La barrera bajada en el paso a nivel de la avenida Vilallonga de Figueres./ Empordà. Info
Figueres se encuentra en un momento clave en lo que respecta a su conectividad ferroviaria. El reciente acuerdo entre el Ministerio de Transportes y Mobilidad Sostenible y las administraciones implicadas plantea el desmantelamiento de la estación de cercanías situada en el centro de la ciudad y la concentración de todos los servicios ferroviarios —cercanías, regionales y alta velocidad— en la actual estación de Vilafant.
Este planteamiento supone una pérdida importante para la ciudad, ya que elimina una infraestructura histórica, céntrica y funcional, que conecta de manera directa con la vida cotidiana de miles de personas de Figueres y del Alt Empordà. Además, obliga a abrir una nueva herida en el territorio al construir una ronda norte ferroviaria, con una reducción significativa del suelo agrícola del norte de la ciudad.
Una apuesta clara
Como arquitecto urbanista y gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Figueres entre los años 2008 y 2015, tuve la oportunidad de coordinar estudios que analizaban alternativas al cierre de la estación del centro. Dichos estudios apostaban por mantener la estación existente y soterrar las vías a su paso por la avenida Vilallonga, eliminando así un paso a nivel que constituye una barrera urbana y un punto de riesgo.
El desmantelamiento de la estación del centro no solo representa una pérdida patrimonial y de funcionalidad urbana, sino que también supone una oportunidad desaprovechada de mejorar el servicio ferroviario en la ciudad. Por este motivo, defiendo con firmeza una propuesta alternativa: mantener las dos estaciones y construir una conexión ferroviaria entre las vías a la altura del río Manol.
Esta intervención permitiría que los servicios de cercanías, viniendo desde Portbou,, hicieran una primera parada en la estación del centro de Figueres, una segunda en Vilafant —con enlace con la alta velocidad— y posteriormente continuaran hacia el sur, manteniendo el recorrido habitual en dirección a Girona. Lo mismo sucedería en sentido contrario: primera parada en Vilafant y segunda en el centro de Figueres.
Esta propuesta no es una utopía técnica ni una reivindicación localista. Es una solución eficiente, viable y coherente con los objetivos de movilidad sostenible y con la necesidad de acercar el transporte público a la ciudadanía.
Además, es necesario enmarcar este debate dentro de las directrices europeas de transición ecológica y adaptación al cambio climático, que promueven activamente el desarrollo del ferrocarril como medio de transporte sostenible y con bajas emisiones.
En este contexto, eliminar una estación de tren en el corazón de Figueres es un contrasentido. Mientras muchas ciudades trabajan para ampliar su red ferroviaria con nuevas estaciones, Figueres iría en sentido contrario, empobreciendo su accesibilidad y su papel como núcleo vertebrador del territorio.
Estamos a tiempo de rectificar
Aún estamos a tiempo de rectificar. Teniendo en cuenta la experiencia acumulada, sabemos que el Estado español incumple de forma reiterada sus compromisos de inversión en infraestructuras en Cataluña. Ante esta realidad, no podemos permitirnos renunciar a la estación del centro basándonos en promesas de futuro inciertas.
El primer paso a corto plazo es muy claro: construir la conexión ferroviaria sobre el río Manol, en el Pont del Príncep, y ampliar los servicios de cercanías, creando una nueva parada en Vilafant, para que sean útiles, accesibles e interconectados. (ver esquemas adjuntos).
Una vez garantizado este servicio eficiente, será el momento de abordar con rigor los proyectos de integración urbana y el soterramiento de la línea, con una visión a largo plazo que beneficie realmente a la ciudad y a sus habitantes.
