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Solo una de cada diez se recicla: el reto de introducir las baterías de litio en la economía circular

El reciclaje de baterías es clave para la autonomía tecnológica de Europa y España. Con iniciativas locales, regulación ambiciosa y nuevas tecnologías, el desafío se convierte en oportunidad

Pedro Jesús Navarrete Segado; Antonio Peñas Sanjuán

De los smartphones a los vehículos eléctricos, las baterías de litio son componentes tecnológicos críticos para una transición energética sostenible. Como parte de la estrategia europea para lograr la neutralidad climática para 2050, Europa está realizando una firme apuesta por su reciclaje, para contribuir a la economía circular y a la reducción de residuos. España, por su parte, tiene varias plantas y proyectos en marcha para recuperar materias primas con alto valor añadido, como litio, cobalto y níquel.

Contexto global: la demanda crece

La demanda global de baterías, con un crecimiento exponencial impulsado por la movilidad eléctrica y el almacenamiento de energías renovables, requerirá de una producción global equivalente a 2,7 teravatios-hora al año para 2030. Sin embargo, nos enfrentamos a un desafío crítico: la escasez inminente de litio. Porque, a pesar de que las reservas mundiales se estiman en 22 millones de toneladas (suficientes para producir casi 2 500 millones de baterías), la Agencia Internacional de la Energía prevé un desabastecimiento para 2025.

Este hecho se debe principalmente a la dificultad que tiene la industria para extraer litio y procesarlo a un ritmo suficientemente rápido: los nuevos proyectos mineros tardan más de una década en desarrollarse. Ante este desafío, el reciclaje de baterías se presenta como una solución clave, con el potencial de reducir la necesidad de nuevo litio en un 10 % para 2040.

Esto resulta especialmente relevante en Europa, cuya dependencia de la importación de materias primas críticas es muy elevada (100 % en el caso del litio y 98 % en el del grafito natural).

Reciclaje en España

España, aunque sin minas de litio en explotación comercial, demuestra su compromiso con la economía circular a través de iniciativas concretas. Por ejemplo, están las plantas de A.3 Aprofitament Assessorament Ambiental en Granollers (Barcelona) y Novolitio en León –con una capacidad de reciclaje estimada de hasta 25 000 toneladas anuales–, o la iniciativa BeeCycle en Navarra.

Por otro lado, el interés de gigantes en el sector, como la empresa china Tianneng, que tiene prevista la implantación de una planta local en Jaén, pone de manifiesto el gran potencial industrial y estratégico de España.

La reutilización de las baterías es otra solución estratégica, ya que darles una segunda aplicación al final de su vida útil puede reducir las emisiones de carbono en 56 millones de toneladas para 2050, según un estudio reciente liderado por la Universidad de Münster (Alemania).

China lleva la delantera

Según un artículo de 2023, solo un reducido número de países tiene empresas capaces de gestionar el ciclo completo del reciclaje, incluyendo recogida, desmontaje y procesado químico y mecánico.

Dos operarios supervisan una gran batería.
Mantenimiento de baterías. Washburn HM/Shutterstock

Actualmente, China lidera el sector, mientras Europa y Estados Unidos invierten en la ampliación de infraestructuras. En Europa, se reciclan aproximadamente 50 000 toneladas de baterías usadas al año y se estima que, para 2030, alcance una capacidad de unas 420 000 toneladas anuales.

Retos por delante

El proceso de reciclaje presenta importantes desafíos, como las bajas tasas de recolección, los altos costos de transporte y los posibles problemas de seguridad. Este último aspecto se ha puesto de manifiesto por los incidentes ocurridos recientemente en las plantas de reciclado de baterías de Sant Julià de Llor (Girona), el pasado mes de abril, y Azuqueca de Henares (Guadalajara), en julio.

Otro desafío es la baja tasa de reciclaje: solo se da una segunda vida al 12 % de las baterías en el mundo. Esto se debe principalmente a tres factores: la complejidad química de las baterías, la falta de infraestructura y personal técnico cualificado y la ausencia de normativas claras sobre actores y responsabilidades en el reciclaje.

Además, el transporte de las baterías hasta las plantas de reciclaje impacta directamente en la viabilidad económica del proceso y puede suponer más de un 70 % del coste total.

De este modo, diversos estudios ponen de manifiesto que la viabilidad económica se alcanza en aquellos supuestos donde el punto de recolección de las baterías y las plantas de reciclado se encuentran dentro del mismo país.

El reciclaje incluye desde la recogida y desmontaje hasta la separación de materiales críticos. Pedro Jesús Navarrete.

Hacia una economía circular avanzada

Para superar estos retos, Europa está impulsando activamente la innovación y una sólida política regulatoria. El Reglamento de Baterías de la UE (2023) fija los objetivos de reciclaje y exige un contenido mínimo de componentes reciclados en las baterías.

La tecnología también está evolucionando, con investigaciones centradas en el reciclaje directo, que permite preservar la estructura de la batería a la vez que reduce el coste energético y la complejidad del proceso. Además, la robotización minimiza riesgos y dependencia del trabajo manual.

Otra innovación clave es el pasaporte digital de baterías, que permitirá rastrear cada una con datos de composición, origen e historial. Esto facilitará enormemente los procesos de reutilización y reciclaje al final de su vida útil.

Manos a la obra

Proyectos europeos como BeyondBattRecRESTORE y RECYCALYSE buscan desarrollar procesos de reciclaje más sostenibles y rentables.

Así, BeyondBattRec, con la participación de socios españoles como la Universidad de Jaén y Andaltec, aspira a recuperar hasta un 95 % de materiales críticos y a reducir las emisiones de CO₂ del proceso en un 50 %.

Por su parte, RESTORE –liderado por la fundación LEITAT, con participación de las empresas españolas Toratecnica SLU, Indumental Recycling SA y Dlyte Chemicals– tiene como objetivo revolucionar la gestión de los residuos procedentes de baterías al final de su vida útil.

Complementando este esfuerzo, el proyecto RECYCALYSE se enfoca en perfeccionar un sistema de circuito completamente cerrado que recupere y reutilice los materiales directamente, con la empresa española Sustainable Innovations como socio.

Aunque afronta retos significativos, el reciclaje de baterías es clave para la autonomía tecnológica de Europa y España. Con iniciativas locales, regulación ambiciosa y nuevas tecnologías, el desafío se convierte en oportunidad: no basta con extraer, hay que recuperar y reutilizar lo ya consumido para garantizar una transición energética y un futuro más sostenibles.

https://theconversation.com/solo-una-de-cada-diez-se-recicla-el-reto-de-introducir-las-baterias-de-litio-en-la-economia-circular-264506

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