Los puntos de inflexión climáticos no están bien representados en los modelos económicos que pretenden cuantificar los riesgos del cambio ambiental, lo que significa que se subestiman considerablemente los riesgos financieros
Susana Martín Belmonte
El pasado 7 de marzo publicaba un articulo explicando las Cinco razones por las que el Banco Central Europeo (BCE) debería pasar a la acción climática ya! En él defendía la urgencia de tomar un enfoque de precaución en el tratamiento de los riesgos climáticos, que es la forma en que el sector financiero denomina los impactos del cambio climático en la solvencia de los bancos, o sea, en la estabilidad del sistema financiero. Argumentába mi propuesta basándome en la ausencia de modelos econométricos que puedan predecir los impactos del cambio climático en la estabilidad del sector financiero de manera fiable, algo que está retrasando la acción de los bancos centrales, según sus propias declaraciones.
Este mismo enfoque de precaución es el que defiende un estudio recién publicado por investigadores del Instituto de Innovación y Propósito Público (IIPP) de la University College London y la Universidad de Exeter. El estudio titulado “Puntos de inflexión de los ecosistemas y sus implicaciones para los responsables de las políticas financieras que necesitan gestionar los riesgos relacionados con la naturaleza”
Los investigadores analizaron las posibles repercusiones de alcanzar puntos de inflexión en los ecosistemas, como la extinción de la selva amazónica, el colapso de las turberas tropicales y la desaparición generalizada de los arrecifes de coral. Según su informe, estos fenómenos pueden «repercutir en todo el mundo», con efectos como la reducción de la seguridad alimentaria y energética, y daños en edificios, tierras de cultivo e infraestructuras, con costes financieros para hogares, empresas y gobiernos.
Según el informe, los puntos de inflexión de los ecosistemas no están bien representados en los modelos económicos que pretenden cuantificar los riesgos del cambio ambiental, lo que significa que se subestiman considerablemente los riesgos financieros y se necesitan nuevos enfoques.
«Los ecosistemas naturales estables son la base de toda actividad económica», afirma Lydia Marsden, del Instituto de Innovación y Propósito Público de la UCL.
«Las presiones sobre la naturaleza derivadas de la actividad humana -como la contaminación, la deforestación y el cambio climático- están aumentando el riesgo de alcanzar puntos de inflexión en los ecosistemas: cambios irreversibles que pueden producirse rápidamente y a gran escala.
«Tales puntos de inflexión pondrían en peligro los numerosos servicios vitales que prestan estos ecosistemas a la economía.
«Por ejemplo, un colapso parcial de la selva amazónica repercutiría en los regímenes de precipitaciones de todo el mundo, afectando a sectores como la energía hidroeléctrica, la agricultura o el transporte marítimo mundial, de forma fundamentalmente impredecible e irreversible.
«Evitar que se produzcan estos cambios debería ser de la máxima importancia para cualquier responsable político encargado de preservar la estabilidad económica y financiera».
Jesse Abrams, del Global Systems Institute de Exeter, afirmó: «Los responsables políticos deben dar prioridad a estos ecosistemas a la hora de evaluar los riesgos relacionados con la naturaleza. En la actualidad, se subestiman los riesgos y no se actúa a la escala necesaria para prevenirlos«.
«Los responsables políticos deben considerar una gama más amplia de modelos económicos que puedan representar mejor los impactos de cruzar los puntos de inflexión, como el hecho de que los ecosistemas clave no pueden ser reemplazados, y el papel de los choques de alta magnitud a corto plazo.
El informe aboga por un «enfoque preventivo» para evitar los puntos de inflexión de los ecosistemas y proteger así la economía mundial, lo que requerirá mucho más que una mejor modelización, e incluso recomienda:
«En última instancia, se necesita un enfoque mucho más intervencionista que dé prioridad a la eliminación de las presiones negativas sobre estos ecosistemas críticos».
Los responsables políticos, incluidos los bancos centrales y los ministerios de finanzas, deben coordinarse para intervenir cuando la actividad económica -y los flujos financieros asociados- estén implicados en presiones sobre los ecosistemas.
En definitiva, dejar de financiar actividades que contribuyen a alcanzar los puntos de inflexión, por más lucrativas que parezcan a corto plazo, porque a la larga salen muy muy caras, tal como se explica en este artículo: El cambio climático de está comiendo el PIB mundial a dentelladas, basado en un estudio del Swiss RE Institute.
Acceso al informe aquí: “Ecosystem tipping points: Understanding the risks to the economy and the financial system”
Nota de prensa de lanzamiento aquí.