Hay una enorme desconexión entre los puntos críticos de impacto ambiental específicos del sector y la información suministrada por las empresas textiles
Redacción iambiente
La industria textil no revela los impactos más relevantes en sus informes ambientales. Esta es la conclusión de un estudio de la Universitat Jaume I de Castelló que publica la revista Environment, Development and Sustainability. El equipo de la catedrática María Jesús Muñoz-Torres destaca que, si bien esos estudios del sector de la moda se alinean con los retos globales de la sostenibilidad, están apartando el foco de sus consecuencias en la cadena de suministro.
El ocultar ese origen es una de las claves en las que incide el grupo SoGReS-MF de la UJI. Las simulaciones realizadas manifiestan que los mayores impactos ambientales del sector de la moda «no ocurren en las últimas fases de la vida de los productos por procesos de reciclaje o de extensión de la vida útil». Según explican, «tienen lugar durante las primeras fases del ciclo de vida, de producción de materias primas y procesado para la fabricación de prendas».
Este trabajo del grupo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas se basa en el análisis de los desafíos ambientales globales para el sector de la moda desde dos perspectivas. La primera analiza la información corporativa de 31 empresas líderes en sostenibilidad, pertenecientes a todas las fases del ciclo de vida de producción textil. La segunda calcula los impactos medioambientales recogidos en la Huella Ambiental Europea, mediante las simulaciones denominadas de la cuna a la tumba.
Las camisetas, a la que consideran producto estrella del sector, centran estas estadísticas. Para profundizar, diseñaron tres ciclos de vida completos desde la producción de materias primas, hasta la comercialización y procesos de fin de vida. Con ello pretenden tener una visión clara de los impactos ambientales reales y dónde y cómo se producen.
Los daños, al agua
Los datos obtenidos apuntan que los daños más importantes «se circunscriben a la gestión de un recurso muy escaso en muchas partes del planeta, como es el agua». A eso se suman, según indica Muñoz-Torres, los efectos de los procesos de producción sobre la salud humana». Por eso, subraya, las compañías se centran con mayor énfasis en divulgar indicadores de cambio climático. Las emisiones de CO2, responsables del calentamiento global, copan esta parte que tiene en cuenta documentos internacionales como el Acuerdo de París de 2015.
Esa ecoimpostura evita reflejar los mayores impactos ambientales de la moda se concentran durante las fases de producción de materias primas. En esta etapa se debe al elevado consumo de agua o su contaminación y la utilización de territorio. En el caso de la confección, debido a la toxicidad de sus efectos sobre la salud humana, cancerígenos y no.
El equipo de Muñoz-Torres trabaja en el marco del proyecto europeo Sustainable Market Actors for Responsible Trade (Smart) financiado a través del programa H2020. En estos análisis del sector de la moda, han contrastado lo presentado con lo ofrecido por las propias empresas en sus informes. «Se ha comparado la información con los puntos críticos de sus impactos según el estándar de Huella Ambiental Europea», señalan. Estos los relacionan con compromisos en sostenibilidad de la agenda global.
La desconexión crítica
Los resultados de este trabajo del SoGReS-MF, coordinado por la catedrática del Departamento de Finanzas y Contabilidad María Ángeles Fernández, demuestran esa diferencia. Aunque existe coherencia en la divulgación de los impactos de las empresas del sector con los desafíos ambientales globales, sobre todo crisis climática, hay, desde su perspectiva, «una enorme desconexión entre los puntos críticos de impacto ambiental específicos del sector, obtenidos a través del análisis de su huella ambiental, y la información suministrada por las empresas textiles».
Esta investigación también sugiere que las empresas «podrían estar manejando los problemas ambientales relacionados con las preocupaciones ambientales globales, pero ignorando aquellos más críticos». Estos serían «verdaderamente relevantes desde un punto de vista técnico», de acuerdo con su actividad. En consecuencia, «no solo es necesario tener en cuenta la conciencia corporativa con respecto a los desafíos ambientales globales», agregan. Las responsables del estudio ven necesario «también abordar los puntos críticos ambientales reales a nivel sectorial».
En un contexto internacional, en opinión del grupo SoGReS-MF, es crucial medir e informar sobre los impactos en aspectos ambientales, teniendo en cuenta todas sus cadenas de suministro. Los resultados obtenidos en este trabajo europeo ayudan a los actores de las cadenas de producción globales, a los reguladores y a otras organizaciones e individuos, como los consumidores finales, interesados en conocer en profundidad el problema y abordar el desafío de su gestión.