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Minerales críticos para la transición

Se necesitará un mayor ritmo de extracción de recursos primarios, explotando nuevas minas y nuevas fuentes.

Mariano Marzo, 23/06/2020

Para hacer realidad la transición energética, algunos expertos estiman que entre el 2015 y el 2050 la flota global de vehículos eléctricos (VE) de pasajeros debe pasar de 1,2 a 965 millones, la capacidad de almacenamiento de electricidad mediante baterías de 0,5 gigavatios-hora (GWh) a 12.380 GWh y la capacidad instalada de solar fotovoltaica de 223 GW a más de 7.100 GW. Lo que implica que la cantidad de materiales y metales demandados por una economía descarbonizada será inmensa.

Una evaluación reciente concluye que la demanda prevista de catorce metales -entre ellos cobre, cobalto, níquel y litio, básicos para la producción de energía renovable, VE, pilas de combustible y tecnologías de almacenamiento de electricidad- crecerá sustancialmente en las próximas décadas. De este modo, para el periodo 2015-2060 se contempla un aumento del 87.000% en la demanda de materiales para baterías de los VE, del 1.000% para la generación eólica y del 3.000% para la solar fotovoltaica. El Banco Mundial resume la situación de forma contundente: “La transición hacia una energía limpia será significativamente intensiva en minerales”.

Muchos de los minerales y metales necesarios para las tecnologías bajas en carbono se consideran “materias primas críticas” o “elementos tecnológicamente críticos”, términos que subrayan el hecho de que no sólo son estratégicos y de gran importancia económica, sino también que presentan un alto riesgo de escasez de oferta y de volatilidad de precios, lo que comporta importantes repercusiones geopolíticas. Por otra parte, la minería de estos metales es en sí misma intensiva en energía, puede comportar notables impactos ambientales y graves secuelas sociales, de modo que se da la paradoja que la transición energética y la revolución digital aparejada no van a ser tan verdes como suele darse por sentado.

Sin duda, de cara a asegurar el suministro futuro de estas materias primas, será imprescindible apostar por la eficiencia (mayor producción y uso de producto final por unidad de recurso primario empleado) y el reciclaje. Sin embargo, aun así, también va a ser necesario incrementar el ritmo de extracción de recursos primarios, diversificando de forma sostenible las cadenas de suministro, explotando nuevas minas y desarrollando nuevos flujos de recursos, tales como la obtención de metales a partir del agua de mar y de salmueras geotermales, así como la sustitución, recuperación y reducción de la intensidad de uso de materiales. Y, en cualquier caso, debemos ser conscientes que, aunque a corto plazo la minería en tierra seguirá siendo fundamental para satisfacer la creciente demanda de tecnologías limpias y digitales, a más largo plazo tendremos que considerar muy seriamente la explotación de fuentes minerales de los fondos oceánicos. ¿Quién dijo fácil?

https://www.lavanguardia.com/economia/20200623/481923908545/minerales-criticos-para-la-transicion.html

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