mayoría de la gente. Ahora nos hemos inventado una segunda cosa que es que la industria reabsorba CO2 de la atmósfera, con reacciones químicas. El problema, y ​​por lo que pienso que no acabará de cuadrar nunca, es porque el CO2 está tan disuelto en la atmósfera y que es difícil pensar que nunca podremos absorber tanto aire como para sacar esa cantidad de CO2 que los modelos piden.

JV. Visto todo ello, parece que las alternativas que tenemos son extremas: o un cambio social global y una meteorología extrema con una naturaleza que nos obligarán a funcionar de manera muy diferente. Parece que estamos ante una bifurcación como especie: o hacemos una vida muy diferente o todo será mucho más duro.

PC. El escenario que veo más probable es que vamos a ir a un mundo que redibujará muchas de las cosas que hacemos. Muchos límites de tolerancia se rebasarán, sin duda, en salud humana, en producción agrícola, en sostenibilidad de algunos sistemas naturales… Para los humanos hay límites de tolerancia entre los 35-40º C, y la cantidad de días con estas temperaturas aumentará. En muchos lugares, como en la parte norte de Australia, buena parte de Asia, de la India, del este de los Estados Unidos, hay mucha humedad y se sobrepasarán estos límites de temperatura, y esto son condiciones muy serias para la salud humana. No veo la especie humana preparada para hacer un cambio antes de que todo esto pase, y pienso que se actuará más cuando el cambio se le venga encima.

JV. Hace unos años, en una conversación que tuvimos por el programa “Latitudes”, hablabas de la situación extrema de Australia de este año, que había mostrado ventanas de futuro, con episodios de meteorología extrema que provocaron en pocos meses pérdidas masivas en grandes ecosistemas: en la Gran Barrera de Coral, en los manglares, en los bosques submarinos de kelp (algas pardas) y en la zona alpina de Tasmania con los primeros incendios en 8.000 años … Estas ventanas de futuro ahora las vemos, por ejemplo este verano, en los incendios en el Mediterráneo que han provocado los primeros refugiados climáticos dentro de la Unión Europea, miles de evacuados por los incendios en Grecia… Tenemos que pensar que estas novedades ya no son el futuro, son el presente, porque el futuro será aún más extremo…

PC. No hay absolutamente ninguna duda. Desde aquel año que hablamos (2017) hemos tenido dos blanqueos más en la Gran Barrera de Coral (muerte masiva de coral), y en 2019 tuvimos unas condiciones de fuego que es imposible de explicar sin la influencia humana, porque nunca se había visto nada como ello, temperaturas récord en 150 años y mucha sequía durante 3 años. Hemos tenido mucha sequía otras veces, pero es el hecho de que la sequía se añada sobre temperaturas muy altas y mucho viento. Son lo que llamamos “perturbaciones compuestas”, que se solapan unas con otras y crean un monstruo.

JV. Este noviembre se celebra la Conferencia de la ONU para el Cambio Climático, la COP26, en Escocia, donde los estados están citados a llegar a compromisos más ambiciosos por el clima. El informe del IPCC da mucha solidez a la necesidad de afrontar el reto, con información que no deja escapatoria. Pero el reto es fenomenal: cambiar la economía mundial reduciendo drásticamente el carbono y hacerlo de forma colaborativa, cooperando entre todos los estados.

PC. Se han hecho muchos avances y los compromisos de algunos países para llegar a emisiones cero en 2050 son importantes, pero es necesario un seguimiento inmediato, con plazos inmediatos, cada 5 años, en los que quede muy claro qué pasará: ¿qué pasará con los coches eléctricos, con la calefacción de los edificios, con el gas natural, con el cierre de las últimas plantas de carbón … y todo ello programado cada 5 años, hasta 2050. Esto es lo único que veo que puede funcionar. Los países que dicen “en 2050 haremos cero emisiones”, la mayoría de sus políticos estarán muertos en 2050, les importa un bledo! Hay que conseguir que, si declaran un compromiso, expliquen cómo lo harán y lo dejen muy claro, y que sea muy factible, y que las políticas puedan ser revisadas inmediatamente, cada 5 años, que no perdamos más tiempo. Que no pase que vayan prometiendo cosas y después, cuando llegue el 2030, puedan decir “tal vez era demasiado difícil” y “de acuerdo, ya lo haremos en 2035”.

JV. En Cataluña hay una gran polémica sobre la idea de ampliar el aeropuerto del Prat. ¿Estás al caso?

PC. Todo el mundo me pregunta lo mismo! Eso es ir al revés… El problema que tenemos con la aviación es que no hay solución para los próximos veinte años. Puede que veas cuatro avionetas eléctricas, pero no los aparatos grandes… Dicen “que si probamos con hidrógeno, tal vez con metanol…” Lo que se pruebe en los aviones se desarrollará en muchos, muchos años, por seguridad, en muchos años de pruebas… Incluso si tuviéramos algo totalmente nueva tardaríamos 10 o 15 años en poderlo comercializar. Y la realidad es que no tenemos esta cosa nueva, tardaríamos 10 o 15 años en tenerla y luego pon 15 años más para hacer la producción, para reemplazar lo que tenemos ahora. Con lo que sabemos ahora, el límite debe ser la acumulación de carbono en la atmósfera; cuando más pones, más calentamiento tienes, y más se multiplican los eventos extremos.

JV. Quizás el problema es filosófico, de valores. Seguimos creyendo que somos los reyes de la creación, el centro del universo, los pilotos de una nave espacial que es una roca muerta, y que no entendemos que hemos surgido de la vida de la Tierra, de la evolución de la vida durante 3.800 millones de años y que no podemos vivir si nos cargamos la naturaleza.

PC. Ya… Existe la pretensión, lo veo en gente de Australia, en esta idea de que “quizás no tenemos lujos, pero nos basta como para protegernos”, aire acondicionado en cada casa, internet de alta velocidad en casa, toda esta idea de que podremos solucionar muchas cosas porque somos un país avanzado y tenemos suficiente dinero para hacerlo. Pero cuando pasa uno de estos extremos meteorológicos… En los últimos 6-7 años se ha visto mucho en el mundo desarrollado, en Canadá, en Estados Unidos, en California, la sexta economía mundial! Nadie se escapa. A los ricos también les toca. Vimos las inundaciones por los huracanes en Nueva York, una de las ciudades más ricas del mundo, y ahora todo lo que ha pasado en la Unión Europea en lugares bien ricos. Hemos cambiado la narrativa de “pobres africanos y asiáticos” por una narrativa en la que “todos estamos en el mismo barco”. Esto debe entenderse bien, que ni el dinero ni todos los aires acondicionados que tengas, serán suficientes ante ciertas cosas.

https://www.ccma.cat/324/pep-canadellels-teus-diners-no-seran-suficients-ningu-no-sescapa-de-la-crisi-climatica/noticia/3114322/

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