El sistema ferroviario europeo debe adoptar un enfoque sistémico total, en el que se rompan los compartimentos estancos y todas las partes interesadas colaboren para obtener resultados transformadores.
TC Chew, Global Rail Leader, Arup
El sistema ferroviario europeo debe adoptar un enfoque sistémico total, en el que se rompan los compartimentos estancos y todas las partes interesadas colaboren para lograr resultados transformadores, escribe TC Chew.
Durante décadas, Europa ha abogado por un sector ferroviario más competitivo que pudiera cruzar sin problemas las fronteras nacionales y transportar más pasajeros y mercancías.
Se han logrado enormes avances en materia de objetivos climáticos compartidos y una mayor interoperabilidad de los viajes en tren a través de las fronteras.
Pero para impulsar el ferrocarril como medio de transporte por encima de otras alternativas más intensivas en carbono, como los vuelos de corta distancia, hay que seguir trabajando para mejorar la experiencia de los pasajeros.
Aunque existen ambiciosos planes para triplicar el tren de alta velocidad en toda la región de aquí a 2050, el tren solo representa el 6% del transporte interior de pasajeros en la UE, es necesario hacer más para que los viajes en tren sean una opción más atractiva.
Un sistema ferroviario moderno e interconectado puede ayudar a Europa a alcanzar sus objetivos medioambientales, pero su puesta en marcha exigirá centrarse sin descanso en la experiencia del consumidor.
Un enfoque continental para el ferrocarril
Existen algunos sistemas ferroviarios de primera categoría en Europa. Zúrich y Viena figuran a menudo en las listas de las mejores ciudades del continente por sus fantásticas condiciones para los viajeros.
La Unión Europea ha reconocido la necesidad de impulsar el ferrocarril transfronterizo y ha avanzado considerablemente en la creación de una red ferroviaria continental integrada.
Iniciativas como el Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (ERTMS) están contribuyendo a facilitar los viajes en tren a escala internacional, agilizando la duración de los trayectos y mejorando la seguridad.
Pero aún quedan grandes desafíos por superar, como el envejecimiento de las infraestructuras vitales para el funcionamiento del ferrocarril.
A medida que los ferrocarriles europeos envejecen, es vital seguir invirtiendo en su mantenimiento y en la utilización de tecnologías y estándares de datos modernos para minimizar las interrupciones y que los consumidores puedan confiar en los trenes cuando viajan.
Cada país tiene distintos niveles de desarrollo ferroviario, pero todos deben unirse para armonizar las normas e invertir en un sistema unificado.
Para modernizar verdaderamente los sistemas ferroviarios de Europa, debemos hacer realidad la visión de una estrategia continental en lugar de adoptar un enfoque país por país. Los distintos países tienen distintos niveles de desarrollo ferroviario, pero todos deben unirse para armonizar las normas e invertir en un sistema unificado.
Para lograrlo se necesitan tres cosas: primero, un compromiso de colaboración transfronteriza y un conjunto de requisitos básicos en toda la región para modernizar las estaciones, las vías y los vagones. Segundo, un enfoque estratégico para la inversión y las modernizaciones.
En lugar de destinar fondos a proyectos que sólo aportarán mejoras rápidas a nivel nacional, los estados de la UE deben invertir en toda Europa en tecnologías como sistemas integrados de comunicación e información a los pasajeros.
Por último, una regeneración a nivel continental de los sistemas ferroviarios europeos, desde la señalización y las comunicaciones hasta el material rodante, requiere un liderazgo fuerte que aúne esfuerzos y fomente el intercambio de mejores prácticas.
El ser humano en el centro del diseño
Para alentar a las personas a elegir el tren en lugar del coche o el avión, los servicios ferroviarios deben ofrecer una experiencia de viaje fluida, segura y fiable. Esto requiere un enfoque holístico para mejorar el rendimiento y las condiciones de los trenes y las estaciones.
Todo el sector ferroviario -operadores, reguladores, proveedores y gobiernos- deben colaborar para mejorar la experiencia de los pasajeros. La calidad de los servicios, la puntualidad y las instalaciones cómodas fomentarán la confianza y animarán a más personas a optar por viajar en tren.
Para lograrlo, debemos empezar por los pasajeros. Satisfacer sus necesidades de transporte de la forma más rápida, sencilla, fiable, asequible, inclusiva y cómoda posible es fundamental para el éxito.
El sistema ferroviario europeo debe adoptar un enfoque sistémico total, en el que se rompan los compartimentos estancos y todas las partes interesadas colaboren para obtener resultados transformadores.
El personal del sector ferroviario también debe sentirse incentivado y respaldado para ofrecer la calidad de servicio que todos desean.
También debemos tener en cuenta las expectativas de las poblaciones de la red ferroviaria y sus cercanías si queremos que nuestras inversiones se traduzcan en mayor prosperidad y bienestar social.
Proyectos como la ampliación del metro de Copenhague y el plan director de Chamartín en Madrid muestran el potencial de la integración del ferrocarril en la planificación urbana para mejorar la conectividad.
Estas dos ciudades son muy conscientes de que el viaje no termina en la estación y que la comodidad puerta a puerta es esencial, lo que requiere la integración con otros medios de transporte.
Ferrocarril resiliente para un clima cambiante
El tren es considerado el medio de transporte de masas más respetuoso con el medio ambiente, ya que sólo representa el 2% de la demanda mundial de energía para el transporte.
Pero las temperaturas sin precedentes y los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes, ponen en peligro las redes ferroviarias mundiales y agravan los problemas existentes, como el envejecimiento de las infraestructuras y las limitaciones de capacidad. Los operadores ferroviarios se están viendo obligados a gastar miles de millones para hacer frente a los trastornos y daños causados por el cambio climático.
El mes pasado, la Netwok Rail del Reino Unido anunció que invertiría 2.800 millones de libras en los próximos cinco años para garantizar que su infraestructura pueda hacer frente a los riesgos del cambio climático. Construir ahora sistemas ferroviarios más resistentes será menos perjudicial -y menos costoso- que responder constantemente a las emergencias.
Sin embargo, la inversión en resiliencia no debe verse como una excusa respecto a otras mejoras ferroviarias: es una parte vital para que todo lo demás funcione.
“Aspectos habituales” como la gobernanza, la gestión inteligente de las infraestructuras existentes, la planificación operativa, el uso de los datos y la tecnología y la planificación de la mano de obra no son noticia. Pero su impacto puede ser tan significativo como el de considerables nuevas inversiones para aumentar la resistencia al cambio climático.
También podemos aprovechar las lecciones de otros continentes. Por ejemplo, la red ferroviaria japonesa es muy eficiente desde el punto de vista energético, con trenes eléctricos que representan una parte importante de la flota y un uso consciente de materiales reciclados.
El sistema ferroviario europeo debe adoptar un enfoque sistémico total, en el que se rompan los compartimentos estancos y todas las partes interesadas colaboren para obtener resultados transformadores.
Aunque lograr una red ferroviaria europea única pueda parecer ambicioso, los beneficios superan a los costes.
El sector ferroviario ya contribuye de forma sustancial a la economía de la UE, pues da empleo directo a más de medio millón de personas con una huella económica de 143.000 millones de euros.
Tenemos que tomar decisiones audaces y unidas para el futuro de nuestros ferrocarriles, y debemos hacerlo a buen ritmo.
TC Chew es líder ferroviario global en Arup.
https://www.euronews.com/my-europe/2024/07/12/uniting-europe-through-rail-is-the-key-to-a-greener-more-passenger-focused-future
Traducción: Teresa Abril