La Covid 19 ya ha causado en España, más de 800.000 desempleados hasta Mayo y se espera que en todo el 2020 van a destruirse en España unos 1,5 millones de empleos netos. El ingreso mínimo vital, aunque será una tabla de salvación para aquellos que están en la pobreza extrema,no va a ser útil para una gran mayoría de ciudadanos que no van a poder cumplir con los exigente requisitos para recibir la ayuda.
Es el momento de plantearse otros modelos sociales que permitan el bienestar de toda la población, la que ha perdido el trabajo, la que no llega a final de mes, la que nunca ha gozado de un trabajo estable y, sobretodo, la de los jóvenes que ven cómo se esfuma cualquier esperanza de independencia y de estabilidad que les permita iniciar su proyecto de vida. Ellos, que ya eran el sector más castigado por el paro y la temporalidad antes de la pandemia, ahora ven aumentado todavía más su calvario.
Es hora de construir un nuevo modelo social basado en la redistribución. Que establezca una renta básica universal y la distribución de las horas de trabajo, reconociendo que los trabajos de cuidado son tan o más imprescindibles que los trabajos productivos. La forma de financiar esta medida debe apoyarse en una reforma fiscal que, a la vez, tendrá repercusiones positivas al disminuir el nivel de desigualdad que en nuestro país alcanza cuotas muy injustas.
Medidas:
1. Implantar una renta básica universal en España
Una renta básica, RBU, con una cuantía anual de 7.471 EUR por ciudadano adulto y con un coste neto global que es asumible por nuestra economía debido a que una gran parte de los pagos efectuados se recuperan vía impuestos y a que se ahorra otra gran cantidad de pagos en forma de subvenciones, pensiones, seguros de desempleo, rentas mínimas de inserción y burocracia.
2. Nueva política pública favorable a la reducción del tiempo de trabajo y a la introducción de esquemas de trabajo compartido
Es en este momento histórico, cuando el empleo vuelve a ser un bien muy escaso, cuando resulta más necesario el diseño de políticas públicas de reparto de todos los trabajos, tanto los remunerados como los reproductivos, haciendo actuar la RBU como una red de seguridad para evitar la disminución de ingresos y reconociendo la importancia de trabajos hasta ahora invisibilizados o despreciados, la mayoría fuertemente feminizados.
La forma de financiación de estas reformas se explica en el siguiente apartado sobre la reforma fiscal.
“La renta básica es perfectamente financiable”
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