A pesar del cambio de nombre, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana sigue haciendo las mismas políticas insostenibles que el anterior Ministerio de Fomento. Se les detuvo el reloj en el siglo pasado
Pau Noy, Neus Casajuana
El Ministerio de Transportes anuncia la ampliación de un cuarto carril en la AP-7, en 2 tramos de 50 km al norte y sur de Barcelona, por 255 millones €. Hay que añadir también el proyecto de ampliación de la A-2 de Igualada en Martorell para favorecer la entrada y salida de camiones de gran tonelaje hacia el resto de la península y que hace un gran destrozo medioambiental en El Bruc, sobre todo , y en Collbató!!!
Cómo todas las inversiones són bienvenidas, no esperamos reacciones contrarias de parte del Gobierno de Catalunya.
En lugar de potenciar el ferrocarril cero emisiones, estas inversiones potencian el coche de altas emisiones. Solo con 100 trenes de mercancías circulando entre Valencia y Perpiñán, se eliminarían cada dia 8.000 camiones. Una línea de viajeros R80 entre Girona y Tarragona Reus, con paso por la UAB, podria eliminar cada dia 10.000 coches.
El MITMA apuesta claramente por un modelo de movilidad inaceptable!!! A pesar del cambio de nombre, el Ministerio de Transportes, sigue haciendo de Ministerio de Fomento. Se les detuvo el reloj en el siglo pasado.
Hacer frente al cambio climático con probabilidades de éxito solo será posible con una actuación integral de todos los sectores sociales, empezando por nuestros gobiernos.
No sirve de nada que el Ministerio de Transición Energética impulse la energía renovable, si a la vez el Ministerio de Transportes continúa apostando por la movilidad del siglo pasado o el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no apuesta claramente por un cambio hacia modelos de producción agroalimentaria sostenibles… La lista de contradicciones entre Ministerios o entre Consejerías es interminable.
Decir que luchamos contra el cambio climático y a la vez apostar por la ampliación de puertos, aeropuertos, carreteras y urbanizaciones sin transporte público no es coherente.
La lucha contra el cambio climático significa cambio radical de modelo de producción y consumo. Para que los ciudadanos entendamos nuestra responsabilidad, el primer paso es pedir ejemplaridad a nuestros gobiernos. Reclamemos coherencia en sus políticas. Si ello nos lleva al debate social, pidámoslo. No hay más caminos para avanzar.
