Entrevista al padre teórico de la idea de un sueldo para todo el mundo, ahora con más partidarios que nunca.
Andreu Barnils, 15/4/2020
El economista Guy Standing (1948), doctorado en Cambridge, es uno de los padres teóricos de la renta universal básica: un sueldo para todo el mundo, tanto si tiene trabajo como si no. Standing también ha teorizado mucho sobre el precariado, la nueva clase social que tiene trabajo ahora sí, ahora no, sin coberturas ni vacaciones pagadas. Estos días, su idea de sueldo para todo el mundo ha cogido más empujón que nunca, y se ve como una posible solución a la crisis económica causada por la Covid-19. El último a mostrarse partidario ha sido el papa de Roma. En Cataluña, el gobierno Torra es favorable. VilaWeb entrevista telefónicamente el señor Guy Standing para hablar de la renta universal básica. Suave de formas y radical de fondo, Standing es contundente en las críticas a gobiernos, sindicatos y políticos.
– Vd. es uno de los ideólogos de la renta universal básica. De dar un sueldo a todo el mundo, tanto si tiene trabajo o no. Una idea radical que últimamente ha cogido mucha fuerza.
-Estas dos últimas semanas se han puesto en contacto conmigo cientos de personas de todo el mundo. He visto interés de políticos de todo tipo. Incluso el Papa se ha mostrado a favor! Es un cambio de posición radical que se vea la renta básica como respuesta a la pandemia. Hay un interés enorme. Finalmente, mucha gente normal y corriente se ha dado cuenta de que se debe aplicar algo parecido a la renta básica. Y que se ve como una necesidad. No se había hablado tanto como ahora.
–La gente se puede preuntar como lo pueden hacer los estados para pagar un sueldo a todo el mundo, tanto si tiene trabajo o no.
-Debemos mirarlo en tres fases. La fase del rescate, la fase de la resistencia, y la fase del resurgimiento. Ahora estamos en la fase del rescate. Debemos dar renta universal básica a todos. Es una emergencia. Y las autoridades pueden utilizar políticas monetarias.
-¿Políticas como las del Banco de Inglaterra?. ¿ Dinero creado por los bancos centrales que no deberían volver?
-Exacto. Se podría pagar así en la fase de rescate. Pero sólo en la fase de rescate. A mí no me gusta la idea de lanzar dinero desde un helicóptero, como forma de hacer. La renta básica se puede pagar de otras maneras en la fase de resistencia y resurgimiento. Por eso deberíamos tener un fondo nacional de capital. De aquí sacaríamos el dinero. Este fondo se alimentaría de impuestos a la riqueza e impuestos a los daños ecológicos, que yo llamo. Impuestos por las actividades nocivas para la ecología. Comenzaríamos con un impuesto al carbono y más combustibles. Este impuesto que, por definición, es regresivo (los pobres pagan más que los ricos, proporcionalmente) se puede convertir en progresivo y popular si reciclas el dinero que sacas, poniéndolo en un fondo de capital nacional. Hace años que lo propongo. Con este dinero das dividendos y rentas básicas. De hecho, este sistema se basaría en el modelo de pensiones noruego. Pero no sería necesario que los países tuvieran el petróleo que tienen los noruegos, se podría hacer aplicando impuestos a actividades digitales, los cruceros y a todas las demás ecológicamente dañinas. Con este dinero se podría levantar el fondo de capital. Esta es la base de mi libro, Plunder of the Commons. Sé que esto requiere tiempo. Pero si tenemos que tener una renta básica universal, empezemos con políticas monetarias, luego con políticas fiscales y a la larga construimos el fondo de capital nacional que nos permitirá pagar la renta básica. Todo esto que cuento es perfectamente factible.
-¿Como se explica que, ahora, esta idea suya tenga tantos partidarios?
-Porque el sistema económico ya se encontraba en un lío terrible. Un sistema que yo llamo ‘capitalismo rentista’. Y los ocho gigantes de este sistema son cada vez más grandes y amenazadores: la desigualdad, la inseguridad, la deuda, el estrés, la precariedad, la automatización, el peligro de extinción y el populismo neofascista debilitan el sistema enormemente. Y sólo ha faltado un desencadenante como esta pandemia para desatar una crisis económica de proporciones terribles. La situación es muy frágil. Y si los políticos no responden de manera firme tendremos una crisis enorme, mucho peor que la crisis del 2008 en Grecia o España. Podríamos llegar a un desempleo del 30%. No nos lo tenemos que pensar dos veces. Debo decir que me impresionaron las declaraciones del vicepresidente catalán, Pere Aragonés: parece entender que hace falta una renta básica universal. En cambio, me preocupan los cautos políticos de Madrid, que son capaces de salir ahora con ayudas destinadas a los llamados pobres, en lugar de proponer una renta básica universal. Si actúan así, España tendrá muchos más problemas. Espero que tengan suficiente coraje para implantar la renta básica universal.
-¿Conoce ningún país que lo haya implantado, el sueldo para todos, durante la pandemia?
-De momento, tenemos gestos de algunos gobiernos. Hong Kong fue el primero, dando 10.000 dólares hongkoneses a los ciudadanos. Los Estados Unidos, también. Pero sólo pagan una vez, y a la parte de la población que han pagado unos ciertos impuestos. Por lo tanto, son gestos y nada más. Y necesitamos cambios estructurales. Debemos darnos cuenta de que tenemos que dar a todos una renta básica como derecho universal. Por ejemplo, todos los residentes legales en España deberían tener cada mes un ingreso modesto de dinero. Así sabrían que si todo lo demás les va mal, al menos tienen ese dinero para pagar comida y alquiler. Para mí es muy obvio este principio. Y veo que cada vez lo cree más gente. Por eso creo que después de esta pandemia ya no querremos volver atrás hacia un capitalismo de mercado, que hace que millones de personas se encuentren inseguras económicamente. Pienso que la pandemia tendrá un efecto transformador en la conciencia de la gente. Querremos reconstruir las sociedades con unas bases más sólidas. Diría que de entrada los políticos no serán lo suficientemente valientes para implantar la renta básica, pero tarde o temprano se verán arrastrados.
-Italia y España. Dos de los peores lugares en esta pandemia. ¿Por qué? ¿Cómo veis las acciones del gobierno español, por ejemplo?
-Creo que han sido débiles. A menudo digo que los políticos tienen huesos de espagueti. No lideran si no les fuerzas. Los gobiernos que tenemos en Italia, en Estados Unidos, en Gran Bretaña son muy débiles y populistas. Y en parte, al menos en parte, es culpa nuestra, de los progresistas, porque no hemos articulado un discurso para definir la solución. Y por lo tanto hemos perdido el apoyo del precariado. Y parte del precariado ha votado populistas como Salvini, Trump, o Johnson que han cogido una vía plutocrática, y ahora los millonarios hacen mucho más dinero que antes y recortan ayudas para los pobres. En el caso italiano, el Movimiento Cinco Estrellas pudo ser un movimiento progresista. En España, Podemos pudo ser el movimiento progresista del precariado. Pero ambos han perdido empuje, han querido ser burgueses y respetables. Han dejado de ser la vanguardia de la transformación. Ahora podemos decir que o bien son un movimiento transformador o, por favor, que abandonen el escenario. Que se vayan y dejen que otros lideren.
-Ahora recuerdo una frase de su última entrevista en VilaWeb: el precariado ve los sindicatos como parte del sistema.
-Los sindicatos se han acomodado. Y no me gusta decirlo, pero los sindicatos son parte del problema. Y no me gusta decirlo porque creo en la acción colectiva. Soy de izquierdas. La izquierda verde. Pero los sindicatos se han convertido en un impedimento, una barrera para reformas reales. Vea Gran Bretaña: los sindicatos encabezaron la presión para introducir subvenciones regresivas a los salarios, en lugar de la renta básica. Y en esto se han alineado con el gobierno Johnson. Y se felicitan. Es un desastre! Los sindicatos no han cambiado ni parece que sean capaces. Y es una pena, porque necesitamos entidades colectivas. El precariado necesita organizaciones con agendas transformadoras. Pero creo que los jóvenes y el precariado se fortalecerán de resultas de esta pandemia. De entrada los jóvenes y el precariado se enfadarán. La rabia es necesaria. Y la rabia se transformará en un movimiento progresista, y en una protesta progresista que tomará las calles y se manifestará. Y que se traducirá en un movimiento político que entrará en el gobierno y actuará desde el gobierno. Y si Podemos y otros grupos no ayudan, que se vayan.
¿Qué señales veis en el establishment, estos días, que os den esperanza?
-Creo que el establishment está asustado. Y eso me da esperanza. Deben estarlo. Me gusta. Hace dos semanas un hombre que se llama Jim O’Neill, Lord O’Neill, que había sido presidente de Goldman Sachs, muy hostil con la renta básica y más ideas, de pronto escribió un artículo diciendo que había cambiado de manera de pensar . Y que ahora apoyaba la renta básica. ¿Por qué un hombre como él hace algo así? Pues porque no tiene claro que el sistema económico pueda subsistir. Y quiere que subsista. Creo que cuando tengamos legitimada la renta básica, la gente normal y corriente se empoderará económicamente. Y no se detendrá aquí. Hará suyas más demandas. Y será muy interesante ver cómo el establishment coge pánico. Deben cogerlo, porque no pueden volver a las medidas de austeridad del 2008. Hemos visto el resultado en España, en Grecia. Ellos saben que fracasaron. Nosotros sabemos que fracasaron. La gente normal que no son ni economistas ni sociólogos lo saben: el resultado fueron diez años de miseria. Diez años de debilitamiento de los sistemas sanitarios. Y esto ha hecho que la pandemia aún fuera mucho peor. La gente ahora no se conformará.
-Personalmente ¿ cómo vive el confinamiento?
-Hace cuatro semanas que estoy en Suiza. Normalmente estaría en Italia, donde vivo en un molino de agua. Pero el confinamiento me cogió aquí, y aquí me he quedado. Claramente veo el efecto en la conciencia de la gente. Somos más conscientes de la necesidad de pensar en la familia, en la comunidad y en los pequeños detalles. Nuestra conciencia tendrá un cambio profundo. Y nuestra valoración de lo local, también. Si sobrevivimos, a la larga esto es potencialmente beneficioso. Pero la experiencia actual es dolorosa porque sabemos que la crisis es sistémica. Y los políticos y los financieros son tan responsables como cualquier otro. Creo que todo ello nos inducirá a invertir más tiempo a cuidar de los seres queridos y de nuestras comunidades. Y creo que la renta básica lo facilitaría. Esta herramienta construiría otro tipo de sociedad. La renta básica universal sería maravillosamente liberadora.
Traducción: Teresa Abril