Con una ley y un Comisionado, Gales ha conseguido el exito de “normalizar” la idea de que las generaciones futuras merecen ser escuchadas, creando un modelo para que otros países lo imiten y lo repliquen
Neus Casajuana
En 2023 seis jóvenes presentaron una demanda por el clima ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra los países de Europa por violar sus derechos fundamentales, entre ellos el derecho a la vida y el derecho a no sufrir discriminación por motivos de edad. También en EEUU, un grupo de 21 jóvenes presentó en 2015 una demanda exigiendo responsabilidad al Gobierno por la crisis climática. Si los países no toman medidas urgentes y audaces, la temperatura mundial en 2.100 podría superar en 3°C los niveles de la época preindustrial, un escenario catastrófico para esos jóvenes que podrían llegar a ser testigos directos. Estas no han sido las únicas demandas por el clima elevadas a los tribunales. También en Suiza o en Francia se han llevado los gobiernos a los tribunales por los mismos delitos, y difícilmente van a cesar en el futuro, porqué las medidas tomadas por todos ellos no son suficientes para conseguir parar a tiempo el aumento de temperaturas.
Los acuerdos de París no van a lograrse si los países no emprenden actuaciones audaces y valientes para aumentar su grado de compromiso. Los responsables políticos tendrán que cambiar su forma habitual de priorizar las decisiones políticas para librarse de la miopía que les impide tener una mirada de largo alcance que vaya mucho más allá del periodo en el que transcurre su mandato.
La forma de priorizar las políticas públicas adolece, en general, de un problema bien conocido por los economistas. Es el llamado “sesgo del presente” que consiste en la tendencia a valorar más los resultados a corto que a largo plazo. Esta tendencia a elegir las actuaciones con resultados más inmediatos ocurre no solo en política sino en todas las facetas de la vida. El dicho “vale más pájaro en mano que ciento volando” es bien explícito. Pero además, en el terreno de las política esta tendencia se ve reforzada por el propio mecanismo electoral ya que los responsables políticos se ven empujados a presentar resultados dentro de los cuatro años de su mandato para tener opciones a ser reelegidos. Todas las actuaciones con resultados a más largo plazo se ven postergadas por este imperativo.
La dificultad en priorizar las actuaciones a largo plazo es especialmente significativa en el caso de la crisis climática porqué las peores consecuencias derivadas de la inacción no van a percibirse hasta dentro de algunas décadas. A pesar de que ahora ya empezamos a sufrir los efectos negativos del aumento de la temperatura en un grado, continuamos sin emprender las actuaciones con la velocidad y la valentía necesarias para poder parar esta escalada de temperaturas a tiempo. Evitar los tres grados a final de siglo requiere tomar medidas efectivas ahora. Esos tres grados nos llevarían a la mayoría de países de Europa a un escenario de sequía permanente y a la región mediterránea a convertirnos en un desierto. Si a este panorama le añadimos las previsibles migraciones masivas procedes de las regiones africanas que ya no van a ser aptas para la vida humana, el panorama que nos espera es desolador.
¿Cómo podemos revertir la tendencia al cortoplacismo en las políticas públicas?
Para contrarrestar la tendencia al cortoplacismo diversos organismos y países han propuesto medidas encaminadas a integrar objetivos de justicia intergeneracional en las prioridades y políticas sectoriales. Las Naciones Unidas en su informe “Nuestra Agenda Común” de 2022, incluye como uno de los cuatro ejes principales, la solidaridad entre generaciones. También, en la Cumbre de las NU que celebrará en 2024, se va a invitar a los Jefes de Estado y de Gobierno a firmar un Pacto de Futuro que explicite la solidaridad mundial con las generaciones actuales y futuras.
Algunos países como Israel, Hungría, Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda y Canadá crearon en 2014 La Red de Instituciones para las Generaciones Futuras estableciendo mecanismos de justicia intergeneracional o creando instituciones públicas con responsabilidades de representación de las necesidades de las generaciones futuras. Sin embargo, desde su creación, algunas han sido suprimidas o transformadas. La mayoría de estas instituciones cumplen funciones consultivas, brindan asesoramiento y recomendaciones de expertos. Supervisan la integración de los objetivos de justicia intergeneracional en las políticas públicas y fomentan la coordinación en todo el gobierno, pero no suelen tener autoridad sobre los gobiernos. Tampoco tienen potestad legislativa ni disponen de mecanismos para exigir el cumplimiento de sus recomendaciones. Las que tuvieron más poder, como la de Israel, terminaron suprimiéndose y la reciente ley de Baleares que tiene carácter vinculante, de momento no ha sido desplegada.
De todas las experiencias conocidas, la que ha tenido más repercusión política por sus logros y a la vez una gran aceptabilidad social es la ley de Gales. Destacamos a continuación algunas de sus características:
La ley de Gales sobre el Bienestar de las Generaciones Futuras fue aprobada en 2015 después de un proceso de participación nacional. La Ley establece siete objetivos de bienestar que los ciudadanos determinaron en dicho proceso y obliga al gobierno a medir su progreso mediante un conjunto de 50 indicadores.
Esta ley crea una institución independiente: el Comisionado de las Generaciones Futuras, que representa sus necesidades y sus intereses. El comisario es designado y no elegido, para evitar presiones políticas. Su mandato es de siete años, más allá de los ciclos electorales, para remarcar su enfoque a largo plazo.
Más de 45 organismos públicos están sujetos a las obligaciones de la Ley. Deben establecer metas de acuerdo con los siete objetivos de bienestar e informar anualmente sobre su progreso. La Ley se aplica a ministros, consejos nacionales y a las autoridades locales y constituye un mecanismo importante para fomentar la coherencia tanto horizontal como vertical en todo el gobierno.
El Comisionado para las Generaciones Futuras, junto con el Auditor General de Gales, supervisa y evalúa el logro de los siete objetivos de bienestar por parte de los organismos públicos.
Cuando el Comisionado de Generaciones Futuras de Gales hace recomendaciones a un organismo público, este debe hacer pública su respuesta. Si dicho organismo no va a seguir la recomendación del Comisionado, deberá argumentarlo y justificar las acciones alternativas que va a tomar.
La intervención del Comisionado ha logrado cambios fundamentales en la política de planificación del uso del suelo, en los planes de transporte y en la política gubernamental en materia de vivienda”. También ha conseguido un aumento de la financiación de las medidas contra el cambio climático. Las recomendaciones de la antigua Comisaria Sophie Bower lograron anular los planes de construcción de una autopista, no solo por el impacto negativo sobre la la biodiversidad, sino también por la deuda que significaba para las generaciones futuras.
Disponer de una “Ley de Bienestar de las Generaciones Futuras” proporciona al Comisariado el marco y la base legal para ejercer sus funciones, y le otorga la legitimidad que instituciones similares de otros países no tienen.
Uno de los mayores éxitos del Comisionado Galés ha sido la “normalización” de la idea de que las generaciones futuras merecen ser escuchadas, creando un modelo para que otros países lo imiten y lo repliquen.
El Parlamento Balear aprobó en 2023 una ley para el Bienestar de las Generaciones presentes y futuras promovida a través de una ILP. La coalición PP-VOX tendrá que desplegarla muy a su pesar. El mandato de los baleares que la impulsaron les obliga moralmente.
Los ciudadanos de los distintos rincones de España observamos con admiración su iniciativa y su empeño. Todos, nacidos y no nacidos, nos merecemos tener una ley como esta y vamos a trabajar para lograrlo.
Más información:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S001632872300085X
https://futureroundtable.org/es/web/network-of-institutions-for-future-generations/about
https://www.oecd.org/gov/governance-for-youth-trust-and-intergenerational-justice-c3e5cb8a-en.htm
https://www.iagua.es/blogs/javier-navarro/sequia-efecto-nivel-mundial