Un nuevo informe del prestigioso Swiss Ree Institute vuelve a alertar sobre el coste económico de la crisis climática, eleva los niveles de riesgo financiero y llama a acelerar las medidas de mitigación y adaptación
«El mundo no tiene opción a la hora de escoger entre evitar el cambio climático o seguir apostando por el mercado: de hecho, el cambio climático es el mayor fracaso del mercado». Esta contundente afirmación está extraída del famoso Informe Stern, elaborado en 2006 por el economista londinense Sir Nicholas Stern y su equipo de investigadores de la London School of Economics por encargo del Gobierno Británico.
Considerado como uno de los estudios más rigurosos e influyentes elaborados hasta la fecha sobre el impacto de la crisis climática en la economía mundial, el Informe Stern concluía ya entonces que, atendiendo a los modelos formales elaborados por el panel de expertos del IPCC, el coste de los daños provocados por el cambio climático a la economía podría suponer la pérdida de entre un 5% y un 20 % del PIB mundial hacia mediados de siglo.
Pero además de poner de manifiesto el alcance del problema, no ya desde un aspecto ecológico o medioambiental, sino estrictamente económico y de detallar minuciosamente las causas de su demoledor impacto en los mercados, el estudio dirigido por el exvicepresidente del Banco Mundial, extendía una receta para prevenir que los daños se eleven a esos niveles. Un tratamiento basado en la mitigación y la adaptación.
«Por el contrario -establece el estudio- si se adoptan las medidas necesarias, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), para evitar los peores escenarios descritos por la ciencia, el coste calculado en términos económicos del cambio climático podría limitarse al 1% del PIB mundial«. Por todo ello, estimaba que «la inversión realizada en los próximos 10-20 años en mitigación y adaptación al cambio climático tendrá un profundo impacto sobre la economía durante la segunda parte del presente siglo, y con toda probabilidad se agravará en el próximo». El informe se publicó hace 18 años. Justos, vamos muy justos, pero todavía estamos dentro de la horquilla de la esperanza si nos decidimos a actuar ya.
Un informe tras otro
Desde su publicación, los estudios sobre el impacto del calentamiento global en las finanzas no han dejado de sucederse, confirmando sus conclusiones y alertando sobre la necesidad de acelerar las medidas de adaptación y mitigación para eludir los peores escenarios. El último ha sido elaborado por el equipo de análisis de riesgos del Swiss Re Institute, con sede en Zúrich.
El informe ‘Changing climates: the heat is (still) on’ insiste en describir el cambio climático como una de las mayores amenazas para la economía mundial y alerta sobre el aumento de las pérdidas económicas asociadas a los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más severos y recurrentes. En su análisis el equipo de investigadores ha logrado determinar el grado de amenaza al que se enfrentan los 36 países con mayor riesgo de sufrir este tipo de sucesos provocados por el cambio climático, así como definir el nuevo panorama de riesgos al que se enfrenta el mundo entero. Y sus conclusiones coinciden con los pronósticos del Informe Stern en 2006, pues entre ellas advierte que «si el calentamiento global continúa en la trayectoria actual, el mundo podría perder entre un 7% y un 10% del PIB para mediados de siglo».
De los pronósticos a los resultados
El país más afectado por el avance del cambio climático, con unas pérdidas económicas que actualmente ya equivalen al 3% de su PIB, es Filipinas, quien al mismo tiempo está expuesto a una alta probabilidad de intensificación de su vulnerabilidad. Sin embargo, con 97.000 millones de dólares anuales de pérdidas, lo que equivale al 0,38% de su PIB, Estados Unidos es el que está sufriendo mayores pérdidas económicas en términos absolutos de todo el mundo y el que se enfrenta a los escenarios más adversos.
Entre los que se están viendo más expuestos a los daños causados por el avance del cambio climático figuran los países asiáticos con un mayor crecimiento económico. China, India, Taiwan, Vietnam o Tailandia están empezando a anotar pérdidas significativas en su PIB. Pero además de amenazar a los países emergentes y a los que se encuentran en vías de desarrollo, también se empieza a vislumbrar un nivel de impacto en el PIB entre medio y alto en economías tan consolidadas como las de Japón, Austria, Alemania, Dinamarca, Australia, Canadá, Chile o Suiza. En el caso de España nuestro país no aparece en el estudio, pero si figuran Francia, Grecia o Italia, en este caso con un nivel de impacto todavía bajo, aunque al alza.
Para hacer frente al elevado grado de amenaza al PIB mundial que está alcanzando el cambio climático, el informe de Swiss Re acierta a destacar que «el primer paso para reducir las pérdidas económicas es reducir el potencial de dichas pérdidas mediante medidas de adaptación» Entre dichas medidas destaca la necesidad de hacer cumplir los códigos de construcción, aumentar la protección contra inundaciones y desalentar los asentamientos en áreas de alta vulnerabilidad frente a los fenómenos meteorológicos adversos. En cuanto a la relación coste beneficio, según el estudio «los dividendos económicos de las medidas de adaptación pueden superar sus costos en múltiplos que van desde 2:1 hasta 11:1″.
El importante papel de las aseguradoras
Respecto a las acciones de mitigación, básicamente centradas en la reducción de las emisiones de GEI, el informe estima que se debería cubrir un déficit de inversión global acumulado de más de 270 billones de dólares para lograr emisiones netas cero para 2050 y destaca que existe un amplio margen para canalizar más capital privado hacia esta área. Por ejemplo, con un total de 5,6 billones de dólares, el mercado de deuda sostenible aún es pequeño (menos del 5% de los mercados de bonos mundiales), y de las nuevas emisiones de deuda globales, solo alrededor del 5% tiene la etiqueta ESG. De hecho, actualmente menos del 2% del financiamiento para la adaptación proviene de fuentes privadas.
La reducción de las emisiones de carbono es fundamental para contener los costes económicos del cambio climático
En este apartado el Swiss Re Institute, perteneciente a la compañía del mismo nombre, considerada como una de las principales reaseguradoras del mundo, reconoce que la industria de los seguros puede y debe ofrecer un mayor apoyo. «Como inversores a largo plazo -destaca- las compañías aseguradoras pueden contribuir a la descarbonización de la economía, a la financiación de los esfuerzos en mitigación y a las infraestructuras de adaptación. También pueden financiar proyectos positivos para el clima, compartir conocimientos sobre riesgos e incentivar comportamientos eficaces para la reducción de pérdidas».
Lo que viene a demostrar este informe, como todos los que están apareciendo al respecto del coste de la crisis climática, es que sin duda alguna el reto es mayúsculo, pero la oportunidad no es menor. Se trata de entender lo que señalaba Stern en 2006, es decir que el cambio climático es el mayor enemigo de la economía mundial, y que el sistema financiero no se limite tan solo a valorar su impacto en las carteras de crédito, sino que se implique mucho más en la acción climática, por ejemplo financiando la prevención de riesgos y movilizando mayor capital hacia las inversiones verdes y con bajas emisiones de carbono.
Publicado en https://www.elconfidencial.com/medioambiente/clima/2024-03-03/cambio-climatico-fondos-verdes-pib-mundial_3840693/