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«Planet of the Humans», una verdad muy incómoda

Rompemos una lanza a favor de los autores de «Planet of the Humans», documental producido por Michael Moore y dirigido por Jeff Gibbs

Neus Casajuana

Durante el periodo de confinamiento por el COVID 19 fue liberado el documental Planet of the Humans producido por Michael Moore y dirigido por Jeff Gibbs. Desde entonces, se ha producido una explosión de visualizaciones (millones) pero también ha originado una polémica explosiva, tanto, que el documental ha sido retirado de la web de la distribuidora Films for Action, aduciendo el siguiente motivo: “falta de rigor e información errónea”. Las críticas a la película ha sido demoledoras, llegando a acusar a los autores de trabajar para el lobby petrolero.

Con subtítulos también en español

La película trata de mostrar el lado obscuro de las energías renovables, mostrando lo que la sociedad no ve: los residuos de estas instalaciones cuando han quedado obsoletas, las materias primas que se usan para fabricar las placas fotovoltaicas que no son tan inocuas como se pretende, o la degradación ambiental que puede suponer una planta eléctrica de biomasa. La película también pone en entredicho a conocidos activistas y defensores de la economía verde, como Bill McKibben, líder de la asociación ecologista 350.org o como Al Gore, autor de la famosa película “una verdad incómoda”que ayudó a despertar a tantas conciencias. El documental muestra cómo algunos de estos influyentes activistas de EEUU basan sus negocios en las energías renovables y que por tanto, han perdido su objetividad para valorar sus beneficios o perjuicios reales.

Lo que verán en el documental es una crítica que, cierto, puede ser juzgada de sesgada, porque se centra en los desastres y no en los beneficios de estas energías, pero esta cuestión por si sola ya se merece un aplauso porqué, en lo que todos coincidirán, es que la información que nos suele llegar de las energías renovables es tan sesgada como la de la película, pero en sentido contrario. Solo se nos muestran sus beneficios.

Pero lo que nos parece más importante no es esta cuestión, sino el problema de fondo que la película, sin tratarlo abiertamente, invita a su reflexión: ¿Es posible una economía basada en el crecimiento verde? El problema no está en las renovables, una tecnología con sus pros y sus contras, como cualquier otra. El problema es la escala, el tamaño de nuestra economía. Y nada es más entendedor que el ejemplo usado en la película: una enorme planta de biomasa que necesita engullir una cantidad asombrosa de árboles. Una planta pequeña de biomasa que aprovecha la madera sobrante de la limpieza de los bosques es un win/win. Una planta que necesita la tala de árboles para poder mantener su funcionamiento ¿es también un win/win? Pues dependerá de su voracidad. Debemos dejar claro que una plantación de árboles no es un bosque. Se pueden cultivar árboles como se cultivan otras especies que a nadie se le ocurre criticar. Ahora bien, todo el mundo puede entender la diferencia entre un cultivo en mosaico, con variedad de especies distintas que protegen la diversidad ecológica y un monocultivo de grandes extensiones, basado en el consumo masivo de fertilizantes químicos y plaguicidas. Por tanto, el tamaño importa y mucho.

Nuestra economía tiene que estar basada en las energías renovables. Solo algunos negacionistas con intereses inconfesables van a negar los peligros del consumo masivo de las energías fósiles. Pero tan evidente como esta afirmación, lo es la siguiente: “la economía no puede crecer indefinidamente”. La economía debe tener un tamaño ajustado a la capacidad de la tierra, a lo que ella es capaz de ofrecernos sin degradarse. La humanidad hace ya mucho tiempo que ha superado esta línea roja. No es ll hombre quien debe decidir el tamaño de la economía, es el planeta que nos sustenta. Y esta afirmación es todavía una verdad realmente más incómoda que admitir que el cambio climático está causado por el hombre, porqué lo que se pone en tela de juicio con esta afirmación no es si utilizar o no algunas fuentes de energía, sino el mismo sistema económico que tan bien le ha ido a la mitad de la humanidad, que nunca se ha planteado que el negocio pueda parar o disminuir de tamaño y ni tan solo ha empezado a imaginar qué modelo social puede ser la alternativa. Esta es la razón de tanta crítica a un documental que sin ser ningún dechado de objetividad, sabe poner el dedo en la llaga de nuestra civilización: el crecimiento sin límites en un planeta finito.

Nosotros rompemos, pues, una lanza en favor de los autores y les invitamos a que miren la película con mente abierta. Valoren y tomen partido.

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3 respuestas

  1. Buenas tardes, a mi me parece un documento de gran valor, tendrá sus errores y sus juicios sesgados, pero la verdad irrefutable es que somos 8000 o mas millones de personas y subiendo. Todos comemos, nos vestimos y queremos vivir lo mas cómodamente posible y eso al ritmo que va , pronto será insostenible. El planeta no es de nuestra propiedad

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