Lograr una economía del bienestar en Europa. Más allá del PIB en la era post-COVID.
Todas las políticas para una Europa saludable es una iniciativa de múltiples sectores interesados orientada a situar el bienestar de las personas en el centro de todos los ámbitos de la elaboración de políticas de la UE. La coalición reúne a un grupo diverso de ONG, grupos de reflexión, asociaciones, empresas y particulares para apoyar la visión de la Comisión Europea de una Europa saludable, climáticamente neutra y socialmente inclusiva.
Todas las políticas para una Europa saludable se organizan en torno a grupos de trabajo centrados en grupos estratégicos que reflejan las prioridades de la Unión Europea: Medio Ambiente, Digitalización y Economía.
“Necesitamos vincular mejor las medidas sanitarias a otras áreas relacionadas como el medio ambiente, el clima, la digitalización la nutrición alimentaria y los productos farmacéuticos.” Margaritis Schinas. Vicepresidente para la Promoción de el estilo de vida europeo – 4 Feb 2020, Parlamento Europeo.
El Grupo de Trabajo de Economía se complace en presentar su documento de política para 2021, centrado en lograr una mejor medición del estado de la sociedad y la economía mediante el desarrollo de indicadores de bienestar. El Grupo de Trabajo de Economía está presidido por David Somekh, Director de la Red del European Health Futures Forum (EHFF).
1.Introducción y antecedentes
Durante demasiado tiempo, la política económica se ha considerado una categoría específica en la toma de decisiones, funcionando en un compartimento estanco, pero condicionando casi todas las decisiones que toman los gobiernos. Los indicadores basados únicamente en criterios económicos como el producto interno bruto (PIB) o la balanza comercial, son ampliamente utilizados por las administraciones, los políticos y los medios de comunicación para analizar el estado de la sociedad en su conjunto. Así lo reconocen el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), (2) y el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales (SEC), (3), aceptados internacionalmente. La riqueza de la sociedad considerada en términos puramente económicos, independientemente de su naturaleza o de cómo se distribuya, sigue considerándose más importante que el bienestar de los ciudadanos.
La pandemia de la COVID-19 está provocando importantes trastornos en las economías de la Unión Europea (UE), no sólo por la parálisis que provoca el confinamiento de la población, sino también por las necesarias medidas restrictivas para proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos. La pandemia ha puesto de manifiesto los fallos de las medidas económicas que no tienen en cuenta cuestiones tan cruciales como la resiliencia (especialmente de los sistemas sanitarios), la sostenibilidad medioambiental (el probable efecto de la pérdida de biodiversidad como factor en la pandemia) y la desigualdad social (empeorada de forma demostrable durante la crisis).
“Esta pandemia nos muestra que la economía debe estar al servicio de la vida, y no al revés”. Philip Lamberts. Copresidente del Grupo de los Verdes/ALE del Parlamento Europeo.
Todas las Políticas para una Europa Saludable pide a la UE y a sus Estados miembros que acepten el reto y aprovechen la oportunidad que ofrece la pandemia para ir efectivamente más allá del PIB como principal indicador de las políticas económicas y de todas las demás.El 13 de mayo de 2020, la Presidenta U. von der Leyen describió el próximo Plan de Recuperación y subrayó que la ambiciosa respuesta que necesita Europa debería “ser construida sobre la necesidad, pero diseñada para el futuro”. A medida que salimos de la crisis, no debemos caer en los viejos hábitos, no debemos aferrarnos a la economía de ayer mientras reconstruimos. Por el contrario, debemos aprovechar esta oportunidad para construir una economía moderna, limpia y sana, que asegure los medios de vida de la próxima generación”, añadió.(4)
“Estoy convencido de que el bienestar debe ser el centro de nuestra preocupación. Cuando digo bienestar, pienso tanto en el bienestar individual como en el colectivo. ¿No nos ha recordado la crisis que no puede haber vida sin vida social? El bienestar significa mucho más que la prosperidad, mucho más que el sacrosanto PIB. El bienestar significa también una sociedad solidaria. Este debería ser nuestro nuevo horizonte europeo. En otras palabras: elevar nuestra economía social de mercado a un nivel más alto, más humano.” Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel en el Foro FT-ETNO, septiembre de 2020
En las Conclusiones del Consejo de 2019 sobre la economía del bienestar (5) se subrayó que el bienestar y el crecimiento económico se refuerzan mutuamente. La consideración del bienestar en todas las políticas es de vital importancia para el crecimiento económico, la productividad, la sostenibilidad fiscal a largo plazo y la estabilidad de la sociedad de la Unión. El dictamen de iniciativa del Comité Económico y Social Europeo (CESE) de enero de 2020 “La economía sostenible que necesitamos ” (6) expresa opiniones similares.
Por último, el informe de prospectiva estratégica de la Comisión de septiembre de 2020 (7) aboga por la creación de un panel de indicadores de resiliencia que incorpore indicadores de bienestar. Sin embargo, para integrar la Economía del Bienestar en todos los ámbitos políticos clave, primero debemos disponer de indicadores sólidos sobre los beneficios de una Europa más saludable.
Desde los años setenta, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha liderado la investigación y la dirección de las políticas para ir más allá del PIB como medida del bienestar de la sociedad. En los últimos diez años, el Marco de Bienestar de la OCDE ha desarrollado aún más el concepto al proporcionar una definición clara y una base analítica rigurosa (8).
“Los indicadores de bienestar” deben formar parte integrante de las previsiones económicas de la UE y sus estados miembros. En otras palabras, es necesario reconocer que los indicadores de bienestar no son simplemente un complemento valioso de las medidas económicas, sino que están intrínsecamente entrelazados dentro de la estrategia económica.
De hecho, en las Conclusiones del Consejo sobre la Economía del Bienestar (9), se hace un claro llamamiento a los “indicadores de bienestar para supervisar e informar sobre los procesos presupuestarios nacionales“. Del mismo modo, el dictamen de iniciativa del CESE (10) establece un claro vínculo entre este requisito, el compromiso de la UE con la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible (11) y la necesidad de “desarrollar las bases de una economía del bienestar sostenible e integradora que funcione para todos”.
A pesar de un gran número de iniciativas, algunas de las cuales se describen con más detalle en este documento, hasta ahora ha habido poco impacto en la forma de hacer las previsiones económicas y de decidir la política económica. Para la mayoría de los países, la producción económica, es decir, el crecimiento, sigue siendo la principal prioridad.
“La transformación ecológica tiene que ir de la mano de la sostenibilidad, la sostenibilidad económica, la sostenibilidad social y la lucha contra la desigualdad. El PIB no es una forma suficiente de medirlo. Necesitamos nuevos indicadores para entender los profundos cambios que se están produciendo. Sabemos que el crecimiento no puede ser infinito, no puede ser eterno, debe tener en cuenta otros parámetros para ser sostenible. Hay que juzgarlo en función de lo que estamos haciendo en materia de formación, de educación, de sostenibilidad social y de lucha contra las desigualdades.” – Presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, en la reunión de portavoces de los países del G7 sobre el cambio climático, septiembre de 2020
La investigación se ha realizado, las herramientas están disponibles, ahora corresponde a los responsables europeos y a la sociedad en su conjunto ir más allá del PIB e informar con precisión sobre el bienestar de los ciudadanos.
En este documento, Todas las Políticas para una Europa Saludable ofrece a los responsables de la toma de decisiones de la UE una propuesta de camino para lograr finalmente una Economía del Bienestar.
2. Adopción de índices globales sobre el bienestar de la sociedad
Medir el bienestar y ‘ir más allá del PIB’ es beneficioso para la economía.
El PIB no tiene en cuenta la verdadera naturaleza de la riqueza económica. Por ejemplo, la extracción de recursos naturales crea riqueza, pero tiene un impacto muy negativo en el medio ambiente local y mundial debido a la contaminación. Crear riqueza a cualquier coste no es sostenible para la preservación de la salud y el bienestar a largo plazo de los ciudadanos, o el futuro del planeta. Además, existe un vínculo claro entre una sociedad sana y la productividad económica que a menudo se pasa por alto: gozar de buena salud es beneficioso no sólo para las personas sino también para la economía (12). La OCDE ha destacado los efectos adversos en la economía de la obesidad (13) generalizada o de la mala salud mental (14). Asimismo, la reducción de la mortalidad infantil está estadísticamente relacionada con un mejor rendimiento económico (15).
Una de las consecuencias inesperadas de la pandemia ha sido poner de relieve la importancia de la salud mental de los ciudadanos como un aspecto significativo de la salud pública. El lugar de trabajo puede ser una fuente de estrés y fatiga mental. Es uno de los ámbitos clave en los que es necesario desarrollar indicadores de bienestar para vigilar con precisión la situación. De hecho, una mano de obra sana y físicamente activa es crucial para el bienestar económico de las empresas y las sociedades (16).
Muchas iniciativas de muchas organizaciones internacionales, gobiernos nacionales y centros de investigación han establecido índices del bienestar de la sociedad con diferentes parámetros: un único indicador global o un panel de indicadores; datos objetivos o subjetivos; valores monetarios o no monetarios para medir los progresos (17). Algunos han sostenido que la proliferación de enfoques ha frenado la difusión.
DESTACADO:
Proyecto de certificación de lugares de trabajo activos (WAC)
Lanzado en febrero de 2020, el Workplace Active Certification (WAC) es un proyecto europeo cofinanciado por el Programa Erasmus+ de la Unión Europea. Dirigido por la Federación Europea de Deportes de Empresa (EFCS) con la asistencia de 9 socios internacionales, entre los que se encuentra la FESI miembro de “Todas las Políticas para una Europa saludable”, su objetivo es alentar a las empresas a desarrollar actividades deportivas y físicas en el trabajo.
Sobre la base de la conclusión de que más de 200 millones de personas están físicamente inactivas, que asciende a 80000 millones de euros al año en costes sanitarios (EU-28), el proyecto WAC pretende incorporar el deporte en el trabajo mediante la normalización y la visibilidad de las buenas prácticas. WAC es una continuidad directa de EMoCS – European Meetings of Company Sport – que mostró el potencial y la necesidad de desarrollar una certificación para las empresas dedicadas a promover la actividad física que mejora la salud dentro y alrededor del lugar de trabajo. Esa certificación y su amplia adopción serían un indicador sólido de la mejora de la salud y el bienestar en el trabajo.
No hay un sólo enfoque “correcto“
Todas las políticas para una Europa saludable abogan por un enfoque holístico e intersectorial de la salud en todas las políticas. Creemos que el éxito de este enfoque se basa en un entendimiento compartido que puede ser adoptado ampliamente por los responsables de la política económica, los medios de comunicación y que tendría sentido para los ciudadanos. La transparencia de los indicadores
es un elemento importante. Por esta razón, recomendamos que la UE y sus Estados miembros adopten un conjunto común de medidas, que podrían combinarse como índice de bienestar.
Una opción podría ser un índice compuesto único que agrupe los indicadores macroeconómicos principales que miden el bienestar económico, social y ambiental de las personas en un territorio determinado, siguiendo la lógica del desarrollo humano sostenible. Estos indicadores deberían basarse en el valor monetario o en el coste de las actividades humanas para tener en cuenta, por ejemplo, el coste social y medioambiental de una actividad económica que repercuta en la riqueza.
DESTACADO:
El Índice de Bienestar Nacional (Universidad de Heidelberg y FUB)
El Índice de Bienestar Nacional (NWI) es un proyecto de investigación conjunto financiado por la Agencia Alemana del Medio Ambiente y el Ministerio de Medio Ambiente alemán. El NWI es un índice único que incluye 20 componentes económicos, ecológicos y sociales diferentes que se valoran y suman en términos monetarios. Los componentes que mejoran el bienestar, como el trabajo doméstico, el trabajo voluntario y el gasto en sanidad y educación, se añaden como un impacto positivo en el NWI, mientras que se restan las actividades negativas, como el daño ambiental o la delincuencia.
Según el índice, el bienestar alemán alcanzó su punto máximo en 1999 y disminuyó posteriormente hasta 2005. Desde 2013 se observa una tendencia al alza, pero sigue habiendo una gran diferencia entre el crecimiento económico y el crecimiento del bienestar.
La NWI ha sido utilizada cada vez más por los estados federales alemanes y varios estados federales han adoptado variantes regionales:: Schleswig Holstein, Baviera, Turingia, Sajonia, Hamburgo, Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia
Por otra parte, en los últimos tres años un grupo de países ha formado una “Asociación de Gobiernos de la Economía del Bienestar- WEGo” (18) que incluye actualmente a Escocia, Gales, Nueva Zelanda e Islandia (y otros países están considerando unirse). Este grupo es partidario de utilizar un panel con una serie de indicadores relevantes, no demasiados, para que no resulten difíciles de manejar, pero sí un número suficiente para captar los aspectos relevantes del bienestar de la sociedad (19).
DESTACADO:
Los Gobiernos de la Economía del Bienestar (WEGo)
Los Gobiernos de la Economía del Bienestar (WEGo) son una asociación de varios gobiernos nacionales y regionales que colaboran con las mejores prácticas en el objetivo de crear economías del bienestar en sus territorios. En la actualidad, WEGo incluye a Escocia, Gales, Nueva Zelanda e Islandia.
En su charla TED para el lanzamiento de la iniciativa, Nicola Sturgeon, Primera Ministra de Escocia, destacó el desarrollo de indicadores de bienestar como clave en su búsqueda de un nuevo “estándar de economía del bienestar”.
Esta asociación de colaboración entre políticos y administraciones es un buen ejemplo de una amplia implementación de indicadores de bienestar por parte de los responsables de la política económica.
“La verdadera riqueza significa las condiciones de bienestar. Tenemos que recuperar el significado de la verdadera riqueza de las naciones.”
Katherine Trebeck. Responsable de la difusión de Well-being Economy Alliance
Ambos modelos tienen sus puntos fuertes y débiles. Mientras que el primer modelo se ha probado en varios Länder de Alemania, y tiene mérito académico, la mayor extensión del modelo del “panel de indicadores” hace más atractiva la recomendación de su uso. De hecho, algunos de los que utilizan el segundo modelo afirmarían que hay pruebas de un impacto positivo en los resultados de la sociedad ya a través de la aplicación coherente del modelo.
3.Métodos para garantizar una amplia implementación de los índices de bienestar
Muchos estudiosos e instituciones ya han reflexionado sobre cómo lograr la implementación de los índices de bienestar por parte de los responsables políticos, los medios de comunicación y el público en general:
a) Rutger Hoekstra (sustitución del PIB en 2030: CUP 2019)
En este libro, Rutger Hoekstra dice que “debemos trabajar juntos para conseguir normas y terminología globales. Esto requerirá que nuestra comunidad se comprometa y tal vez también deje atrás algunos de los términos e índices que apreciamos“. En segundo lugar, los institutos internacionales y los gobiernos nacionales deberían iniciar un proceso de armonización que conduzca a una terminología y a un marco contable armonizados. Sería conveniente vincular el proceso de armonización a los ODS”.
b) Recomendaciones del Consejo de la UE sobre la Economía del Bienestar (13171/19)
En 2019, el Consejo formuló importantes recomendaciones e invitó al Comité de Empleo y al Comité de Protección Social a “continuar la tarea de mejorar y desarrollar, en cooperación con las instituciones de la UE, indicadores fiables e internacionalmente comparables para medir y supervisar el bienestar de las personas en la Unión, teniendo en cuenta el contexto específico de cada país y el trabajo realizado por otros actores internacionales relevantes“. También invitó a la Comisión Europea a publicar una comunicación sobre la economía del bienestar.
c) Demos Helsinki (Una transición hacia sociedades justas y verdes en la UE: 2020)
Este extenso análisis realizado durante la Presidencia finlandesa del Consejo ofrece una “hoja de ruta para la Economía del Bienestar” (pp. 52- 66). El documento recomienda “utilizar la posición del Comisario para una economía que funcione para las personas como plataforma para la economía del bienestar“. Este último establece un marco con varias herramientas, conceptos e índices comunes para un enfoque compartido entre los Estados miembros. Al finalizar la estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, la Economía del Bienestar podría funcionar como una estructura para la nueva estrategia a largo plazo de la UE”.
d) Dictamen del European Economicand Social Committee (EESC): La economía sostenible que necesitamos (NAT/765)
El EESC destacó que la construcción de la economía del bienestar debe empezar por adoptar un enfoque preventivo en el que la estabilidad macroeconómica no dependa del crecimiento del PIB. Propuso que se desarrollen nuevos indicadores de rendimiento económico y progreso social más allá del PIB. El EESC pide un Acuerdo Verde y Social Europeo que permita realizar las inversiones necesarias, a gran escala, para una transición justa hacia una economía neutra desde el punto de vista climático y que proporcione empleos de calidad en todas las comunidades. Pide que todos los marcos e instrumentos políticos, presupuestarios y financieros de la UE, como el Marco Financiero Plurianual, el Semestre Europeo y “Better Regulation”, se adapten urgentemente a una transición justa hacia una economía del bienestar.
4.Recomendaciones
Dando soporte a un proceso de colaboración y reflejando las anteriores estrategias europeas para lograr “La salud en todas las políticas“, nuestra coalición apoya la lógica de las posiciones mencionadas.
Todas las Políticas para una Europa Saludable llama a la Unión Europea a:
1.Lograr que las instituciones de la UE se comprometan políticamente a adoptar y utilizar rápidamente indicadores de bienestar.
La Comisión debería publicar una Comunicación sobre la economía del bienestar (como pidió el Consejo en sus Conclusiones de 2019), (20) e impulsar la adopción por parte de la UE y sus Estados miembros de una Carta Salud y Bienestar, un compromiso de múltiples partes interesadas para acordar objetivos definidos conjuntamente y tender puentes de colaboración (incluida la colaboración con la sociedad civil). Uno de los objetivos de la Carta sería animar a las administraciones públicas a colaborar en un conjunto de indicadores de bienestar.
2.Aumentar la capacidad estadística para asegurar la actualización periódica y la incorporación de indicadores
Dicha decisión debe planificarse financieramente en el marco financiero plurianual (MFP) de la UE y podría requerir la reorganización de las agencias nacionales de estadística, Eurostat y el Sistema Europeo de Cuentas para la recopilación de datos. La UE estaría a la vanguardia de la reforma del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) internacionalmente aceptado.
3. Reformar el marco de la política macroeconómica europea
a. Tener en cuenta los indicadores de bienestar social en el próximo Plan de Acción para Aplicar el Pilar Europeo de Derechos Sociales
Esto permitiría la aplicación de instrumentos europeos más sólidos para supervisar los progresos de los Estados miembros en materia de derechos sociales dentro del Semestre Europeo, como un “Procedimiento de desequilibrio macrosocial” y normas mínimas de protección social.
b. Reformar el proceso del Semestre Europeo para incorporar indicadores de bienestar en las evaluaciones de los presupuestos nacionales e incluir a los ministros de Sanidad y Medio Ambiente en el proceso
Los indicadores de bienestar ayudarán a fomentar un cambio de cultura en el Semestre Europeo y, en particular, en las Recomendaciones Específicas por País (REP) relacionadas con la salud, incluyendo, por ejemplo, indicadores sobre prevención, alfabetización sanitaria digital y cuidados de larga duración.
5. Conclusión
La UE necesita un nuevo modelo económico.
Más de la mitad de los países de la OCDE han desarrollado ya paneles de indicadores de bienestar (21), y este movimiento hacia un enfoque a escala de la UE fue respaldado durante la Presidencia finlandesa del Consejo de la UE en 2019 (22). La OCDE ha puesto en marcha en noviembre de 2020 su Centro de Bienestar, Inclusión, Sostenibilidad e Igualdad de Oportunidades (WISE), que trabajará día a día en la elaboración de posiciones comunes sobre métricas de bienestar (23).
Con la emergencia climática y la actual pandemia, las instituciones de la UE (Consejo, Comisión, CESE) y los principales responsables de la toma de decisiones de la UE (los presidentes von der Leyen, Sassoli y Michel) están insinuando ahora la creación de una economía europea del bienestar basada en indicadores fiables y consensuados. Existe un impulso político y una experiencia competente para actuar ahora.
Es una oportunidad para el cambio. A pesar de los trastornos causados por la pandemia, sigue siendo necesaria la convergencia de enfoques a nivel de la Comisión, los Estados miembros y la sociedad civil, incluyendo tanto a los expertos como a los ciudadanos. Los responsables europeos tendrán que apoyar el principio de que el gasto en bienestar no es sólo un coste necesario, sino una inversión económica sólida para las generaciones futuras.
________________________________________
References
- Roundtable Event, Health in All Policies – Achieving an Economy of Well-being in Europe, 4 November 2020
- System of Nation Accounts, United Nations. Source
- European System of National and Regional Accounts, Eurostat. Source
- Speech by President von der Leyen at the European Parliament Plenary on the new MFF, own resources and the Recovery Plan, 13 May 2020. Source
- Council of the European Union, Council Conclusions, The Economy of Well-being, 17 October 2019
- European Economic and Social Committee, own-initiative opinion, The sustainable economy we need, 23 January 2020
- European Commission, 2020 Strategic Foresight Report, Charting the Course toward a more Resilient Europe, 9 September 2020
- Remarks by Angel Gurría, OECD Secretary-General, The Economy of Well-Being, 8 July 2019
- Council of the European Union, Council Conclusions, The Economy of Well-being, 17 October 2019
- European Economic and Social Committee, own-initiative opinion, The sustainable economy we need, 23 January 2020
- United Nations, Transforming our world: the 2030 Agenda for Sustainable Development, 2015
- MedTech Europe, Economic Value as a guide to invest in Health and Care, 18 May 2016
- OECD, The Heavy Burden of Obesity, The Economics of Prevention, 10 October 2019
- OECD, Making Mental Health Count, The Social and Economic Costs of Neglecting Mental Health Care, 8 July 2014
- Maruthappu, M., Effects of economic downturns on child mortality: a global economic analysis, 1981–2010, BMJ Global Health, 18 April 2017
- Healthy Working Lives, Physical activity, Why you should promote physical activity at work and ways to do this. Source
- For a comprehensive recap of such initiatives, please see: European Parliament, Harvard School of Public Health, The Conversation and FEASTA
- Wellbeing Economy Governments. Source
- Wellbeing Economy Governments (WEGo) policy labs. Source
- Council of the European Union, Council Conclusions, The Economy of Wellbeing, 17 October 2019
- Remarks by Angel Gurría, OECD Secretary-General, The Economy of Well-Being, 8 July 2019
- Council of the European Union, Council Conclusions, The Economy of Well-being, 17 October 2019
- OECD, Putting people’s well-being at the top of the agenda, WISE Mission, 25 November 2020
Nota: Las citas que aparecen en este documento se han extraído de la mesa redonda virtual (Lograr una economía del bienestar en Europa) organizada por la iniciativa Todas las políticas para una Europa saludable, que tuvo lugar el 4 de noviembre de 2020, a menos que se indique lo contrario.
http://healthyeurope.eu/wp-content/uploads/lana-downloads/2021/01/2021-Economy-Policy-Paper.pdf
Traducción: Teresa Abril