La dirección que ha tomado la Comisión Europea ignora por completo los fracasos pasados y actuales de los mercados de compensación de carbono a la hora de lograr reducciones de emisiones
Europa Real Cero
¿Qué es y por qué se crea Real Zero Europa?
Real Zero Europe es una campaña que pide a la Unión Europea que ofrezca reducciones reales de las emisiones de carbono y soluciones reales a la crisis climática, en lugar del ‘cero neto’ maquillado de forma ecológica por parte de las empresas.
¡Exigimos que la UE descarte su propuesta de ley de eliminación de carbono y presente un plan real para reducir las emisiones de carbono a cero, ahora!
La Unión Europea tiene el objetivo de alcanzar el «cero neto» para 2050. Pero el «cero neto» no es cero: desvía el foco y la carga del trabajo esencial de eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles hacia métodos poco realistas y de alto riesgo para eliminar el carbono de la atmósfera.
Para lograr su objetivo, la Comisión Europea ha propuesto una nueva ley llamada Marco de Certificación de Eliminación de Carbono (CRCF).
Esta nueva ley tiene como objetivo aumentar la cantidad de eliminación de carbono que se produce en Europa. También creará créditos de carbono que las empresas podrían comprar para reemplazar las reducciones reales de emisiones.
En resumen, esta ley allana el camino para la compensación, una peligrosa técnica de lavado verde que las empresas pueden utilizar para seguir contaminando, al tiempo que blanquean su imagen.
Nuestra Declaración
Para evitar los peores efectos del caos climático, debemos transformar radicalmente, de manera equitativa y justa, la forma en que producimos nuestros alimentos, gestionamos nuestros ecosistemas e impulsamos nuestras economías. Debemos implementar urgentemente soluciones reales, probadas, socialmente justas y lideradas por las personas y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en origen, hasta llegar al Zero Real.
Debido a que las emisiones son acumulativas, cada tonelada de emisiones actuales contribuye al creciente caos climático que vemos en todo el mundo: olas de calor, colapso de glaciares, ciclones intensificados, pérdidas de cosechas, incendios forestales e inundaciones masivas, entre otros impactos devastadores.
Sin embargo, los intereses gubernamentales y corporativos empapados y arraigados en ellos siguen subsidiando, produciendo y quemando combustibles fósiles. Su última fantasía de lavado verde es que las “soluciones basadas en la naturaleza” y las tecnologías futuras de “eliminación de dióxido de carbono” (CDR, por sus siglas en inglés) absorberán grandes cantidades de la actual contaminación por carbono de la atmósfera algún día. Su estrategia supone un exceso de 1,5 °C, con sólo la posibilidad de volver a niveles de temperatura seguros, poniendo a todo el planeta en riesgo de sufrir las graves consecuencias del exceso sobre las que advirtió el IPCC en su último informe.
En esta estrategia, cada tonelada de CDR futuras prometidas representa emisiones que hoy nos están trayendo más caos climático.
A esta estrategia contribuye el plan que la Comisión Europea (CE) planteó en diciembre de 2021 en su Comunicación sobre los ciclos sostenibles del carbono. En la comunicación, la CE propone un proceso regulatorio a nivel de la UE para certificar las eliminaciones de carbono y crear un crédito que luego podría comercializarse en los mercados de compensación de carbono. Los futuros mercados de CDR y de compensación de carbono son cortinas de humo para la actual inacción.
En el plan, la CE promueve dos tipos de CDR. El primero es el almacenamiento temporal de carbono en campos y bosques (llamado “cultivo de carbono”) como medio para abordar las emisiones actuales, incluidas las emisiones permanentes de combustibles fósiles. Pero el secuestro temporal “basado en la naturaleza” no es intercambiable ni puede compensar las emisiones fósiles que permanecen en la atmósfera y contribuyen al calentamiento durante cientos o miles de años.
La Comisión también está promoviendo enfoques tecnológicos, incluida la captura y almacenamiento directo de carbono en el aire (DACCS) y la captura y almacenamiento de carbono en bioenergía (BECCS). Actualmente, estas tecnologías no son viables a escala, y tienen riesgos y costos sociales, ambientales y económicos potencialmente enormes debido a su altísimo consumo de energía y recursos, así como al transporte y almacenamiento de dióxido de carbono.
Tanto el cultivo de carbono como el BECCS, en caso de que alguna vez sean factibles a escala, también plantean enormes riesgos de especulación y acaparamiento de tierras por parte de pequeños agricultores y campesinos, amenazando la soberanía alimentaria en la UE y en todo el mundo.
La dirección que ha tomado la Comisión Europea ignora por completo los fracasos pasados y actuales de los mercados de compensación de carbono a la hora de lograr reducciones de emisiones o la financiación necesaria para una transición real y justa lejos de las economías basadas en fósiles. Un mercado de compensación de remociones de carbono beneficia sobre todo a los contaminadores. Se basa en una justificación peligrosa y falsa para continuar con las emisiones: que alguien, en algún lugar, podría en algún momento del futuro eliminar una tonelada de carbono de la atmósfera. Es una forma segura de incendiar el planeta.
Las futuras CDR no pueden servir como sustituto de las profundas reducciones de emisiones actuales. Para mantenerse por debajo de 1,5 °C de calentamiento se requieren reducciones reales, justas e inmediatas. Una estrategia para superar los 1,5°C y apostar por eliminaciones temporales y tecnologías actualmente inexistentes para volver algún día a temperaturas globales seguras es una estrategia de desastre climático.
Europa tiene la enorme responsabilidad histórica de apoyar una transición justa para el Sur Global y reducir rápidamente las emisiones a cero real en casa. Sabemos cómo es el Zero Real: una eliminación gradual gestionada de manera justa y equitativa de los combustibles fósiles; una transformación energética hacia energías renovables reales, justas, democráticas y sostenibles; apoyo a los pequeños agricultores y una transición justa de los sistemas alimentarios y agrícolas hacia la agroecología para la soberanía alimentaria; prácticas forestales cercanas a la naturaleza; y la reorientación de los subsidios públicos, lejos de los fósiles, para apoyar estas medidas.
Llegar al Cero Real y mantenerse por debajo de 1,5 °C de calentamiento requiere rechazar cualquier propuesta de la Comisión Europea para certificar compensaciones de eliminación de carbono en un mercado de carbono fallido. Requiere detener las emisiones y restaurar los ecosistemas ahora.
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