La luz es demasiado cara. ¿Y ahora qué?

En Europa se está consumiendo todos los días el mismo gas que se consumía hace un año. Ahora hay más renovables y se produce la misma electricidad. Si la generación y el consumo son los mismos, ¿dónde están las reglas del mercado? ¿Estamos hablando de especulación? ¿Estamos hablando de una situación que beneficia a las grandes empresas del sector?

Santi Martínez Farrero *

Todo el mundo intenta explicar lo que está pasando y cómo afecta a los precios de la energía, tratando de interpretar el pasado y mirando hacia el futuro como si todo tuviera que evolucionar de forma lineal y predecible, por compleja que sea la predicción.

Nadie predijo los efectos devastadores del Gloria, nadie previó la pandemia y sus olas, ni el Filomena, y todo se ha ido sumando, acumulando el impacto sobre la sociedad y los que formamos parte, cuando aún no habíamos salido de los efectos y recortes de la crisis financiera. Son estas situaciones disruptivas, que rompen tendencias previsibles, las que nos ponen en nuestro sitio como piezas irrelevantes ante los fenómenos de la naturaleza, aunque la mayoría son el efecto de la acción de los humanos, que actuamos imponiendo nuestros deseos por encima de todo. Reinar destruyendo el entorno, escondidos detrás de una cortina que se llama progreso.

Y ahora, para poner la guinda, ha comenzado la parte visible de una guerra, previsible o no, pero indudablemente planificada, aunque seguramente no nos pondríamos de acuerdo en decir quién la ha planificado; Darth Vader, los fabricantes de armas, occidente, los magnates de los combustibles fósiles, ve tú a saber quién pulsó el botón que lo puso todo en marcha. Lo que estamos viendo en directo es el efecto perverso y maldito, con muertes de personas de todas las edades y condiciones y destrucción, por decisiones tomadas con anterioridad en beneficio de alguien. No se provocan guerras para perder poder ni dinero.

Como consecuencia, parece que debamos aceptar que el precio de la luz y el gas no paren de subir y que cada día sea más difícil para familias y empresas pagar la factura. En Europa se está consumiendo todos los días el mismo gas que se consumía hace un año. Hay más renovables y se produce la misma electricidad. Si la generación y el consumo son los mismos, ¿dónde están las reglas del mercado? ¿Estamos hablando de especulación? ¿Estamos hablando de una situación que beneficia a las grandes empresas del sector?

En su momento, a finales del siglo XX, se diseñaron unos mercados de la electricidad que sirvieron para abrir a la competencia un sector que se acababa de liberalizar, facilitando que una pequeña comercializadora pudiera comprar electricidad al mismo precio que la más mayor del sector, y un pequeño productor de electricidad pudiera venderla al mismo precio que los mayores. El precio horario del mercado parecía ser justo y una fuente de oportunidades en favor de la competencia. Sin embargo, ya hace años que se han detectado imperfecciones de estos mercados, algunas de ellas debido a la operativa de un oligopolio que pone en cuestión que sean verdaderamente mercados en régimen de libre competencia.

Por eso se proponen dos o tres mercados diferenciados. En el caso de tres mercados, uno sería para las renovables no gestionables, incluyendo la pequeña hidroeléctrica, la eólica y la solar, un segundo con la gran hidroeléctrica y la nuclear, y un tercer mercado para el gas y el carbón. Esto haría tener tres precios para tres volúmenes de energía con distintas tecnologías, y el precio que el consumidor pagaría dependería de la estrategia de compra de su comercializadora, pero en cualquier caso el precio más caro dejaría de ser el precio para todo el mundo.
Parece que hay movimientos en la Comisión Europea para sacar el precio del gas del sistema para marcar el precio de la electricidad, pero lo cierto es que hay movimientos internos en su contra, con el argumento de que esto va en contra de la libertad del mercado. Desde la isla energética que es la península Ibérica podemos decir que lo que va en contra del mercado es tolerar a los oligopolios.

Mientras aquellos de los que no sabemos los nombres hacen la suya, ¿qué espacio nos queda a nosotros para salir del pozo? Hay una acción que debemos realizar a nivel individual, que es consumir de otro modo, para tener un impacto colectivo. En su libro “Economía en el cambio climático” (Icària 2021), Joan Vila propone volver a la sociedad frugal de los años 70, manteniendo la calidad de vida y los servicios actuales. Es muy fácil y muy efectivo, ya que básicamente dejamos de derrochar recursos económicos, energéticos y naturales. Una vez que consumimos de forma racional, pensando en las limitaciones de nuestro entorno, nos toca generar energía renovable y de proximidad.
Nadie tiene la bola de cristal del precio de la energía para los próximos días, meses y años, pero parece haber consenso en que durante dos o más años seguirá la escalada de precios. Lo que no hay, es alguien que crea y argumente que van a bajar.

Una instalación fotovoltaica, con los precios actuales de la factura eléctrica, se amortiza en menos de 18 meses.
Quien tenga tejado ya va tardando para ponerse placas, y quien no lo tenga, que exija a su Ayuntamiento la creación de sistemas de autoconsumo compartido para hacer frente, también, a situaciones de vulnerabilidad económica. Hay que decir que hay entidades ciudadanas que lo están haciendo por su cuenta, a las cuales estamos acompañando, aportando conocimiento y esto es posible si existe un ingrediente indispensable, que es el liderazgo.
Hay empresas que han manifestado que si no obtienen las subvenciones que hay en marcha, no pondrán fotovoltaica en sus tejados. Es decir, que si no obtienen una subvención del 15% del coste, no realizarán una inversión que recuperarían en menos de 18 meses. Mi propuesta a la entidad patronal donde se produjo este debate fue que les dieran de baja, porque no podemos considerarlos empresarios, es decir, gestores de oportunidades y de riesgos.
Hace unos meses hice un artículo con el título “la luz es demasiado barata”,[ EL 9 NOU del 17 de setembre de 2021] éste se llama “la luz es demasiado cara”, y no me puedo imaginar cómo le pondré en el siguiente artículo que comparta con vosotros.

Suerte y no renunciemos a ser proactivos pensando en el bien común.

https://el9nou.cat/valles-oriental/opinio/la-llum-es-massa-cara-i-ara-que/

* Director General

KM0.energy

santi.martinez@km0.energy

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